Titulares de hoteles alojamiento se manifestaron frente al Municipio y fueron recibidos por el Ejecutivo
Tras varios meses de incertidumbre, Walter May y Carlos Martin, dueños de La Morada y La Finca, respectivamente, se manifestaron en la Municipalidad junto a trabajadores y familiares para solicitar ser tenidos en cuenta en una próxima apertura. Tras algunos minutos, fueron recibidos por el funcionario Martín Romano, quien les aseguró que elevaría el pedido y que este jueves les confirmaría si pueden volver a funcionar.
Titulares de los hoteles alojamiento de Tandil, acompañados por familiares y trabajadores, se manifestaron este miércoles por la mañana en la explanada municipal para visibilizar su situación y solicitar al intendente Miguel Lunghi que los tenga en cuenta para próximas habilitaciones. Tras algunos minutos de espera, finalmente fueron recibidos por el subsecretario de Gobierno, Martín Romano.
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Tras varios idas y vueltas, los empleadores y empleados de La Finca y La Morada se movilizaron hasta Belgrano al 500, tal como habían anticipado semanas atrás a este medio.
Si bien desde un principio clamaban por poder volver a abrir ya que, según advirtieron en diálogo con El Eco de Tandil, sus clientes son todos locales y no trabajan con turistas, el detonante de la manifestación fue que el Municipio, al entrar a la Fase 5 del distanciamiento social, preventivo y obligatorio, planificó organizar una prueba piloto de turismo de proximidad pero no los incluyó.
Al no estar incorporados en esta nueva etapa, y al no tener un panorama claro de cómo seguirían, decidieron concretar la medida que se había originado a mediados de mayo. En aquella oportunidad, Walter May, titular de La Morada, había declarado, tras más de 50 días de confinamiento, que “nosotros somos el rubro que menos contacto tiene con la gente. Entonces lo que me parece a mí es que hay una especie de capricho, donde nadie se anima a decir ‘abran los albergues’”.
Ante tal situación, compartió su idea de realizar una sentada o una movilización frente al Municipio en un grupo de WhatsApp que integran diferentes comerciantes de la ciudad, y el apoyo que recibió fue notable. “Todos me apoyaron para hacerlo después de las 18, cuando ellos cierran”, había indicado en ese entonces.
Sin embargo, con el pasar de los días y a medida que la situación sanitaria en Tandil se mostraba favorable, los horarios de los comercios fueron variando y los dueños de los albergues transitorios optaron por hacer la marcha a las 11, acompañados de trabajadores y algunos familiares.
“Ya van varios amagues”
Carlos Martin, dueño de La Finca, declaró en diálogo con El Eco Multimedios que decidieron congregarse frente al Municipio porque no fue la primera vez que les dijeron que abrirían y finalmente volvieron para atrás.
“Hemos hecho todo lo posible para hablar con el Intendente pero no nos recibió. Nos atendió una secretaria de él y nos dijo que teníamos que mandar un correo. Ya van tres amagues que parece que abrimos y todo. Cuando habló el Intendente pensamos que estábamos incluidos, porque era turismo local. Pero al final no, porque parece que no estamos en turismo”, se quejó Martin.
Explicó que cuando les enviaron un mensaje para advertirles que no estaban incluidos en esta nueva apertura para turismo de proximidad les “agarró un ataque” ya que aún continúan a la espera de una respuesta: “No estamos en ningún grupo, estamos al margen de todo. Ni siquiera estamos en la mesa de negociación”.
Manifestó que si bien son pocos los albergues que hay en la ciudad, la realidad es que son la fuente de trabajo de unas treinta familias, aproximadamente.
“Tomamos el ejemplo de Miguel y vamos a mostrar rebeldía”
Por su parte, May refirió que a situación se agrava cada vez más y que se les está haciendo muy difícil poder continuar, por lo que aseveró que optarían por realizar un acto similar al que planeaba el intendente: abrir aunque no se los permitan.
“Hemos aplaudido las decisiones de Miguel (Lunghi), esa rebeldía nacional de decir que pasara lo que pasara él iba a abrir el lunes. Nosotros lo aplaudimos, tomamos su ejemplo y ahora tenemos su misma rebeldía. Tenemos que abrir, no queremos estar en esta situación”, expresó y agregó que entienden los nervios que mostró Lunghi la semana pasada ya que “esa misma situación la tenemos nosotros ahora con él”.
Explicó, además, que no buscan generar conflictos sino que quieren reglas claras, al igual que solicitó el Intendente días atrás. Lo que más los preocupa es la incertidumbre de no saber qué sucederá y ejemplificó: “Si me decís que no voy a poder abrir en todo el año ya sé todo lo que puedo hacer y cómo resolverlo. Pero ahora dicen que abre el turismo local y nosotros no podemos”.
Fueron recibidos por Romano
Tras movilizarse, los titulares de los albergues fueron recibidos por el subsecretario de Gobierno, Martín Romano, quien les aseguró que elevaría la causa y este jueves les notificarían las novedades.
“Nos atendieron perfecto, fue una muy buena reunión. Nos van a confirmar este jueves, por lo que nos dijeron, si podemos trabajar y qué tenemos que hacer para estar en iguales condiciones que los hoteles”, manifestó Walter May a este medio y agregó que “nos dijeron que lo iban tratar a la brevedad; nosotros queremos abrir el viernes como todos los hoteles”.
Anticipó que creen que les exigirán llevar un registro de todas las personas que utilizan los servicios, por lo menos hasta que finalice la pandemia: “Nos imaginamos que puede ser que tengamos que llenar libro, pero no es problema, trabajaremos así y cuando pase todo esto lo dejaremos de usar”.
Reclamó, por otra parte, que varios alojamientos turísticos de la ciudad están “usando” a sus clientes al ofrecer paquetes por solo una noche: “Nunca vi un hotel que haga un check in a las 11 de la noche. Eso es para tener relaciones. Entonces nosotros que tenemos el establecimiento preparado para eso queremos las mismas condiciones”.
En ese aspecto resaltó que cuando finalmente la Provincia habilite el turismo ellos no podrán recibir a nadie ya que “no trabajamos con personas de afuera” sino que su público es local.
Finalmente, evaluó que la medida de tener que solicitar los datos de todas las personas que se alojan probablemente les hará perder algunos clientes pero remarcó que “más nos va a afectar estar cerrados”. Reconoció que mucha gente no querrá brindar información pero explicó que el registro será privado y que quedará guardado.
“Calculo que será por dos o tres meses. Cuando la pandemia termine no le vamos a pedir los nombres a nadie. Pero si es la única manera de trabajar, nos vamos a tener que adecuar”, concluyó.