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Deseo quejarme sobre el Paseo del Dique. Hace muchísimos años que cuando vengo a Tandil suelo recorrer el mismo, en particular los fines de semana.
Ya hace varios días que regresé antes porque no se puede pasear tranquilamente. Hoy domingo por la tarde era realmente imposible estar.
Los ruidos de los autos con escapes abiertos y de las motos particularmente eran agresivos hacia las personas que intentábamos disfrutar del paseo. ¡Aturdían!
Los conductores de las motos sin casco, ni hablar del barbijo, y haciendo piruetas en una rueda en la calle a riesgo de los que caminábamos por la senda peatonal, que, de paso, ahora está ocupada por sillas y motos estacionadas.
Me llamó la atención que los coches de la Policía están parados en el acceso al playón, seguramente para impedir el acceso, pero el resto del paseo está descontrolado. Había un móvil policial al ingreso por la avenida, que estaba estacionado, pasando las motos con escapes ruidosos y sin patentes y casco por al lado, y sin adoptar ninguna medida.
Regresé aturdido del paseo y al comentarlo, me dicen que esto ya se ha vuelto una rutina.
Veo que las autoridades no están dispuestas a regular el espacio público para que sea un lugar confortable y para disfrutar. Por el contrario está ‘tomado’ por personas ignorantes de los perjuicios que pueden ocasionar en materia de seguridad y confort que brinda la naturaleza del lugar. Vale aclarar que la pandemia no es la culpable. La desidia en los controles municipales y policiales es evidente.
Lo saludo atentamente.
Raúl Álvarez
DNI 5.155.760
