Siguiendo la pista del Fuerte Independencia, hallaron objetos de interés en un local céntrico
El sondeo efectuado en el patio de un local ubicado en Belgrano al 500 arrojó resultados positivos. Los profesionales hallaron elementos líticos y clavos que podrían datar de la época del histórico fortín. Además, buscan impulsar un proyecto de ordenanza -en el marco del Acuerdo del Bicentenario- para generar una normativa que ampare el trabajo arqueológico en las zonas de interés.
Tras los hallazgos de material en el Templo Danés y de los túneles de la casa de Juan Fugl, un equipo de especialistas se encuentra abocado a seguir la pista del histórico fortín y de los resabios de la vida social durante el siglo XIX. La identidad de una comunidad se construye, en parte, a partir de la recuperación de la memoria histórica y de los hechos del pasado. En esta tarea se encuentran desde hace aproximadamente dos años un equipo de arqueólogos que bregan por unir los fragmentos del Fuerte Independencia que dio origen a la ciudad de Tandil.
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Julio Merlo, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen y del Incuapa (Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano), Unidad Ejecutora del Conicet; Bárbara Sosa, museóloga encarga del Museo Histórico Fuerte Independencia de Tandil; y el arqueólogo Fabián de Haro, realizaron en el día de ayer un sondeo en el patio de un local gastronómico ubicado en Belgrano al 500, lindante a la Escuela Primaria 1.
El trabajo preliminar arrojó resultados positivos, ya que hallaron restos líticos, clavos y una esfera comparable a una bala, que podrían corresponder a la época sobre la que se indaga. El material encontrado fue enviado al laboratorio para su análisis, que determinará la posible pertenencia al Fuerte o a construcciones allegadas.
Un viaje al pasado
En comunicación con El Eco de Tandil, Merlo explicó que lo que se hace en primera instancia es considerar el área donde estaba emplazado el Fuerte Independencia, con el objetivo de empezar a hacer sondeos pequeños en los espacios abiertos, de 20×20 cm -que son más expeditivos-, para buscar en el sedimento elementos relacionados con la fortificación.
Los profesionales, a través del Museo del Fuerte, se ponen en contacto hablar con las personas que poseen casas en la zona céntrica para realizar las tareas, garantizando que no se va a romper nada y que todo volverá a su estado original tras los sondeos. “Es un trabajo complejo porque estamos en un contexto urbano, pero se pueden rescatar materiales”, deslizó.
“Encontramos materiales relacionados con la época del Fuerte y también elementos actuales. Aparecieron tapas de botellas, por ejemplo, pero también instrumentos de roca que usaban los indios, bien característico de la época de los fortines donde había población originaria en la zona, está todo mezclado. La idea es analizar el material en el laboratorio y ver si corresponde ampliar las excavaciones”, detalló.
Estos hallazgos permitirán reconstruir la historia del siglo XIX y obtener mayores precisiones para dar cuenta de cómo fue el contacto entre europeos, criollos e indígenas, estableciendo sistemas de relación entre los pueblos originarios y la sociedad que se instaló en esta zona.
“Se pudo desarrollar el asentamiento, esto indicaría que la relación fue muy buena, caso contrario creo que hubiera sido imposible instalar un fortín acá”, expuso.
Las ansias de saber no se agotan en Tandil y sus comienzos, sino que abarcan toda la frontera sur del siglo XIX, y atraviesa a Martín Rodríguez, Juan Manuel de Rosas y los posteriores procesos de formación del Estado nacional, para descifrar la convivencia entre pueblos originarios y criollos.
Ordenanza para la conservación patrimonial
En alianza con los diferentes actores que forman parte del subeje de trabajo Historia, Identidad, Memoria y Patrimonio del Acuerdo del Bicentenario, encabezado por la edil Melisa Greco y Gerardo Tassara por la Unicen, se concatenaron acciones para elaborar un proyecto de ordenanza. La finalidad de la normativa es generar un marco regulatorio para la preservación de los sectores que podrían albergar parte del patrimonio arqueológico local.
En esta línea, como la ciudad avanza en la edificación, se tratará de sopesar si es posible realizar un trabajo arqueológico previo antes de que se comiencen a levantar nuevas obras.
Al respecto, Merlo señaló que “si alguien quiere construir un edificio, no significa que se le va a frenar la obra, porque en el tiempo que demanda el trámite de papeles, nosotros podemos ir trabajando, hacer los sondeos y excavaciones en función de ese tiempo. Se extrae el material de interés y después queda libre para que continúen las tareas de construcción”.
El proyecto apunta a que se ponga en conocimiento al Museo o a la Universidad Nacional del Centro ante la tramitación del permiso de obra para la construcción de un edificio o propiedad y que, de este modo, los especialistas puedan desarrollar las tareas correspondientes. Además, cuando la obra tome su curso, controlarán su devenir por si aparecen nuevos rastros.
“Si una pala mecánica comienza a sacar tierra, que podamos verificar si aparece algo ligado al Fuerte o algún hallazgo paleontológico, los niveles a los que llegamos nosotros son superficiales, pero una máquina alcanza niveles más profundos y pueden aparecer fósiles”, ejemplificó. El hallazgo de restos fósiles implicaría idéntico procedimiento; el rescate de las piezas y la posterior prosecución de los trabajos de edificación.
Aunque aún es incipiente, el pasado de Tandil comienza a emerger de sus entrañas y a aportar valiosa información sobre aquellos años fundacionales en los que todo estaba por suceder.