Celebración popular
Se viene el cuarto Carnaval Barrial de Villa Gaucho con música y baile para toda la familia
La plaza de Lester y Labardén será el epicentro de la movida cultural organizada por la murga Los Adoquines de Fulano de Tal, alma del barrio. El domingo desde las 15 habrá feria, 14 grupos carnavaleros y un cierre musical a pura cumbia. La entrada es libre y gratuita.
Este domingo vuelve nuevamente a las pistas el Carnaval Barrial de Villa Gaucho, en su cuarta edición, tras suspenderse durante dos años consecutivos por la pandemia. De este modo, la barriada renovará su apuesta al ritmo, la música y el color, una marca que los identifica en la serranía.
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La cita es este domingo 8 de mayo a partir de las 15 en la plaza de Lester y Labardén, donde estará montado el escenario a cuyo alrededor se gestará la movida, que es totalmente gratuita y que espera recibir a vecinos de todas partes para disfrutar de una tarde familiar.
Según compartieron los organizadores, en el evento se presentarán 14 grupos carnavaleros, habrá feria, participará el joven cantante Steven Orsini y el cierre musical a pura cumbia se dará de la mano de Nicolás Olivera.
En esta línea, serán de la partida las murgas La Inquieta, Reketupá, Flor de Murga, Frika, La Guardia, Caídos del Catre, Guardianes de Piedra, Siete Colores, Correla voz, Los Malabaristas, El Dragón de la Vía, La Soñada, Candombe del Encuentro, y el grupo carnavalero de Villa Gaucho, Los Adoquines de Fulano de Tal.
Este grupo arrancó “tocando el parche” y en poco más de una década logró un crecimiento tan grande, que más que una murga son un grupo comprometido socialmente con la barriada de Villa Gaucho. Carnavales, festivales de rock y carreras de atletismo, entre los hitos de su historia. Sin embargo, los destaca la identidad que lograron, con bases en el respeto, la diversidad, la familia, la unión, la cultura y alegría, entre otros cimientos que reivindican con orgullo.
Romper las estructuras
Marco Núñez, referente del barrio y alma máter de Los Adoquines de Fulano de Tal, señaló que “rompemos con el calendario y seguimos con el carnaval en mayo, porque si nos quedamos encasillados estamos en la lona”.
En diálogo con el programa “Informadísimas” (ECO TV y 104.1 Tandil FM), refirió que el carnaval barrial es producto de las ganas de seguir haciendo cosas y se suma a las múltiples actividades que mantienen como parte de la identidad zonal.
Al respecto, observó que “termina el Carnaval en febrero y quedan las ganas de seguir tocando, de seguir haciendo, entonces el resultado de todo eso es el Villa Gaucho Rock, la carrera Ramón Bedoya, el Carnaval Barrial, además con todas las instituciones que nos acompañan”.
De este modo, destacó el carácter gratuito del evento y las ganas de los vecinos de participar, de formar parte de algo que dignifica y llena de identidad cultural a la barriada.
“Los vecinos sacan las sillas y se llena el barrio, es volver a quemar el espíritu, sacar lo malo y dejar que entre lo bueno. Se trata también de sostener el trabajo que realizamos desde hace 14 años con la murga, con la única fiesta popular que nos queda”, valoró.
Contención social
Asimismo, Núñez también reparó en que la posibilidad del encuentro a través del arte y la cultura funciona como un anclaje para muchos chicos de Villa Gaucho y aledaños, que logran canalizar allí sus intereses y forjar un sentimiento de pertenencia hacia un movimiento que los contiene y que los convoca genuinamente.
En este sentido, Núñez consideró que a través del tiempo se ha incrementado el consumo problemático y que faltan políticas públicas para contener estas situaciones, que pasan a diario ante los ojos de los vecinos. Frente a ello, muchas veces las organizaciones sociales y barriales suplen la ausencia del Estado y son las que tienen una verdadera presencia territorial.
Así, expresó que “muchas personas hacen la vista gorda pero la problemática está en todos los barrios”. No obstante, aseguró que la pérdida del Limache en 2019 -el espacio polideportivo que nucleaba un sinfín de actividades, cuyo alquiler dejó de ser solventado por la comuna y cayó en manos de privados-, significó la pérdida del lugar de encuentro por excelencia. Hoy ensayan en la plaza del barrio, pero no es lo mismo.
“El sentimiento sigue y hay que bancar la lucha por el espacio que no tenemos, por eso con la murga seguimos generando cosas para que haya puntos de encuentro y de referencia. Somos contención, somos cultura, música, encuentro, taller, festival y todo lo hacemos desde el corazón, a nosotros no nos paga nadie”, compartió.