Proponen crear una mesa articuladora para abordar la problemática de la droga
Lo dijo Mario Raimondi, referente de la ONG "La Tribu", al hablar sobre la temática. Dijo que, además de madres que venden estupefacientes, ven chicos que venden droga. Aseguró que es más por una cuestión de supervivencia que de consumo.
El debate por la droga en Tandil sigue su curso y más actores sumaron sus puntos de vista sobre lo que está sucediendo y lo que debería hacerse para frenar a la problemática. El secretario de Protección Ciudadana, Atilio Della Maggiora, sostuvo que en la ciudad “hay droga como en el resto del país” y desestimó que “técnicamente haya crack”.
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Mario Raimondi, referente de la ONG “La Tribu”, sostuvo en diálogo con El Eco Multimedios que “nosotros venimos hablando del tema hace bastante tiempo. La problemática está, puede variar en algunos períodos la intensidad pero abarca a todas las clases sociales y es un tema que preocupa a todos”.
El referente social señaló que “nosotros vemos no solamente mujeres vendiendo droga sino chicos que realizan venta de pequeñas dosis de droga básicamente para sustentarse. Ahora si miramos solamente eso de que lo hacen por una cuestión de supervivencia, nos quedamos con una mirada corta. Acá hay toda una red que provee para que esta droga sea revendida”.
“Estos circuitos de comercialización de drogas son mucho más corriente de lo que pensamos. Vemos chicos de 11 años consumiendo o teniendo droga en la mano como si fuera caramelo. Lo he visto no solamente en “La Tribu” o en el Hogar Los Peques”, destacó.
Raimondi dijo que “con los chicos tratamos de hacer un trabajo formativo y educativo” y analizó que “tratamos de hilar para arribar para ver cómo llegaron a los chicos esa droga. Ahí nos encontramos que la droga llega a través de los grupos familiares”.
“Las madres que venden no son personas adictas, podrán consumir, pero no es el eje principal, al menos de los casos que yo vi, lo hacen por sustento. Después hay otra población que son consumidores activos de estupefacientes”, resaltó.
Mesa integral
El referente de la ONG “La Tribu” sostuvo que “el Estado realiza un abordaje acotado para la problemática de la droga. Son abordajes en ciertas familias o en ciertos casos pero que no abarca toda la problemática. Hay un CPA desbordado y las organizaciones sociales que también están desbordadas y que no saben muchas veces como abordar la temática. Creo que debe generarse una mesa transversal para trata la problemática. Dieguez solo no puede, Molinero solo no puede. Tenemos que juntarnos en una mesa articuladora con un presupuesto acorde. En la parte preventiva también hay que articular con el mundo del trabajo. Es multicausal la situación y deriva en diferentes contextos. Es necesario encontrarnos. Hay que encontrar líneas obvias”.
“Hay un doble discurso en Tandil en todas las problemáticas. Para determinadas cosas somos una isla y para otras no. Acá hay una problemática real que hay que reconocer y está creciendo. También hay que discutir por qué algunos de los que venden tienen protección. Sabemos que la Policía es reguladora del tema de la comercialización de la droga. Las fuerzas del orden, regulan estas cuestiones. En algunos casos recaudan”, dijo.
El debate
El pasado lunes, en la edición impresa de este medio, el fiscal Molinero dijo que “no hemos tenido la colaboración del Estado municipal para atacar la problemática de las drogas”.
Molinero cargó, contra la figura de Della Maggiora, con el cual también había sido contactado por Elichiribehety para trabajar sobre la problemática. “No puede hablar de nada, está pintado al óleo, es un cuadro de Picasso, hay que dejar los egos de lado y trabajar en serio. Con los recursos que tiene la secretaría se podrían hacer muchas cosas”.
En tanto, el defensor oficial Diego Araujo dijo que “la sensación de inseguridad está presente en diferentes barrios de la ciudad. Lo que puedo observar a través de las causas que ingresan en la órbita del Poder Judicial es una gran preocupación no sólo por las víctimas del delito sino por los jóvenes que cometen hechos ilícitos y que están atravesados por un flagelo que no ha encontrado un cauce adecuado de tratamiento como lo es la drogadicción, con un consumo que en los últimos tiempos en la ciudad de Tandil se ha ido volcando hacia lo que es el crack, con un efecto devastador sobre los jóvenes”.