Trabas a las importaciones
Sin repercusión aún de las restricciones, los insumos de hospital sí sufren el impacto inflacionario
La compra de medicamentos, materiales descartables e insumos hospitalarios está atada, en parte, al mercado de importaciones, pero a nivel local hay un stock que permite hacer frente a los servicios que se prestan a diario. Sin embargo, el contexto de suba de precios dificulta la planificación presupuestaria para mantener el circuito operativo.
Como se conoció esta semana, el Banco Central anunció un nuevo régimen de importaciones, que limita el acceso a dólares hasta el 30 de septiembre para grandes empresas y que excluye a las pymes, para frenar una mayor pérdida de reservas por las compras en el exterior.
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Salvo excepciones como la energía, bienes de capital y medicamentos, todo quedó incluido en el cepo, y el sector empresario advirtió que en muchos casos habrá dificultades para conseguir insumos importados, necesarios para operar la cadena productiva.
En este sentido, si bien los medicamentos no entran dentro de las nuevas disposiciones, podrían generarse faltantes en el mediano plazo de otros insumos hospitalarios e incluso de algunos componentes para fabricar remedios en el país.
Al respecto, Matías Tringler, presidente del Sistema Integrado de Salud Pública (SISP), en comunicación con El Eco Multimedios refirió que la compra de insumos médicos se hace mediante licitación y que esto permite un aprovisionamiento por varios meses.
Proveedores y stock
Así, describió que la Unidad Municipal de Adquisición, Almacenamiento y Distribución de Medicamentos (UMAD) genera licitaciones a tres, seis y doce meses bajo diferentes modos de contratación, con varios proveedores, para las diferentes áreas. Por el momento, no hay grandes inconvenientes en torno a la consecución de elementos importados pero sí dificultades para establecer los costos ante el contexto inflacionario.
“Tenemos más problemas con los reactivos de laboratorio, algunos proveedores argumentan dificultades de importación y otros dicen los mismo pero es que no cumplen con la licitación”, graficó Tringler.
Al respecto, destacó la labor de los trabajadores de cada área para “hacer malabares” y conseguir los elementos necesarios. Hasta ahora, no se han resentido las prestaciones y servicios en ningún nivel por un problema vinculado a la falta de insumos.
De este modo, ejemplificó que “la compra de los kits para diagnóstico de influenza, que se usa mucho en niños en esta época, fue anticipada al invierno y licitamos la compra por 4 meses, pero a veces la entrega está limitada. Y también siempre pasa que hay medicamentos que faltan momentáneamente, entonces hay que buscar otro proveedor o pensar alternativas”.
Presupuesto con incertidumbre
Además, afirmó que los mayores desafíos se plantean alrededor de tratar de establecer un presupuesto de compra en un escenario cambiario e inflacionario altamente volátil. De esta manera, señaló que “fue muy difícil presupuestar la compra de insumos en noviembre del año pasado, con un dólar de 100 pesos que parecía una locura, y ahora hay dólar oficial de 230, y no sabemos cómo terminamos en noviembre”.
En tanto, explicó que los productos de droguería y los materiales descartables, por ejemplo, aumentan a un ritmo más vertiginoso que la canasta básica y ya hay insumos que se incrementaron entre cinco y diez veces.
“La dificultad presupuestaria hace que estemos desviando partidas porque es difícil planificar los costos. Hay una gran cantidad de insumos importados, tanto de productos como de componentes, y los proveedores no nos quieren cotizar el costo, especulan con eso”, finalizó el funcionario.