Un pitbull atacó a dos hermanos y a su mascota mientras paseaban por la calle Azcuénaga
La irresponsabilidad y la falta de consciencia de algunos vecinos volvieron a decir presente el pasado jueves por la noche cuando un perro de raza pitbull salió de una casa y atacó a dos jóvenes que paseaban a su mascota por la calle Azcuénaga entre Fugl y Chile. Producto de la brutal embestida, Josefina Macaya deberá ser intervenida quirúrgicamente y Simona, su perra, sufrió una considerable herida en su cuello.
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A fin de poder operar a Simona, los hermanos Agustín (22) y Josefina Macaya (24) comenzaron a sacarla a caminar porque para castrarla necesita bajar de peso. Durante varios días recorrieron las mismas cuadras y nunca sucedió nada, pero justo el pasado 12 de noviembre, cuando invirtieron el camino, se toparon con que el portón de la casa de un vecino estaba abierto.
“Yo había visto que el portón estaba abierto, pero no pensé que iba a salir un perro. Y salió primero uno chiquito y atrás uno grandote, que nos atacó”, recordó Agustín, pese a que reconoció que “yo paso todos los días y siempre está cerrado”.
Si bien en esta oportunidad el can era un pitbull, Josefina remarcó que espera que la gente no estigmatice a los animales porque “no tiene nada que ver con la raza; si esta gente hubiese tenido otro perro, hubiese pasado lo mismo”.
Aquella noche, el perro del vecino se abalanzó sobre Simona y logró morderla desde abajo a la altura del cuello ya que ésta, en afán de defenderse, logró estirarse hacia atrás.
Ante la desesperación, los chicos comenzaron a pegarle para que la soltara y a gritar para que algún vecino los ayudara. Tras al menos un minuto, “que pareció eterno”, lograron el cometido: “La verdad es que no sé cómo pudimos separarlo, un hombre nos ayudó. Y uno no quiere hacerlo, pero en ese momento el perro no la soltaba y tuvimos que pegarle”.
Rememoraron los chicos que fueron muchos los frentistas que salieron para ver qué ocurría y que, incluso, los propios dueños del perro agresor se hicieron presentes pero solo miraban desde lejos lo que acontecía. “Yo le pedí por favor a uno que en vez de mirar se acercara e hiciera algo”, contó Agustín.
Cuando finalmente los pudieron separar, Josefina se quedó con la perra tendida en la calle mientras su hermano corrió a su casa para buscar a su padre. En ese momento, algunas personas se acercaron para asistirla porque estaba lastimada y para ofrecerle agua. “No sé quiénes eran, pero estuvieron muy bien”, señaló la víctima.
El feroz ataque del pitbull le ocasionó un corte de diez centímetros de largo y cinco de profundidad en el cuello a Simona, mientras que a Josefina, que era quien la llevaba, una fractura expuesta en el dedo índice, por lo que debe ser operada este miércoles.