Reclamo laboral
Un grupo de feriantes del Calvario exigieron que se respete su lugar de trabajo
Hace años que trabajan al pie de la cruz comercializando los productos que ellas mismas fabrican, hoy, su espacio se ve vulnerado por la persecución de inspectores y policías, que en el último fin de semana recorrieron el predio desalentando la venta callejera no autorizada.
En el marco del fin de semana largo, se dio a conocer a través de este medio que tanto inspectores como policías, recorrieron el predio del Monte Calvario, con el fin de desalentar la venta callejera no autorizada. Los operativos fueron cuestionados por representantes de la economía popular, que le exigieron al estado municipal la búsqueda de propuestas y alternativas para generar condiciones dignas de trabajo para el sector, en vez de perseguir y estigmatizar a los feriantes.
Recibí las noticias en tu email
En ese sentido, un grupo de vendedoras, que se ubican específicamente a escasos metros de la cruz, comercializando artesanías y productos realizados por ellas mismas, dialogó con El Eco de Tandil para contar lo sucedido en los últimos días, y exigir que se respete su espacio de trabajo, en el cual están hace varios años.
“La cuestión es que nosotras hace entre ocho y diez años que tenemos este lugar donde venimos a trabajar, y en los últimos años habíamos conseguido un permiso del padre Andrés, para poder hacerlo en armonía con el lugar”, comenzaron el relato. Resulta que el reconocido cura ya no cumple sus labores en la parroquia Santa Ana, por lo que aparentemente dicho permiso caduco, y ya no tienen el aval de casa religiosa.
“No puede ser que el permiso dependa de si esta tal personalidad o no a cargo, porque nosotros seguimos teniendo el derecho a trabajar, estamos acá hace muchos años, siempre tratamos de maravilla a los turistas, y lo que nosotras queremos que se nos reconozca como un derecho adquirido”, aseguraron, aclarando nuevamente que hablan en representación del grupo de mujeres vendedoras ubicado al pie de la cruz.
Lo cierto es que el pasado fin de semana largo, las escalinatas del monte se colmaron de vendedores de todo tipo, que no son los que suelen estar de manera estable, y al parecer los comercios de la cuadra denunciaron esta situación, argumentando sentirse “perjudicados” ya que muchos de los artículos comercializados por los feriantes, son los mismos que ellos ofrecen.
Ante esta situación, sin previo aviso, efectivos policiales y representantes de la Dirección de Inspección y Habilitaciones del Municipio, procedieron a desalojar a los vendedores del espacio público, quienes en su mayoría se retiraron por su cuenta, y a otros se les labraron actas y se les decomiso la mercadería.
“Nosotros somos un grupo de mujeres que necesitamos vender porque es nuestra fuente de ingresos, vivimos de esto, venimos todos los fines de semana, y no molestamos a nadie, estamos a más de 200 metros de los comercios, y aparte producimos lo que vendemos, que eso por ahí hay veces que no se tiene en cuenta, y tiene valor”, explicaron las artesanas.
A su vez, señalaron que el accionar de los inspectores fue repudiable y les generó mucha impotencia. “Vinieron sin ningún papel, en calidad de abuso a querer llevarnos puestas, y llevarnos nuestras cosas, además te ningunean, te tratan como si fueras un delincuente, como si nosotras no viniéramos a ganarnos el pan acá, todos los días”, refirieron.
Resulta que los empleados municipales estaban al tanto del permiso que les había dado el encargado de la parroquia, ya que la institución eclesiástica suele tener buen trato y armonía con los feriantes que desde hace mucho tiempo comercializan en el lugar. Pero como el padre Andrés ya no está más allí, y no fueron notificados de una nueva habilitación, no discriminaron entre los vendedores fijos, y lo que se acercaron únicamente en el fin de semana.