Trabajadores de la economía popular contaron su lucha diaria para evitar que los sigan estigmatizando
Los movimientos sociales se juntaron ayer a la mañana en el marco de la Jornada Nacional de Lucha. Criticaron las políticas del gobierno actual y apuntaron contra los titulares locales de la UDAI, CDR y el director de Empleo y Trabajo. Se enfocaron en detallar las actividades que desempeña cada cooperativa y grupo de trabajo para demostrar que no son “vagos”.
Con mate cocido y tortas fritas para todos, los trabajadores se manifestaron frente a la Anses para llevar adelante la “Jornada Nacional de Lucha”. La convocatoria a la que respondieron las distintas organizaciones sociales respondió a un llamado que se repitió en distintos puntos del país por parte de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
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Así en la esquina de Chacabuco y Pinto de esta ciudad, un centenar de personas se reunieron para dar a conocer cuál es su desempeño y lucha dentro de esta sociedad local. Asimismo, denunciaron las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri, mientras que a nivel local apuntaron contra el del director de la Unidad de Atención Integral (UDAI) Cristian Salvi, el responsable del Centro de Referncia (CDR) Néstor Müller y el director general de empleo y trabajo Gonzalo Santamarina.
“En un contexto donde la inflación significa más hambre y pobreza, porque miles de familias no pueden acceder a comer todos los días, donde se vive una grave situación social y laboral que debería ser afrontada con políticas públicas para el sector más afectado, el Estado sigue quitando derechos”, expresaron las organizaciones allí reunidas, intensificando su plan de lucha para hacer frente a los aumentos de la canasta básica de los alimentos y de las tarifas..
La intención, más allá de hacer oír su reclamo por el recorte en las políticas de fortalecimiento a las cooperativas y productivos de los trabajadores de la economía popular, fue compartir con los vecinos los logros que fueron alcanzando desde cada agrupación. De esta manera, desde las promotoras ambientales, las promotoras sociocomunitarias de salud, los integrantes de la Cooperativa de recuperadores, de la Cooperativa de construcción, los huerteros, feriantes y cartoneros, entre muchos más, contaron su labor del día a día, ese logrado por la voluntad propia y del grupo, y con enorme esfuerzo.
Sobre el final, un pequeño grupo ingresó a las oficinas de Anses para acercarle una carta al director de esa UDAI e hicieron lo mismo con la delegación local de la Secretaría de Trabajo.
Junto a sus familias compartieron parte de la mañana con una infusión caliente y algo rico que prepararon entre todos, para retirarse pacíficamente antes del mediodía.
Ni vagos ni analfabetos
“Vayan a trabajar”, fue la consigna de alguien que pasó ayer por la concentración, sin saber que eso es lo que hace día a día este grupo de gente.
“Nos levantamos muy temprano con apenas unos mates y llevamos adelante muchas tareas, por eso queremos que no nos vean como vagos ‘planeros’. Es nuestro derecho reclamar como también lo es poder desayunar”, dijeron. Con esta declaración buscaron destacar la importancia de que no se los confunda con gente que no quiere trabajar, ya que nunca falta la oportunidad de que alguien los llame “vagos”, como sucedió ayer mismo durante la manifestación.
Por eso es que decidieron pararse con un micrófono y un parlante, para contarle al resto de la sociedad y a sus propios compañeros lo que hacen, esperando que de una vez por todas se deje la estigmatización de lado. “Que nadie nos obligue a quedarnos callados”, alentaron.
Por otro lado, también se refirieron a las veces que los han llamado analfabetos, cuando tampoco lo son, porque recordaron que en los barrios muchos adultos están terminando la primaria. En este sentido, invitaron a que quien quiera se acerque a ver todo lo que hacen, advirtiendo que no se quedan sentados en su casa esperando las cosas de arriba, sino que todo se lo consiguen con esfuerzo. “Pedimos que el estado se haga cargo porque realmente necesitamos trabajar, para darle de comer cada día a nuestros hijos”, aseveraron, subrayando que son las organizaciones las que están generando esas ocupaciones de las que “el Municipio no se hace cargo”.
Oficios y ocupaciones
Una de las actividades que han logrado promover desde de los movimientos sociales ha sido el cultivo de alimentos a raíz de huertas propias. Los que se desempeñan en la producción del barrio La Movediza, contaron que van tres veces por semana, mientras que otro día asisten a un taller donde hacen plantines y comparten las verduras con los comedores para nutrir a los chicos.
“Ofrecemos un servicio al barrio generando alimentos con gran esfuerzo, para que sea sin agroquímicos”, explicaron. Para esto, se capacitan constantemente y producen cada vez más alimentos para que cada uno de ellos tenga la posibilidad de llevarse a su mesa esos productos frescos y salidos de sus propias manos.
En tanto que otro grupo contó que cocina dos veces por semana para los más chicos, pero que actualmente tienen el problema de les está faltando mucho alimento fresco y que nada viene del Municipio, por eso pidieron la colaboración de todos.
Por su parte, las promotoras de salud que se han formado entre 2017 y 2018 sostuvieron que el objetivo de su rol está vinculado a acercar el barrio a las salitas médicas, siendo parte de su tarea la prevención de enfermedades. “Estamos ante un sistema que fue desjerarquizado y que cada vez tiene menos presupuesto”, revelaron.
A su vez, quienes son parte de la cooperativa de construcción están trabajando en la mejora de unas 25 viviendas en la Movediza, destacando que si se quiere se puede tener un trabajo digno. Sin embargo, también plantearon un reclamo frente a la ley de infraestructura que determina que entre un 20 a 25 por ciento de las obras deben ser otorgadas a las cooperativas, pero como no la terminan de sancionar, las empresas privadas los están “dejando sin lugar”. “El camino va por ahí, mejorar las condiciones de vida de nuestros compañeros y que esa ley se apruebe”, insistieron.
Desde el punto de vista de los feriantes también contaron que han logrado adquirir un nuevo espacio de ventas, el cual está abierto para compartir con todo el que quiera capacitarse, participar con sus conocimientos o artesanías.
Por último, el referente de Patria Grande, Juan Arrizabalaga, hizo hincapié en que a la esta ciudad siempre se le hizo difícil mostrar la realidad de los barrios, que la crisis económica también pegó en Tandil y que hay hambre menos trabajo.
“Siempre que los de arriba no lo hacen, somos los de abajo, los de los barrios, los que trabajamos para recuperar la Patria mientras ellos la venden”, enfatizó, remarcando que el camino de lucha es el “mejor y único” que hay.
El caso de Roberto Leyes
Hace un año que cartonea en la calle y se manifestó conforme con lo que hace, principalmente por haber encontrado gente que está como él “cirujeando”, lo que en realidad es el trabajo que les permite llevar “el pesito” a sus casas.
Aunque era la primera vez que compartí su experiencia en público y con micrófono en mano, logró inmediatamente captar la atención de todos.
“Puedo sobrevivir y agradezco haber encontrado un grupo con gente que a uno lo valoriza y eso da fuerza de seguir”, se contentó, además dijo que hay gente buena en la ciudad, que le da cartones, comida o ropa.
“Levanto 100 kilos de cartón por día y ojalá el día de mañana pueda compartirlo con la cooperativa. No voy a bajar los brazos”, resumió.