“Ampliando Fronteras: Socios de la Cámara Empresaria en Expansión”
Segurplus: el éxito de una fórmula tandilense que monitorea en todo el país
A partir de un trabajo artesanal en Tandil, Segurplus se abrió camino en todo el país hasta convertirse en la empresa de monitoreo más grande de la provincia de Buenos Aires. Consejos para la prevención.
Formado en el mundo de los seguros, Víctor Bravo decidió, en 1997, desembarcar en el negocio de las alarmas. Para el nuevo recorrido no dudó en copiar a directivos y productores de seguros con quienes había convivido hasta entonces. Se propuso “evitar el monitoreo frío, distante”. Y vaya si la fórmula lo llevó lejos. A partir de allí, el crecimiento en la tasa de inseguridad y la necesidad (propia y de otros instaladores de alarmas) de contar un servicio de monitoreo bajo estricto protocolo las 24 horas impulsaron un crecimiento que hoy sitúa a Segurplus como la más grande entre las mayoristas con capital propio en provincia de Buenos Aires.
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Con el edificio de Arana 448 como casa matriz, Segurplus está en 60 ciudades, desde Jujuy hasta Comodoro Rivadavia.
DE LA “PREVISIÓN” A LA PREVENCIÓN
Como empresario, Víctor Bravo explica su éxito en un trabajo artesanal que priorizó el trato inmediato con cada cliente. “Conocer su idiosincrasia, las necesidades del vecino. Y actuar en equipo”, sintetiza.
A tal efecto armó una “selección” de los más adecuados en los sectores medios de la empresa.
-¿Cómo se evita el monitoreo frío?
-Eso lo aprendí con los seguros en La Previsión. Es conocer a cada cliente y acompañarlo ante el menor incidente; o sea entender el proceso que surge a partir de seguir al pié de la letra los protocolos de atención al cliente. Si se respeta eso, la gente brinda su confianza. Los que somos de Tandil sabemos que si cumplís esta ciudad te devuelve mucho, muchísimo más de lo que le diste.
Porque en esto de las alarmas no olvidemos que el cliente tiene que desnudar su vida, mostrar su intimidad, exhibir cosas de valor, temores… ya sea que se trate de su casa o de una planta industrial. Cuando se da esa forma de trabajo, el vínculo, siempre desemboca en una amistad.
-Pese a que largaron en cierta desventaja frente a las grandes compañías.
-Eso no pesó. Cuanto más grande sos, más fácil es pegarte porque tus movimientos son más lentos. La fórmula, si se puede denominar así, fue concentrarnos en nuestro desenvolvimiento.
A 27 años de su puesta en marcha, la tandilense Segurplus atraviesa una gran expansión que se también explica en el trabajo en redes que destaca Gustavo Martínez, pieza clave en la empresa.
Y en la complementación entre aquella metodología fundacional con las tecnologías que irrumpen en el mercado, esas que no dudan en incorporan apenas surgen.
Precisamente ese ojo avizor fue hace una década el que marcó el punto de inflexión en la firma, cuando su propietario no dudó en asumir que debía interpretar a ADT como “pionera y aprender de ella cómo se vende un sistema de monitoreo. Hasta entonces –recuerda Bravo- las alarmas sonaban en forma local. Y se necesitaba de la buena voluntad de un vecino para ver qué estaba pasando. Eso empezó a cambiar cuando ingresó ADT al mercado. Y lo supimos ver”.
-¿Cómo se inicia una instalación en la actualidad?
-Comienza con una charla con el cliente por el lugar en cuestión para saber cuáles son sus temores. Generalmente esa persona llega por un incidente, algo que le sucedió, aunque eso está cambiando y la gente tiende, poco a poco, a la prevención.
Antes que nada se evalúa el riesgo y luego se hace una presentación del proyecto de seguridad. Si se concreta, además de la instalación brindamos un servicio que permite que alguien más sepa qué es lo que está pasando en ese lugar a lo largo de las 24 horas.
En eso de nunca quedarse dormidos, Segurplus transita con muy buena repercusión la coexistencia de las alarmas y el monitoreo con un nuevo servicio que se llama De Rondas y Recorrido que se ejecuta a través de vigiladores con equipos de comunicación, declaración del objetivo y vehículos.
-¿Es el complemento a las alarmas en los tiempos que corren?
-Sí. Hay que ver que la hora del vigilador es muy cara. En cambio la práctica de dos rondas durante la noche en un servicio que se hace en forma aleatoria, no es tan onerosa y sí es altamente disuasiva. Porque el móvil verifica si todo está en funcionamiento y además permite chequear algún punto ciego que no se ve a través de las cámaras. De modo que entre la persona física y la parte electrónica se logra una conjunción que da muy buenos resultados.
DELINCUENTES, REJAS Y CARTELES
-¿La presencia de un sistema de alarmas disuade al delincuente?
-Sí. El delincuente no quiere problemas. Busca un trofeo. Él tiene que ingresar y salir rápido. Y si se enfrenta a un sistema que se activa, genera ruido, luces y pone en situación de alerta a otros, prefiere no tomar riesgos: entre una casa con alarma y otra que no tiene, elige esta última, sin dudarlo. De todos modos a la delincuencia nunca, nunca, hay que subestimarla.
-Los delincuentes también se especializan.
-Sí, están muy profesionalizados. Y frente a alguien que tiene el objetivo de ir a robar, es necesario contar con la preparación adecuada para, al menos, no encontrarse a alguien dentro de la casa.
-La tecnología juega a favor de las dos partes: alarmas y delincuentes.
-Totalmente. Nosotros para probarnos solemos pararnos en la vereda del delito para verificar una serie de estrategias y ver cuáles son nuestras zonas débiles y fortalecernos.
-¿El cartelito de “alarma” en el frente de una casa o negocio sirve?
-Es muy disuasivo. Pero hay que tener en cuenta que las empresas de alarmas tienen que ser empresas de seguridad privada habilitadas por ley. No todo es igual, porque hay responsabilidades atento a que cuando sucede un evento y está todo bien, somos todos amigos, pero frente a cada situación hay que evaluar el seguro de las compañías, habilitaciones, normativas y protocolos.
-¿En qué medida un espacio con alarmas es más seguro que otro que no tiene?
-El tema es más complejo que eso. Ocurre que a veces la gente piensa, por ejemplo, en una reja –es la primera medida en la que se suele pensar- y la reja el delincuente la supera sin problemas.
-Al menos le hacer perder tiempo.
-Las saca con elementos que encuentra ahí mismo. Hemos encontrado rejas que fueron sacadas sin siquiera utilizar herramientas. Con una barreta basta. Y sorteado ese obstáculo, ya están dentro de la propiedad. Inclusive, hay veces en que la reja juega en contra. Mucho mejor que eso, yo sugiero conciencia de prevención: si tengo arbustos, los corto; si no tengo bien iluminado el predio, lo ilumino como corresponde; si puedo tener una mascota, la tengo.
Es más importante la prevención (vivir con ella), que algunos elementos que se pongan. En principio todo lo que se haga sirve: elevar la medianera del jardín, ¿poner rejas? Sí, en la medida en que haya lugares donde justifique ponerlas (ventiluces, tragaluces), también verificar las cerraduras, que sean doble paleta, bidimensionales…
Y evaluar las causas de inseguridad en la zona. Es necesario hablar con los vecinos, conocer cuáles son los riesgos. Y finalmente si se resuelve incorporar un sistema de alarmas, comprobar que la empresa esté habilitada. De lo contrario es una complicación: tener un cartel de una empresa que no está habilitada puede generar no sólo una multa sino convertirse en un problema más.
En ese caso, el cartelito está lejos esta de ser una solución.