Vía libre para administrar las clases presenciales
Tras las flexibilizaciones, la Unicen apuesta a una presencialidad “cuidada, gradual y protocolizada”
El Ministerio de Educación derogó los decretos que limitaban la presencialidad plena en el nivel superior y cada universidad deberá establecer sus pautas de regreso pleno. La Unicen mantiene actividades presenciales especiales y busca garantizar la cursada virtual hasta diciembre para que los estudiante no pierdan la regularidad. Los aprendizajes mediados por tecnología se seguirán implementando incluso cuando toda la comunidad regrese a las aulas físicas.
El ministro de Educación Jaime Perczyk eliminó, la semana pasada, el distanciamiento de 1,5 metros que era obligatorio en las aulas universitarias y de ese modo, autorizó el retorno a la presencialidad plena en el nivel. A partir de ahora, serán las propias universidades, en coordinación con las jurisdicciones que deben establecer sus propias pautas, las que definirán los pasos a seguir, ya sin las limitaciones de los protocolos nacionales que estaban vigentes.
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La secretaria académica de la Universidad Nacional del Centro, Mabel Pacheco, conversó con El Eco de Tandil sobre los cambios que se vienen y detalló cómo se está trabajando en una coyuntura en la que ya empezaron a convivir la virtualidad y las clases presenciales.
En esta línea, explicó que se habilitaron clases presenciales cuidadas en función del área de conocimiento y de las destrezas y competencias a desarrollar que requieren maniobras experimentales u otras prácticas, con la atención enfocada en los estudiantes que nunca transitaron por la universidad, es decir, los de primero y segundo año que, tras terminar la secundaria, se embarcaron en la vida universitaria en el marco de la pandemia.
Al respecto, señaló que la Unicen marcha hacia una presencialidad “cuidada, gradual y protocolizada”, con el compromiso de la casa de estudios de que todos los estudiantes mantengan la regularidad y se garanticen las actividades virtuales hasta diciembre de 2021.
Como muchos estudiantes provienen de otras ciudades, varios dejaron de alquilar sus departamentos y ya no tienen lugares para vivir, por eso se sostendrá el formato digital hasta agotar el año en curso y no generar trastornos en la trayectoria académica de esos jóvenes.
“A aquel alumno que no pueda asistir, que tenga problemas de salud, de vivienda, de traslado o lo que fuere, nada lo va a hacer perder la regularidad y el aprendizaje de los contenidos, porque va a tener instancias de recuperación que serán atendidas particularmente en las unidades académicas”, explicó.
Instancias presenciales
En torno a ello, reparó que desde marzo de este año se implementaron las convocatorias presenciales cuidadas para algunas prácticas esenciales de laboratorio y de algunas materias que lo requerían, con el objeto de cerrar los espacios curriculares pendientes de 2020.
“La situación sanitaria todavía estaba comprometida y aún operaban ciertas restricciones para transitar, pero el 2021 se inició con cierta presencialidad. Después, del 30 de agosto al 30 de septiembre hubo presencialidad cuidada en todas las sedes y unidades académicas, a la que asistieron el 78 por ciento de los alumnos convocados especialmente, y ahora se inició la tercera etapa, que va desde el 1 de octubre al 30 de diciembre y se amplió esa presencialidad, abonada favorablemente por un cuadro epidemiológico óptimo, y por las normas nacionales y provinciales que otorgan mayor flexibilidad”, describió Pacheco.
Los niveles preuniversitarios inicial y secundario, además, iniciaron el ciclo lectivo 2021 con una alternancia semanal y desde septiembre se encuentran trabajando de forma presencial con la totalidad de estudiantes en cada institución.
La apertura gradual
En tanto, aclaró que no se trata sólo de abrir la presencialidad a la ligera sino que hay que tener en cuenta los aspectos económicos, de salud, vivienda y sociales para garantizar el funcionamiento de la comunidad universitaria en su totalidad.
“Abrir con mayor aforo implica la apertura de los servicios de la universidad como los comedores, bibliotecas y residencias. Más presencialidad implica más colectivos que lleguen al Campus para trasladar a alumnos y docentes, y son gestiones que se hacen desde distintas áreas de la Unicen”, planteó.
Asimismo, precisó que los comedores funcionan con sistema de viandas y que la biblioteca funciona para retiro y devolución de bibliografía en horario extendido. Por otra parte, la residencia está abierta para que los alumnos convocados a prácticas especiales tengan un lugar para quedase, con un aforo del 50 por ciento de su capacidad total.
“La universidad nunca dejó de funcionar, siempre estuvo abierta y lo que hicimos fue virtualizar la no presencialidad producto de la pandemia. Siempre estuvimos presentes a través de la inversión en bibliografía electrónica, en conectividad, en becas, en ayudas socioenómicas, en el acceso a la tecnología”, puntualizó y sostuvo que no se dejó de gestionar, sino al contrario, tuvieron que aprender a hacerlo de otra manera y atendiendo otras problemáticas que surgieron con este cambio de paradigma.
Romper moldes
En este año y medio de transformaciones, Pacheco indicó que la Unicen aprovechó para invertir en aulas híbridas, incorporar esta metodología de enseñanza como una modalidad que llegó para quedarse y enriquecer los procesos que se dan al interior de la universidad. Lejos de ser una práctica a desechar, la virtualidad tiene el potencial necesario para amalgamarse al mundo conocido de impartir conocimientos solamente cara a cara, a la vieja usanza.
“Ganamos dos planes nacionales para acompañar trayectorias de estudiantes y docentes en este cambio de modelo que es enseñar y aprender bajo este sistema híbrido, que no solamente requiere de equipamiento, también de una conectividad que sostenga su funcionamiento y de la capacitación tecnopedagógica para aplicarlo. Esto es un desafío y una inversión. Creo que la presencialidad no volverá como antes de marzo de 2020 porque también hay muchas cosas buenas que se lograron en este tiempo, se pueden sumar estos aprendizajes mediados por tecnologías y convivir ambas formas con una presencialidad plena”, reveló.
“Cada universidad, dentro de su autonomía responsable, tiene que marcar las pautas y resolver al interior cómo va a articular estos cambios graduales”, cerró.