Se postergó la audiencia ante el Ministerio de Trabajo por el conflicto en Loimar
Así lo informó el delegado ceramista José Goñi. El encuentro se había pautado para hoy pero se corrió unos días. En tanto, ayer por la mañana, un grupo de operarios se reunió con el Intendente y autoridades de la Secretaría de Desarrollo Productivo.
Sigue sin definiciones el conflicto en Loimar. Tras la conciliación obligatoria que se venció el lunes de la semana pasada, el Ministerio de Trabajo de la Nación decidió convocar a una reunión para hoy en Capital Federal. Finalmente, la cita se postergó y los trabajadores deberán aguardar al viernes para obtener certezas y definir los pasos a seguir.
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Mientras esperan por la audiencia con las expectativas puestas en alcanzar algún avance frente al complejo panorama que lleva dos meses y medio sin solución, los empleados mantienen presencia frente a la planta en un nuevo acampe ante la decisión patronal de negarles el acceso.
La medida fue tomada como una “provocación” y generó malestar entre los operarios que, si bien plantearon impulsar acciones directas como el corte de ruta, determinaron esperar al encuentro pautado para el viernes e intentar que se abra algún canal de consenso.
Frente a este esquema, ayer por la mañana los delegados del sindicato ceramista se presentaron en la Municipalidad en respuesta a una convocatoria realizada por el Gobierno para analizar el estado de situación del conflicto desatado en octubre pasado.
Reunión con Lunghi
El encuentro estuvo encabezado por el intendente Miguel Lunghi junto al jefe de Gabinete, Oscar Teruggi, la secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales, Marcela Petrantonio, e integrantes del equipo del área.
El encuentro se celebró en el despacho del jefe comunal. Los delegados ceramistas Alberto Algañaraz, José Goñi y Sebastián Gere compartieron su mirada sobre el conflicto y realizaron un repaso sobre los últimos acontecimientos, con miras a la audiencia que estaba pautada para hoy pero que se celebrará este viernes.
En diálogo con El Eco de Tandil, el delegado de Focra en Loimar José Goñi dijo que la reunión fue “bastante positiva” y destacó que pudieron transmitir “la realidad de Loimar” desde la perspectiva de los trabajadores.
Indicó que el Gobierno expresó su predisposición para generar las gestiones que consideren necesarias, aunque le aclararon que las tratativas se encuentran en el ámbito del Ministerio de Trabajo de Nación, a la vez que compartió su preocupación por las acciones que podrían impulsar en caso de no lograr resultados positivos durante la audiencia.
Esperar a la audiencia
En ese sentido, ratificó que “siempre respetamos el ámbito” de la cartera laboral nacional, por lo que “por ahora no podíamos hacer nada”. Incluso, la notificación en la que les informan sobre la postergación de la audiencia, “nos pidieron paz social y que estemos a derecho”.
En definitiva, ratificó que aguardarán al viernes y, en función de lo que allí se resuelva, evaluarán los pasos a seguir reunidos en asamblea.
Entre las razones por las cuales se corrió dos días el encuentro, Goñi especuló que “seguramente sea para dar plazo a la patronal para que pueda reunir la documentación necesaria”.
Y comparó que “nosotros estamos preparados porque queríamos tener certezas por la necesidad que atraviesan nuestras familias. Con seis mil pesos el problema lo tenemos en el hogar”, dijo en referencia al dinero que depositó la empresa en sus cuentas el pasado 26 de diciembre.
“Queremos terminar con esto, de estar siempre en conciliación obligatoria; la gente está cansada, llevamos dos meses y medio de paro y la realidad es que queremos visibilizar el conflicto”, expresó el dirigente al abordar el estado de situación.
Acampe
En otro pasaje de la entrevista con este Diario, el delegado ceramista indicó que continúan “afuera de la planta” ubicada en el camino de acceso a la Sexta Brigada Aérea, en cumplimiento con una decisión que adoptó la asamblea el jueves pasado al impedirles el ingreso a cumplir con la jornada laboral en el marco de la conciliación obligatoria.
Para finalizar, indicó que hay casos en los que los trabajadores reciben ayuda del Municipio para afrontar el pago del alquiler y de la boleta de luz, mientras que distintas organizaciones sociales donan mercadería. “Y gracias a eso venimos sosteniendo la situación. Pero es difícil”.
Sin salida
La situación se complejizó al comenzar el nuevo año. Al acudir a la planta el primer día hábil, el personal de seguridad les negó el ingreso a raíz de las órdenes de la empresa, circunstancia que derivó en la presentación de una denuncia ante la delegación del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.
Los operarios mantienen firme su postura de que se garanticen todas las fuentes laborales, pese a que desde la patronal manifestaron su intención de seguir adelante con los despidos.
Además, insisten con el pago de los salarios y aguinaldos adeudados a la fecha. La semana pasada se realizó un magro pago, pero aún reclaman dos quincenas, medio aguinaldo y el reajuste de paritarias de 2018.
El conflicto se encuentra empantanado desde hace más de dos meses -cuando se produjeron los despidos y suspensiones- y todavía no llegó a ningún resultado definitorio.
En el tiempo transcurrido desde que se enviaron los telegramas de despido y suspensión, a mediados de octubre, debieron intervenir las autoridades del Ministerio de Trabajo bonaerense, de la dependencia laboral nacional y hubo una medida de fuerza llevada adelante por los obreros, que levantaron un campamento en el acceso a la fábrica para rechazar la decisión de la patronal de reducir el personal ante la caída de las ventas y los incrementos tarifarios.
“A nadie le conviene que la empresa cierre”
Luego de la reunión con los trabajadores de Loimar, el director de Industria, Mauricio Madarieta, contextualizó que “hicimos la convocatoria para que nos cuenten el estado de situación” ante el vencimiento de los plazos pautados por la cartera laboral.
Al abordar las posturas de las partes, indicó que la voluntad “es seguir; lo que sucede es que no hay acuerdo en alguno de los términos”.
“Escuchamos, vemos cuáles son las demandas. A nadie le conviene que la empresa esté cerrada. El problema es que cuando se plantean posiciones muy duras, la influencia puede ser menor”, planteó el funcionario de la Secretaría de Desarrollo Productivo.
En tanto, alertó que “siempre es preocupante cuando una empresa cierra” y en este caso se perdería un centenar de puestos de trabajo entre los 81 operarios más los empleados administrativos.
“Las deudas son grandes pero entendemos que, produciendo, la empresa es capaz de absorberlas, por eso apelamos a que las partes recapaciten y lleguen a un acuerdo para continuar”, concluyó Madarieta.