Ideas que colaboran con el ambiente
Proyectan fabricar placas con rastrojo de trigo para la construcción de viviendas
Ricardo Buquete explicó la iniciativa que tienen desde la Cooperativa Falucho. Con un objetivo sustentable que el desperdicio de trigo podría reemplazar las placas de yeso que se utilizan en las obras
Desde la cooperativa Falucho proyectan fabricar placas de rastrojo de trigo que reemplazarían a las de yeso que se usan actualmente para la construcción de viviendas. A su vez, cumplirían la misma función del “durlock”.
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En éste marco, el presidente de la cooperativa Falucho de Vivienda Limitada, Ricardo Buquete, contró sobre el proyecto de los paneles confeccionados a base de desperdicio basado en el rastrojo del trigo cosechado en los campos, con la intención de reemplazar al “Durlock” en la construcción.
“No es innovador porque ya se viene utilizando en otros países del mundo”, y pretende una fabricación de estas placas, que sea más amigable con el medio ambiente, contó.
“Hoy la situación es que tenemos tierra en el Parque Industrial, reservada como para montar una fábrica”, agregó el presidente sobre la situación inicial del proyecto que también inicio la conformación de una sociedad que va a administrar el desarrollo del mismo y se encargara del proceso administrativo que requiere la aprobación desde entidades como el INTI.
La instancia posterior sería “sacar el certificado de aptitud técnico en la Secretaría de Vivienda que nos permitirá usar este tipo de productos para la construcción.”
El paso a paso
Primeramente, el proceso consiste en utilizar el “rastrojo de trigo que normalmente queda en el campo y a veces se vuelve a incorporar a la tierra, lo queman o se va”. Sin embargo el porcentaje a utilizar es muy bajo que se iría acumulando en un depósito, en formato de silo para que se conserve ese desperdicio de trigo a una temperatura y humedad óptimas.
Luego “se usa una máquina por la cual ingresa el rastrojo, que lo comprime a una temperatura elevada y del otro lado sale el panel”.
Asimismo, con un proceso que resultaría “simple” según Buquete, también cuenta con ventajas ambientales. Ya que la fabricación en sí “no usa agua, ni aditivos o yeso y simplemente con presión y temperatura ya disminuye a la mínima expresión el gasto energético.”
En tanto, la industria requiere de un acuerdo con los productores de trigo que se encuentran en la zona y alrededores, quienes estén dispuestos a participar en el negocio de este carácter. En la reunión con cada uno de ellos, se establece “la cantidad de rastrojo que se puede llegar a comprar, el precio y el momento de entrega. Siendo un negocio individual con cada uno de los asociados”.
En esta línea el presidente de la cooperativa resaltó “que no se hace una selección de la semilla que usan los productores, simplemente se compraría el desperdicio del trigo y una vez que está en la planta, se fabrica el panel”
El contexto
La situación del país con inflación y la incorporación de productos importados valuados en dólares presentan un panorama que complejiza y aletarga la puesta en marcha de la fábrica.
Desde allí, “la idea original era comenzar a los 60 o 90 días y ver si era factible empezar a producir sobre fines de año, aprovechando la cosecha pero no sé si vamos a llegar”, dijo, y agregó que “quizás estamos ahí pero no tenemos la materia prima que solamente la podemos encontrar en una determinada época del año, que es de noviembre a enero”.