FUEGO EN EL VALLE DEL PICAPEDRERO
Sin indicios de que haya sido intencional, el incendio en El Refugio dejó desazón y pérdidas totales
Al parecer, el fuego se inició en el interior del lugar e hizo arder todo lo demás. Los daños son totales y aunque el espacio cuenta con seguro, no alcanzará para reponer las pérdidas estructurales y de artefactos. Los bomberos pudieron controlar rápido el foco ígneo e impedir que las llamas se propagaran al cerro.
Aunque aún se desconoce el origen del fuego que consumió el bar El Refugio, situado en el Valle del Picapedrero, las hipótesis están lejos de plantear que el incendio haya sido intencional.
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Al parecer, por motivos que son objeto de estudio, las llamas se originaron en el interior del lugar y fueron devorando todo a su paso. Por suerte, la humedad registrada en la madrugada del domingo contribuyó a que el foco ígneo no se propagara y aumentara su caudal destructivo.
En este marco, Julio Puga, uno de los socios del emprendimiento gastronómico, conversó al aire con la radio de El Eco (104.1 Tandil FM), en el ciclo “Cosas que pasan”, y señaló que todavía se están realizando los peritajes pertinentes para saber qué fue lo que pasó.
Al respecto, indicó que “no habría en particular algo que se haya podido observar, aparentemente el fuego ardió mucho tiempo desde adentro y después ardió la madera de afuera, la vecina del campo de abajo vio el fuego y dio aviso a los bomberos”.
Según explicó, la noche anterior el cierre fue normal y de acuerdo al protocolo que tienen para ello, sobre todo en la parrilla. No obstante, cerca de las 5:40 de la mañana el llamado de una vecina alertó al Cuartel Central de Bomberos sobre lo ocurrido y los dueños amanecieron con la noticia del incendio.
“Las pericias van a servir para sacarnos la duda de qué pudo haber sido, queremos escuchar a los que saben, pero por ahora no tenemos motivos para creer que haya sido a propósito. Es muy triste y muy duro ver el lugar así, lo fuimos haciendo a pulmón, creció mucho y en un ratito el fuego se llevó todo puesto. Todavía estamos asimilando la noticia”, describió Puga.
Pérdidas totales
Ante el impiadoso avance del fuego, los daños fueron totales y aunque la propiedad está asegurada, el resarcimiento no alcanzará para dejarlo como estaba. De acuerdo a lo expuesto, el foco ígneo arrasó con la cocina, la parrilla, el salón techado y la estructura exterior. Las pérdidas incluyen artefactos, heladeras, freezer, choperas, mercadería y más.
En este sentido, Puga expresó que es pronto para calcular los costos y el tiempo que les llevará volver a poner todo en pie, con el consecuente lucro cesante de por medio. En tanto, subrayó que “no tomamos ninguna decisión aún. Hasta que no terminen los peritajes no se puede tocar nada, después vamos volver a la escena para limpiar y ver con qué nos encontramos cuando empecemos a levantar los escombros”.
Además, manifestó su gratitud por la cantidad de mensajes y ofrecimiento de ayuda que recibieron. En este sentido, recordó lo que sucedió con el restaurante El Club de la Quimera, ubicado en Uriburu y 4 de abril, que también fue consumido por un incendio en septiembre del año pasado y que, literalmente, resurgió de sus cenizas para ponerse nuevamente en marcha en este último tiempo.
“Los chicos de El Club de la Quimera fueron los primeros en ponerse en contacto con nosotros. Gracias a ellos y a todos los que se comunicaron. A Josefina, la vecina que se dio cuenta de lo que pasaba y llamó a los bomberos”, agradeció.
Fuego controlado
Por otra parte, el comisario inspector Ignacio Chio, jefe del Cuartel Central de Bomberos, refirió que las llamas se pudieron contener a tiempo para evitar que alcanzaran mayores dimensiones y se esparcieran por el terreno.
“Concurrió una dotación con 4 oficiales y cuando llegaron al lugar se dieron cuenta de que estaba completamente incendiado y con el consiguiente colapso de la estructura. Además, tuvieron que forzar los candados para entrar porque no había nadie, y eso demoró la intervención, sumado a que es un sitio de difícil acceso”, precisó.
Asimismo, reparó en que el control del incendio fue rápido porque, al ver ese panorama, se trata de contener e impedir que el foco no se propague al resto del cerro y sostuvo que “lo peor es que el incendio afecte el campo más allá del lugar en sí, pero trabajamos con dos líneas divergentes para controlar”.
Por último, destacó que no hay a priori indicios de que se haya cometido un ilícito que delaten un incendio intencional. “Tampoco es fácil ver eso porque se consumió todo, se analiza con el tiempo y si el propietario considera que pudo haber delito”, concluyó.