Ciencia y tecnología
Un equipo de investigadores tandilenses está desarrollando un innovador collar antiparasitario
Concentraría una serie de fármacos para combatir tanto parásitos externos como internos por al menos un mes. Además, funcionaría como repelente para mosquitos y garrapatas.
A través de un subsidio recibido en diciembre del año pasado por parte del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica mediante la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, un grupo interdisciplinario que cuenta con investigadores del Centro de Investigación Veterinaria Tandil (Civetan) y del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería (Cificen), se encuentran desarrollando un collar antiparasitario, que marcaría un antes y un después en el tratamiento contra estos organismos.
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Los centros son apoyados también por la pyme Apilab, dedicada mayoritariamente a la producción apícola, que se encuentra en búsqueda de ampliar el campo de intervención. Esta colaboración con una pequeña o mediana empresa era uno de los requisitos para aspirar a dicho subsidio.
El collar ahuyentaría pulgas, garrapatas, ácaros, gusanos y mosquitos, y a diferencia de los tradicionales, también eliminaría parásitos internos, evitando el uso de pastillas, que suelen traer dificultad para garantizar la ingesta apropiada.
A fin de conocer los detalles de este proyecto, El Eco de Tandil se comunicó con su directora, Laura Moreno Torrejón, investigadora del Civetan.
Primeramente, contó que junto con un grupo de colegas ya venían desarrollando proyectos similares, y que cuando se enteraron de la convocatoria, tuvieron la idea de presentarse a este financiamiento, que tiene un año de duración, por lo que en la actualidad se encuentran avocados completamente a su desarrollo.
“Hablando con la pyme, llegamos a un acuerdo de diseñar un collar con un polímero especial, que te permite combinar varios fármacos, tanto para el control de parásitos externos, que es lo habitual de los collares disponibles en el mercado, como también parásitos internos”, afirmó.
Los fármacos están alojados en el collar, y se van distribuyendo por la piel, sobre todo para el control de organismos externos, y la idea es que algunos de ellos, o al menos uno, se absorba por ella, ingrese al torrente sanguíneo, y de esa forma llegue por lo general al intestino, donde mayoritariamente se alojan los gusanos redondos, que son los más problemáticos.
El animal quedaría cubierto casi en su totalidad, a excepción de los parásitos planos. “En un futuro evaluaremos otras opciones para ver si podemos atacarlos, por ahora el objetivo es este, que es muy novedoso porque estaríamos controlando a la gran mayoría” explicó Torrejón.
La directora del proyecto sostuvo que una vez en circulación, el collar implicaría un ahorro en medicamentos y una mayor facilidad de absorción. “Es más fácil ponerle un collar a tu mascota, que hacerle comer una pastilla, peleando a ver si se la comió o no, si la esculpió y demás”, agregó.
Avances en la investigación
En cuanto a los avances del proyecto, expresó que actualmente “estamos con los ensayos con el polímero, para esto hay que hacer una especie de molde para hacer el collar, hemos estado estudiando eso. Y evaluando la combinación de fármacos que vamos a aplicar, para en breve hacer las pruebas de eficacia en perros”. En ese sentido aclaró que los testeos no son nocivos, ni implican ningún sufrimiento para el can.
El aporte de la pyme Apilab, se basa en el escalado productivo, “nosotros podemos hacer las pruebas piloto con el Cificen, pero ellos ya tienen las vías de comercialización, y de producción a escala industrial, porque tienen inyectoras grandes y demás maquinaria que les permite producir en grandes cantidades”.
Las pruebas de materiales se hacen en el laboratorio del Cificen en la Facultad Exactas, frecuentemente se acerca el gerente de producción de Apilab, con quien han estado discutiendo el diseño del collar, y el aporte desde Civetan tiene que ver con lo farmacológico, “pensar cuales van a ir y luego, cuando se lo pongamos al animal, ver cómo se libera, medir concentraciones en el pelo y en la sangre, son pruebas que se aplican en un rango terapéutico, para que mate al parásito pero no sea tóxico para la mascota”, describió la investigadora.
Respecto al efecto del collar, aseguró que está garantizado un mes de duración, aunque trabajaran para que sea por más tiempo, y también harán énfasis en el precio, buscando que sea lo más accesible dentro de las posibilidades, para que mucha gente lo pueda obtener.
“Estamos buscando también que uno de los fármacos tenga efecto repelente, y eso es muy importante para la trasmisión de la enfermedad. Como no te llega a picar, no le trasmitiría al animal muchas enfermedades que provienen de los mosquitos y garrapatas”, manifestó la directora.
Por último, destacó que el producto marcará una importante ventaja en cuanto la practicidad en el cuidado de las mascotas. “En la actualidad se las incluye y considera como parte de la familia, y es fundamental disponer de una herramienta práctica que te permita cuidarla, además muchos de los parásitos son zoonóticos, o sea que se trasmiten a las personas, y de esta forma estaríamos evitando que eso pase también”, finalizó.