Se acerca el último primer día y buscan trabajar con padres, docentes y alumnos sobre la concientización
Desde la Defensoría del Pueblo local adhirieron a la propuesta de la oficina bonaerense. Entienden como principal preocupación el excesivo consumo de alcohol y otras sustancias en la celebración de los adolescentes. Publicaron siete ítems con pautas y recomendaciones, además desde Habilitaciones y Juventud están atentos a los festejos.
La celebración del “último primer día” (UPD) de clases se convirtió en una tendencia creciente durante la última década, a lo largo y ancho del país. Por ende también ha tomado impulso en Tandil y los jóvenes que van a comenzar a cursar el último año de sus estudios secundarios se reúnen la noche anterior al primer día, en una casa, un boliche o salón de alquiler, para celebrar el comienzo del ciclo lectivo. Tras la noche en vela, van al colegio con el sueño (y muchas veces, la resaca) a cuestas.
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Considerando las experiencias de años anteriores y como la celebración se hace cada vez más extensiva, desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Tandil manifestaron su adhesión a la propuesta por parte de la Defensoría del Pueblo Bonaerense en la intención es concientizar sobre consumos problemáticos en el UPD.
“Entendemos que la principal preocupación es el excesivo consumo de alcohol y otras sustancias”, explicó la titular de esa oficina, Paula Lafourcade. Asimismo, explicó que su planteo es no dejar solos a los adolescentes, lo que requiere un trabajo diario por parte de la familia en conjunto con la comunidad educativa.
“Son estos ámbitos los adecuados donde se debe discutir y concientizar las problemáticas entre el consumo excesivo del alcohol y diversión”, aclaró.
Vale recordar que el año pasado en Tandil no todos los colegios dictaron clases, ya que en algunos casos, los maestros y directivos invitaron tanto a los alumnos como a sus padres a un desayuno, optando por no brindar la clase y que cada chico se vuelva con su familia a su casa a fin de preservar la integridad de los futuros egresados.
Evitar el descontrol
El documento al que hizo referencia la defensora se diagramó por la preocupación en padres, docentes y funcionarios que genera la práctica, por lo que formularon formula que el ritual adolescente se trabaje en las escuelas “como un hecho pedagógico”, con estrategias que problematicen justamente la relación entre las bebidas alcohólicas y la celebración.
Frente al escenario que suele generarse, de chicos borrachos o maldormidos a la hora de ingresar al establecimiento educativo, desde la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires trabajaron en la divulgación de una guía con siete puntos clave para evitar el descontrol y trabajar distintos aspectos del ritual adolescente “como un hecho pedagógico”.
La iniciativa está enmarcada en la campaña iniciada dos años atrás por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la institución e incluye una serie de recomendaciones y pautas para tener en cuenta en el seno del núcleo familiar y las escuelas.
Habilitaciones y ruidos molestos
Como los festejos suelen despertar malestar entre los vecinos, quienes denuncian ruidos molestos y suciedad en las calles, y en la comunidad educativa, ya que muchos estudiantes llegan alcoholizados a clase la mañana siguiente también desde la Dirección de Inspección General y Habilitaciones del Municipio estarán atentos a la fecha que será el domingo que viene.
Así, Javier Camgros, contó que ellos tendrán las guardias permanentes alertas. “Mientras se haga en lugares que cuenten con habilitaciones y cumplan con las normas no va a haber ningún problema”, aseguró.
Por el contrario, en espacios que lleven a cabo el festejo y no sea un lugar autorizado advirtió que procederán como el año pasado, clausurando el local, ya sea salón o casa quinta. Además, agregó que estarán atentos a proceder ante la denuncia por ruidos molestos.
Cabe recordar que en 2019, aunque no hubo incidentes ni disturbios, también debieron advertir sobre el volumen de la música en algunos domicilios privados, mientras que se infraccionaron varios lugares y se clausuraron otros, justamente por no cumplir con las condiciones necesarias. De todas formas, vale aclarar que en la mayoría de los espacios había un responsable mayor a cargo.
Los siete puntos propuestos por la Defensoría
- Empecemos por casa. Hablemos con nuestros hijos sobre las consecuencias del consumo excesivo de alcohol.
- Busquemos alojar y contener a los jóvenes, no dejarlos solos.
- Debemos trabajar y promover desde la escuela prácticas de cuidados entre pares
- Problematicemos la asociación entre consumo de alcohol y diversión. Hablemos sobre sus consecuencias físicas y sociales, con información científicamente validada y actualizada.
- Concienticemos que el consumo en exceso implica menos autocontrol y reduce la capacidad de procesar información, incrementa las posibilidades de ejercer y/o padecer acciones violentas.
- El abordaje del UPD puede trabajarse durante el año escolar como parte de los acuerdos de convivencia, construidos conjuntamente entre toda la comunidad educativa, de modo que se reafirme la responsabilidad colectiva en torno a las prácticas de cuidado para ese día.
- Las medidas que se tomen desde la escuela no deben ser solamente prohibitivas o sancionatorias, trabajemos el UPD como un hecho pedagógico y reflexionemos críticamente sobre esas prácticas.