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Sobre el escándalo ocurrido
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en la Cámara de Diputados
Señor Director:
Que haya ocurrido lo que le ocurrió al diputado Juan Ameri y que algunos consideren que es una exageración la sanción aplicada por su bochornosa actuación prueba que la Cámara de Diputados y los Diputados mismos dejaron de ser honorables. Abandonaron la ética y la moral para desprestigio de la Nación. Por cierto lo mismo ocurrió con el mismo Senado y las legislaturas provinciales. Los entes colegiados de mi patria me dan vergüenza. Sigan así nomás, ya nos vamos a rebelar lo que les pagamos el sueldo.
El diputado salteño Juan Ameri, que apareció en vivo “con las manos en la masa” trató de justificarse por los medios, supuestamente apesadumbrado, oscureciendo ostensiblemente a medida que intentaba aclarar. Dijo que solo renunciaría a su cargo si se lo exigían.
Ameri no solo carece de vergüenza, sino también de dignidad. De solo pensar el sueldo que cobra ese señor y del respeto que nosotros, los ciudadanos de a pie, les merecemos a nuestros funcionarios que son, no lo olvidemos, nuestros empleados.
Lo que más llama la atención es como con los antecedentes que esta persona tiene, fuera incluido como representante del pueblo argentino. Resulta evidente que para ser legislador poco importa si se carece de una conducta impecable. Tampoco debemos olvidarnos del tipo que “no está” o el que duerme en la silla, pero eso sí, con una gran bandera argentina por detrás.
Rafael Madero.
DNI 5.308.217