Un día histórico para los ingenieros agrónomos y forestales que conformaron su Colegio provincial
Después de cuatro años en busca de la independencia del Cipba, los profesionales agrónomos y forestales lograron materializar su colegiatura en una asamblea extraordinaria. Está subdividida en cuatro regiones, donde Tandil será referente de la sudeste. La entidad permitirá canalizar cuestionamientos urgentes como la regulación de aplicación de agroquímicos, la producción sustentable y las buenas prácticas agronómicas.
Tras dos décadas intentando independizarse de los ingenieros en general, se formalizó la creación del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia de Buenos Aires (Ciafpba), y se hizo a través de una Asamblea Extraordinaria Constitutiva desarrollada en el Aula Magna de la Facultad de Veterinaria de la UNLP, ya que las instalaciones de Agronomía “quedaron chicas” por la gran convocatoria.
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Ingenieros Agrónomos de todos los puntos del territorio bonaerense se dieron cita para rubricar el viejo anhelo del sector de contar con una colegiatura propia, y de ese modo lograr escindirse del Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires.
Del encuentro participaron unos 236 profesionales de más de 50 localidades y eligieron a Fidel Cortese, de Tres Arroyos, para presidir la Asamblea. Desde Tandil partió una delegación conformada por los ingenieros agrónomos Alejandro Bonadeo, Alberto Franchino, Daniel Garaguso Marcelo López de Sabando, Natali Lazzaro, Marcelo Tonetta, Ramiro Alberti, Hugo Inza y Guillermo Cavalleri.
Según contó el referente del Círculo de Tandil (Ciat), Daniel Garaguso, en la asamblea se puso a consideración la aprobación del reglamento interno y el código de ética del nuevo Colegio. Además, se establecieron las fechas de las asambleas regionales para elegir autoridades, que en Tandil, como cabecera de la región sudeste se hará el 16 de febrero, al igual que en Pergamino, Lobos y Bahía Blanca. Mientras que la elección de mandos provinciales será el 23 en Azul.
“Dentro del reglamento interno se han establecido las pautas para el funcionamiento interno y, para esto, se trabajó en una comisión especial formada por integrantes de las asociaciones de ingenieros agrónomos y el Ministerio de Justicia”, confirmó.
Desde allí abordaron la estructura que va a tener la nueva entidad provincial, donde definieron una división en cuatro regiones que serán la zona norte, la centro, la sudeste y la zona sur. Cada una de estas tendrá sus autoridades zonales y, a su vez, dos presidentes de cada región más un representante de cada zona formarán parte del Consejo Directivo a nivel provincia. Estos ocho integrantes mantendrán ese cargo de manera rotativa, por un solo período, para que la dirección del Colegio vaya girando.
Cabe destacar que Tandil será sede de la región sudeste, que abarca a todas las localidades comprendidas dentro del triángulo Olavarría, Necochea y General Madariaga, siendo un total de 22 partidos.
Si bien aún no se conocen las autoridades que simbolizarán a cada zona, el sudeste siempre ha sido representado por el referente Pedro Platz de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Balcarce. “Nosotros, desde el Círculo de Tandil, vamos a integrar el Consejo Directivo regional”, informó Garaguso.
Agroquímicos y sustentabilidad
Según indicó el referente local, la conformación de este espacio independiente ayudará a potenciar el desarrollo de las actividades que venían desarrollando desde los centros. “Pero ahora será a través de una figura institucional que tiene mucho más peso que la que nosotros podemos tener como círculo local”, aseveró.
Uno de los principales intereses es dar respuesta a muchas inquietudes que está planteando la sociedad en relación a la actividad agropecuaria. Entre las cuestiones más relevantes o urgentes presentes en su agenda y que están dispuestos a abordar cuando se termine de formalizar el Colegio tiene que ver con la efectiva aplicación de la Ley de Agroquímicos en la provincia de Buenos Aires, que es una legislación de muchos años pero que según Garaguso no se está cumpliendo como se debería.
“Vamos a trabajar sobre el reclamo que hay con respecto al control de las pulverizaciones cerca de los centros urbanos, entonces la idea es hacer nuestro aporte en cuanto a conocimientos de cuáles son las metodologías que hay que usar en cada caso y qué soluciones son las óptimas”, sostuvo.
De todas maneras, indicó que hay muchos temas que siempre han defendido y tienen que ver con una producción sustentable, cuidado del suelo, buenas prácticas, la conservación y manejo de envases vacíos de plaguicidas, como otros asuntos que esperan ir tratando de a poco para encontrar una solución.
Un largo camino a la independencia
En Buenos Aires existen cerca de 15.000 ingenieros agrónomos, que en la actualidad se encuentran nucleados en la Red de Asociaciones de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Buenos Aires (Raiaba), compuesto por asociaciones y círculos de toda la provincia.
“El anhelo surgió porque estábamos incluidos en el control matricular y en el ejercicio de la profesión dentro del Colegio de Ingenieros, pero con colegas ingenieros civiles u otras ramas, no había gran afinidad en cuanto a la parte laboral”, explicó, efectivizando que en esa entidad no han podido canalizar sus inquietudes y las intenciones de trabajo que siempre han tenido.
En la década del 90, ante un reclamo muy parecido al actual, el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires (Cipba) determinó la creación del Departamento de Ingeniería Agronómica como para calmar las aguas. Aunque lejos fue de ser una solución, ya que apenas se trata de un órgano consultivo. Es decir, para cualquier cuestión, los agrónomos tienen que recurrir o pedir permiso al Consejo Superior del Colegio, que entre sus integrantes no tiene a ningún agrónomo.
Pero desde hace cuatro de años, los ingenieros entendieron que la complejización que había experimentado su profesión obligaba a buscar a la independencia real del Cipba. Y así comenzaron a transitar el camino que los depositó en la legislatura de la mano del proyecto de ley presentado por el diputado Ricardo Lissalde, de la localidad de Saladillo.
“El primer intento fue allá por el 2000, pero no tenían a nivel provincial gente capacitada que pudiera ponerse al frente del Colegio. Pasaron los años con actividad en el Círculo y en las demás entidades, hasta que en 2016 se pudo volver a presentar un proyecto que fue aprobado en Diputados en 2017 y durante 2018 en Senadores. Finalmente salió la Ley que conforma el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de Buenos Aires”, enumeró cronológicamente. Además, contó que cuando se presentó el proyecto de ley habían cerca de 15 asociaciones formales y ahora hay más de 50, “o sea que hubo un acompañamiento importante de toda la provincia en esto”.