Temas y lectores
¿Y sí en vez de pelearnos aportamos ideas?
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Señor Director:
Ya se cumplieron más de 100 días de aislamiento social. A pesar de ellos los casis de coronavirus van en aumento, los hospitales se van llenando y las camas de las Unidades de Terapia Intensiva se van agotando.
Nos pidieron otro esfuerzo con una nueva cuarentena estricta para tratar de evitar el colapso sanitario.
En estos días se escucha a muchas personas, científicos, políticos, sociólogos y distintos opinadores explicando teorías del estilo de “que hubiera pasado si…” “Por qué no se hizo tal o cual cosa”. “El Presidente es un genio” o “El Presidente nos está destruyendo”. Seguramente cada uno tenga su parte de razón. Es imposible demostrar que hubiera pasado si las cosas se hubieran hecho de otra manera. Entonces, ¿por qué insistir con eso?
¿Qué pasaría si en lugar de pelearnos y criticarnos mutuamente empezáramos a analizar las ideas pensando en si son viables o no en lugar de pensar en quien las dice?
¿Qué pasaría si en vez de utilizar las redes sociales para pelearnos, insultarnos y criticar al otro las usáramos para aportar ideas?
Propongo darnos un día, tan solo 24 horas para utilizar las redes sociales y canalizar ideas que nos ayuden a salir de esta terrible situación sanitaria, económica y social. Permitirnos un día de encuentro, en el que llegarían miles de propuestas. Seguramente muchas de ellas muy buenas. El paso siguiente sería entregar las propuestas a un grupo de notables que, con honestidad intelectual, se encarguen de analizarlas, seleccionarlas y transformarlas en un proyecto serio, creíble y, sobre todo, posible de implementar. ¿Será esto una utopía?
Héctor Cairoli
DNI 36.228.480
El árbol de los amigos
Señor Director:
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunos recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otros apenas vemos entre paso y otro. A todos llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien. Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabemos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuándo no estamos bien, saben que nos hace feliz. Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, salto a nuestros pies. Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestros rostros, durante el tiempo que estamos cerca. Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo hoja de mí árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre. Simplemente porque cada persona que pasa en nuestras vidas es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no dejarán nada. Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
Eduardo Aldasoro.
Profesor Educación Física.