Un grupo de jóvenes limpia voluntariamente la ciudad y pide más cestos en la vía pública
Un grupo de chicos nucleados en la ONG Jóvenes por el Clima Tandil se reúne todos los jueves a la mañana para recolectar desechos de las calles y promover la conciencia ambiental. Además de juntar una gran cantidad de basura, detectaron un insuficiente número de cestos y cuestionaron la inacción del Municipio en la gestión de residuos.
Motivado por la problemática ambiental, que pisa fuerte en la agenda de las nuevas generaciones, un grupo de jóvenes y adolescentes comenzó a juntarse el año pasado bajo la denominación Jóvenes por el Clima Tandil -en consonancia con la ONG de presencia nacional-, para canalizar su preocupación y hacer algo en beneficio de la comunidad en la que viven.
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Así fue como este verano se propusieron salir todos los jueves a recorrer las calles de la ciudad para juntar los desechos que la gente arroja en la vía pública y nadie limpia, y fomentar mayor conciencia del cuidado del espacio en la ciudadanía.
En el marco de esta iniciativa, el último jueves se reunieron en la Plaza Independencia y caminaron por Belgrano y Pinto hasta la Plaza de los Troncos muñidos de bolsas de consorcio, botellas, guantes de látex, precintos y bidones de agua, recolectando lo que veían a su paso.
En apenas unas cuadras llenaron más de diez botellas con colillas de cigarrillos y se encontraron con una gran cantidad de envoltorios, botellas de cerveza, latas, envases de tetra brik y cucharitas de helado, entre otros desechos, que llevaron al Punto Limpio cercano. Además, los jóvenes están buscando cómo reciclar las colillas de cigarrillo, que abundan sobremanera.
Tandil, lugar ensuciado
Belén Nogués forma parte del grupo y en diálogo con El Eco de Tandil explicó que el origen de estas salidas radica en “la inacción de la gente del Municipio y la preocupación que nos genera que no se haga nada”. Al respecto, señaló que hablaron con gente del Ejecutivo pero que no les dieron respuestas contundentes.
“Es una ciudad en la que se piensa que está todo bien, que es limpia, pero no es así, estamos intentando mejorar eso”, sostuvo.
Los chicos remarcaron la falta de conciencia ambiental por parte de los vecinos, que descartan sin demasiada consideración sus desechos en la vía pública, y la insuficiente cantidad de cestos y contenedores para poder albergar la basura. Por otra parte, pusieron en tela de juicio las políticas ambientales locales, que no han derivado aún en una gestión integral en materia de tratamiento de residuos.
La movida continuará por los puntos turísticos y los barrios de la ciudad, para poder además, relevar las zonas en las que más faltan recipientes y tachos, con el objetivo de presentar un proyecto en la Municipalidad para resolver el tema, que es apenas la superficie de una cuestión más profunda y compleja.
Pequeños cambios
Si bien saben que puede ser un camino difícil y que primero hay que vencer cierta resistencia, están convencidos de que de a poco se pueden ir generando pequeños cambios que contribuyen no sólo a la calidad de vida local, sino a vivir de un modo más amigable con el planeta.
En esa línea, han realizado diferentes actividades de promoción y difusión. “Ponemos un puesto informativo en la plaza, con folletos carteles, le contamos a la gente cómo está la cosa en Tandil y en el mundo, así logramos conversar y lograr que se preocupen para empezar a cambiar algo”, contó Belén.
También organizaron una Feria Ecológica con el propósito de visibilizar productos alternativos de uso cotidiano que no dañen el medioambiente, incluyendo también alimentos orgánicos, para así contribuir al desarrollo de una forma de consumo sustentable que evite la generación desconsiderada de desechos.
Las convocatorias son abiertas y libres, cualquier persona que quiera sumarse a las recorridas o colaborar con ellos puede contactarlos a través de las redes sociales. Facebook: Jóvenes por el Clima Tandil. Instagram: @jovenesporelclima_tandil.
Las colillas de cigarrillo
Los fumadores del todo el mundo compran alrededor de 6,5 billones de cigarrillos al año. Eso es 18 mil millones por día. Aunque la gran parte de lo que tiene adentro el cigarrillo y su envoltorio se desintegran al fumarse, no todo se quema. Billones de filtros de cigarrillo, también conocidos como colillas, quedan. Se cree que solamente una tercera parte va a ir a parar a la basura, mientras que el resto es arrojado a la calle o a través de una ventana con indiferencia.
Estos filtros están hechos de plástico denominado acetato de celulosa. Cuando se arrojan en el ambiente, se desecha no sólo ese plástico sino también la nicotina, los metales pesados y muchos otros químicos que han absorbido.