Relato sobre cómo viven día a día
Toma en La Movediza: un vecino dijo que la situación es “desesperante”
Habló del crecimiento del asentamiento, de la existencia de un almacén y de las conexiones clandestinas.
En el cierre de una semana que puso en agenda el proceso judicial que se inició a partir de la denuncia por la usurpación del macizo emplazado entre las calles Salta, Chapeaurouge, Misiones y Piccirilli en el barrio La Movediza en febrero de 2023, un vecino puso en evidencia el modo en que cambió la lógica diaria, repasó las instancias por las que atravesó el espacio y pidió por el desalojo. De ese modo, “el dueño de la tierra recupere lo que es suyo y nosotros recuperemos la tranquilidad, que es lo que corresponde”, sentenció.
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En diálogo con el ciclo La Mañana de El Eco (104.1 Tandil FM, EcoTV y El Eco Streaming), Juan, un contribuyente que desde hace 20 años vive en la zona, hizo referencia a la instalación de un almacén en una esquina del terreno ocupado, ratificó que continúan las conexiones clandestinas a la red de energía y alertó sobre la consolidación del asentamiento que comenzó hace poco más de un año y medio.
El capítulo judicial de la semana comenzó el martes, cuando se conoció la orden de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Azul para que la Justicia haga efectivo el desalojo de las familias que ocupan el lote de calle Piccirilli al 1000, dando lugar al pedido del propietario Daniel Moauro.
Un día después, la causa volvió a dar un giro al conocerse el pedido por parte de Casación Penal para que el Juzgado de Garantías no aplique la resolución del tribunal de alzada hasta tanto resuelva el tema de fondo. En concreto, el recurso de queja que oportunamente planteó la defensa en torno a la inconstitucionalidad de la inclusión del lote en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) y que aún se encuentra en instancia de revisión.
En detalle, el Tribunal de Casación Penal notificó al juez de Juzgado de Garantías, a cargo del doctor José Alberto Moragas, en el marco de la causa “Colectivo de personas ocupantes del predio Incluido en el barrio La Movediza sobre recurso de queja”, a efectos de “solicitarle la remisión a esta sede de las actuaciones principales, en virtud de resultar indispensables para decidir”.
Asimismo, y en función de la “gravedad institucional y social de la situación planteada, hago saber que no deberá efectivizarse el desalojo dispuesto hasta tanto sea resuelta la presente queja”, remató.
“La tranquilidad que teníamos”
“En algún momento perdemos la esperanza, después la recuperamos esperando que esta gente se vaya. Es desesperante para nosotros como vecinos, que somos muchos, estamos en contacto y al tanto de lo que sucede en el día a día”, confesó Juan en declaraciones a El Eco Multimedios.
En su relato, expuso que el asentamiento, que comenzó con un grupo de mujeres y rápidamente se extendió y consolidó a lo largo del último año y medio, le cambió “totalmente la tranquilidad que teníamos”.
Atentos a la presencia de personas que “no son de Tandil”, el vecino planteó que “estamos hablando de gente que llega y se pone en un lugar que no le corresponde”, a la vez que detectó movimientos constantes en cuanto al ingreso de materiales, pallets con ladrillos, entre otros.
En ese sentido, sorprendido por el accionar, contó que en la esquina de Misiones y Navarro “pusieron un almacén”, que tiene suministro eléctrico “de la misma luz de la que se cuelgan”.
“Hoy en día sería una villa”, definió con tono de indignación, y agregó que “se cuelgan de la luz; llamamos a la Usina, que nos dice que sin la policía no pueden proceder. Entonces, programan el corte, lo hacen, se va la cuadrilla y automáticamente se vuelven a conectar”.
La molestia entre los frentistas de la zona crece frente al estado en que se encuentran las calles que rodean el lote. “Hay todo el tiempo basura, mugre, bolsas tiradas”, describió y aseguró que “cada día que pasa estamos más desesperados” frente a la situación en general.
Un escenario “desesperante”
Ante un escenario “desesperante”, Juan deseó que la resolución de la Justicia “se cumpla” en cuanto a la ejecución de la orden de desalojo –ahora en stand by a la espera de la definición de Casación Penal-.
Mientras tanto, insistió con el avance del asentamiento y alertó que “cada día que pasa es peor, siguen construyendo, llega más gente” y se consolidan las estructuras.
De todos modos, y en función de lo que surgió de las conversaciones en el Foro de Seguridad, “nadie sabe quién vive ahí porque no hay un censo”, pese a que la policía les habló de la existencia de un relevamiento.
Apuntó contra la cuestión política y objetó que “nadie piensa en el dueño de la tierra”, a la vez que instó a que “dejemos de regalar y dejemos de ser solidarios con lo ajeno”.
“Toda esa gente que está a favor, que se los lleven a sus predios porque son solidarios con lo ajeno. No se dan cuenta cuánto nos afecta a nosotros día a día. Es tremendo”, achacó.
El vecino contabilizó alrededor de 120 frentistas que habitan en las inmediaciones al macizo ocupado y que están en contacto. “Vivimos mal, no podemos dejar nada porque te lo sacan a la pasada; hay música todo el día, sin importar la hora, y nosotros tenemos que bancar todo”, graficó.
“Es desesperante para todos porque tenemos chicos chiquitos, llaga la noche y nos encerramos, prendemos más luces de las que teníamos. No estamos tranquilos, pasan un montón de cosas.
“Nosotros también tenemos nuestro derecho”
Para finalizar, contó que llevaron su reclamo como vecinos al Municipio y al Foro Municipal de Seguridad. Sin embargo, planteó que “hace un montón de años que estamos” en el barrio, en su caso, más de 20, por lo que “sé exactamente cómo estaba” el predio ocupado.
Luego, reconoció los casos de familias que presentan alguna necesidad en materia habitacional, “pero no es el camino para resolverlo”, remarcó y describió que “vimos chicos jóvenes que marcaron su lugar y que se van a construir algo. Todo cuesta en la vida, pero no pueden hacer lo que se les dé la gana”.
De todos modos, aclaró que aquellos casos que presenten alguna necesidad habitacional real “el Estado tendría que ayudarlos o ver cómo le podría dar una mano”.
“Nosotros también tenemos nuestro derecho. Compramos nuestro terreno, construimos nuestra casa y hoy tenemos que estar viviendo como estamos viviendo”, enfatizó y como elemento que contribuye al malestar expresó que recibió una boleta de la Usina por 120 mil pesos “y veo cómo están colgados” del suministro.