Un conde italiano, el primero en elaborar un queso en Tandil
Se trata de Antonio Poncetti, quien en 1849 arribó al país y comenzó con la elaboración.
Sobre el autor
La mención más antigua acerca de los primeros fabricantes de quesos en Tandil se remonta a 1854 y se refiere a un presunto conde italiano, Antonio Poncetti, que llegado al país en 1849, adquirió tierras en Buenos Aires, las que luego vendió y con ese dinero compró vacunos holandeses, herramientas y armas. Junto a otros italianos audaces se marchó en su compañía a la región que había elegido, donde formó con el tiempo grandes estancias y elaboró el primer queso del que se tenga noticias en Tandil.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPasarían los años y recién hacia 1880 surge la producción de quesos artesanales. Historiadores de inicios del siglo XX señalan que “hacia 1875 ya las carretas llevaban yeguas de vacunos y ovinos repletas de quesos y manteca”. Además, correspondió al italiano Console Mottalini, en 1888, poner la más primitiva fábrica de queso y manteca. Entre 1896 y 1909 Mottalini y asociados produjeron un promedio de 40.000 kg de quesos anuales.
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En 1913, los hermanos italianos José, Luis y Fortunato Magnasco crearon la firma Luis Magnasco y Cía, de plena vigencia y expansión en Buenos Aires. Esta empresa se hizo cargo de la distribución en todo el país de los productos de La Tandilera, tomando esta firma, diez años después, el control de la fábrica que tanta fama le diera al cuidado de sus descendientes y de sus vecinos. En 1940, un descendiente de los fundadores, el Dr. Attilio Magnasco, quedó al frente de la fábrica, consolidando dedicación, capacidad y vocación de empresario visionario.
Crecimiento
En 1904, un informe de la entonces sección Estadísticas y Economía Rural del Ministerio de Agricultura señalaba que había en Tandil siete cremerías, una quesería y una mantequería que, en conjunto, elaboraban procesando más de un millón de litros anuales, para el año 1921, la producción de La Tandilera fue de 1.500 toneladas de queso y 2.400 de manteca, recibiendo crema de alrededor de mil tambos. Para el año 1923, centenario de Tandil, los tipos de queso que más se fabricaban eran el Sbrinz, el Reggiano de 20 y 30 kilos, Reggianito de 5 a 7 kilos, Gruyere de 8 a 10 kilos, Mar del Plata, Pategrás, entre otros.
Ya en 1940, había en Tandil unos 500 tambos, 38 fábricas de queso, 3 de manteca y 17 de crema. Según el Instituto Agrario Argentino, la situación de Tandil en el área de la producción lechera era inmejorable por la calidad de sus pasturas naturales y por la excelencia del plantel de animales.
Una gran anécdota
Cerca del año 1963, en una de las tantas fábricas de “La Tandilera”, se fabricaba un queso gruyere al día, sí, un solo queso... pero del tamaño de una rueda de tractor, que bajo la atenta mirada del maestro quesero suizo Ernesto Bieri, salía para su estacionamiento y posterior exportación.
Toda una rica e inolvidable experiencia.
Escuela Granja, cuna de queseros y queseras
En esta rica historia sobre los quesos de Tandil, no puede faltar una referencia a un establecimiento educativo que marcó el camino: en 1916 nació la que luego sería conocida como la Escuela Granja, de capital desarrollo en lo relacionado con la capacitación de mano de obra calificada especialmente en el rubro lácteo y más específicamente en la quesería.
La Escuela logró realizar exportación de queso Cheedar a Inglaterra y tuvo a su cargo la creación del Banquete, hoy queso típico de Tandil.
Al día de hoy, la Escuela de Educ. Agraria Nro.1- Dr. Ramón Santamarina sigue siendo un faro referente en la actividad láctea de la región.
Sobre el autor
Periodista deportivo y comunicador social.
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