Preservacionistas piden que el Municipio dé explicaciones por construcciones en áreas protegidas
Tras la denuncia que hicieron a través de El Eco de Tandil cabañeros de la zona de Don Bosco por un grupo de viviendas construidas en área protegida, desde la Asamblea por las Sierras aseguran que esas casas no cumplen ni siquiera con la “pobre legislación” vigente. Consideraron que el Municipio debe “dar explicaciones” de por qué permitió que se realizaran construcciones fuera de la ley.
Luego de que cabañeros de la zona de Don Bosco advirtiera la existencia de un grupo de viviendas en zona protegida en una nota publicada en El Eco de Tandil, desde la Asamblea por las Sierras advirtieron que esas casas no cumplen ni siquiera con la “pobre legislación” vigente. Consideran que no hay transparencia en la información y que el Municipio debe dar explicaciones.
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Ana Fernández, de la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras explicó que de acuerdo al Plan de Desarrollo Territorial “todo lo que está en la zona rural por encima de los 200 metros, o en la complementaria por encima de los 220 es una zona especial de interés ambiental sierras protegidas”.
“A esta categoría le correspondería un Plan de Manejo que tenían 520 días para haberlo realizado y fue prorrogado dos veces con dos ordenanzas por un año. El Municipio estudió esta zona en particular, presentó algunos avances y después nunca más nadie supo de este tema”, afirmó.
En consecuencia, se determinó que hasta tanto estuviera ese Plan de Manejo a detalle se utilizaría un criterio provisorio que es el que está vigente y que establece distintas categorías a partir de la cota.
Explicaciones
“Los cabañeros están señalando que estos terrenos donde hoy se visualizan estas nuevas construcciones están en la parte más alta de las sierras y es una zona donde no se debería construir”, indicó. Esos terrenos a los que se refirieron donde hay viviendas de importante tamaño están situados entre Alemania, Francia, Cereseto y Pueblo Vasco.
Con este régimen que ya estaba establecido en el Plan de Desarrollo Territorial y hasta “que no esté eso que están adeudando hace mucho tiempo no se puede fraccionar menos de una hectárea y media”.
“Nosotros lo que vemos es que en los planos del municipio esa chacra 224 ya tenía un complejo de cabañas así que no entendemos cómo puede haber allí tres nuevas grandes construcciones, no figura ni siquiera subdividido. Yo creo que el municipio tiene que dar muchas explicaciones”, argumentó.
Para situar el lugar con mayor precisión, detalló que esa chacra 224, donde están situadas las nuevas construcciones se encuentra junto al cerro el Mate y al lado de otra zona donde también hay un grupo de construcciones nuevas y luego Sierra del Tigre.
“Eso significa que está en la zona más alta, casi toda la chacra está por encima de los 250 metros sobre el nivel del mar. Es cierto que hay nuevas construcciones en una ladera serrana a una altura muy superior”, indicó.
En este contexto, planteó que “no debe haber construcciones en la ladera serrana, creemos que el Municipio debe dar explicaciones de esto porque ni siquiera están cumpliendo con la pobre legislación que ya de por sí tenemos. Este sistema de cotas es pobre para lo que hay que preservar y no se está respetando”.
En tanto, Bethania Nicora resaltó que “a partir de los 280 metros sobre el nivel del mar directamente está prohibida la construcción y en este sector con ciertos límites, por ejemplo que la parcela mínima sea de 10 hectáreas. Y justamente casi toda la chacra está entre los 250 y 280 metros sobre el nivel del mar”.
Ana Fernández se preguntó cómo es posible si la fracción mínima puede ser de 10 hectáreas, que haya varias viviendas en ese sector.
Condiciones hidrogeológicas
Por otra parte, señaló que existe otra legislación que consideró “muy importante”, que es una ordenanza que plantea que no se puede construir donde no hay condiciones hidrogeológicas para hacerlo. Y es justamente lo que sucede en ese lugar, remarcó.
“Loteado por lo menos en los mapas del Municipio no está y ni siquiera cumplen los tamaños que se pueden lotear. Toda esta zona está llena de cursos de agua que son intermitentes, ese cauce hay que respetarlo, y ahí lo que vemos y lo que estamos diciendo hace mucho tiempo es que las cabañas también están instaladas en lugares que están muy próximos a los arroyos o incluso los invaden”, advirtió.
Toda esta zona es un valle interserrano en cuya línea central se trazó la avenida Don Bosco pero “claramente baja el agua de toda la cuenca que estaba canalizada naturalmente donde correspondía, pero a medida que el negocio inmobiliario fue densificando este espacio hay mucha más agua corriendo que uno para protegerse la corre para un lado, otro para otro, entonces es un verdadero desastre y ahora piden las obras”.
“Esto demuestra que es verdad lo que estamos diciendo, que en muy poco tiempo toda esa construcción altera todo un ecosistema y después genera además un conflicto porque los mismos que no quieren que el Estado les ponga límites en ordenamiento, son los que después piden que les hagan las calles, que les saquen el agua, que les hagan un dique”, cuestionó.
En tanto, sostuvo que “es una zona que tiene dificultades para conseguir agua y la legislación de cabañas exige que hagan plantas cloacales pero además, cada vivienda debería asegurar una forma de tratar los efluentes que evitara la contaminación”.
“Lo que los cabañeros dicen es que hicieron la inversión y estas grandes casas no, pero más allá de eso, hay estudios que muestran que las zonas históricamente ocupadas tienen una cantidad de nitratos muy superior a lo normal, entonces sabemos que en ese lugar la ocupación densa genera ese problema”, recalcó.
Y sostuvo que “el sector de las sierras es la zona de recarga del acuífero. A su vez es la zona más vulnerable a la contaminación, entonces hacer un uso potencialmente contaminante es muy riesgoso”.
“Lo de los cabañeros puso en evidencia un problema que está agravado con esta situación. Una ocupación como la que estaba antes del plan de ordenamiento que eran una pocas manzanas que habían sido loteadas ya muestra que ahí había contaminación, más nitratos de lo aceptable. Esta densificación que se ha dado en los últimos años agrava el problema, si encima seguimos aumentando la densidad, no sólo permitimos que construyan donde ya estaba ocupado, sino que van subiendo en las laderas, ese problema es mucho mayor”, advirtió.
Falta de transparencia
Y aclaró que “desde el objetivo que tiene nuestra organización el problema ambiental es el más importante, entonces debiera asegurarse que nadie contamine, y que nadie destruya ni la ladera de la sierra ni provoque al modificarla que cambien las corrientes y luego se produzcan inundaciones aguas abajo”
“La gente va a vivir a un lugar para estar en contacto con la naturaleza y después quiere que estén todos los servicios propios de la ciudad en ese lugar, con lo cual terminan urbanizando una zona que debió y debe ser protegida como un área natural”, manifestó.
Y criticó que “es lamentable que siempre tenemos que discutir las cosas después que pasan, no hay la transparencia en la información que tiene que haber, no podemos ir los ciudadanos corriendo detrás de cosas que están mal hechas”.
“Tampoco se puede aducir como dice (el director de Turismo Alejandro) Bonadeo que porque es el dueño tiene derecho, porque los propietarios tienen derecho a hacer lo que corresponde según el ordenamiento, y el que tiene la obligación, la responsabilidad de ordenar como corresponde es el Municipio”, enfatizó.
Sierras y agua: la construcción y los desastres anunciados
A través de un comunicado la agrupación plasmó claramente su posición ante esta problemática.
Allí explicaron que la zona de Don Bosco está sobre un valle intereserrano al cual drenan las aguas de las cuencas formadas por las laderas serranas. Se trata de una Zona de Servicios Extraurbanos con cotas (altitudes) que van de doscientos veinte a doscientos ochenta metros sobre el nivel del mar.
El Plan de Desarrollo Territorial establece para estas cotas, entre otras cosas, que la residencia debe ser unifamiliar, y la superficie mínima de parcelamiento de 15 mil m2 (quince mil metros cuadrados: 1,5 hectáreas). Particularmente entre los 250 y 280 se permite la residencia unifamiliar con una unidad habitacional por predio y la superficie mínima de parcelamiento es de diez hectáreas (10 has). (Parte 2, Capítulo VIII, Sección 2, Subsección 4)
Además, indicaron que el PDT señala como objetivo en una de sus cuatro estrategias “Contener el crecimiento hacia la zona serrana impidiendo su invasión con usos urbanos” (Parte 1, Capítulo II, Sección 3), y establece que “Está prohibido el parcelamiento para su destino a usos urbanos y suburbanos en terrenos donde las condiciones geológicas o hidrológicas no aconsejan su edificación (Ord. 11198/2008)” (Parte 2, Capítulo VI, Sección 1).
“Como lo venimos diciendo desde hace muchos años, no se debe construir sobre las laderas porque tiene impactos nefastos. Sin embargo, el negocio inmobiliario y la gestión municipal, lejos de ordenar y respetar el plan de ordenamiento, deja hacer y promueve el avance de la construcción sobre las sierras y la urbanización de un área que es inadecuada para tal fin”, sentenciaron.
Finalmente, plantearon que “quince años de negligencia y favoritismo de los funcionarios públicos que no impiden construir sobre cursos de agua temporarios o en lugares donde es carísimo mantener servicios dan como resultado los problemas que ya vemos. No sólo se pierde naturaleza y ambiente para la comunidad en el presente y el futuro. Se multiplican los problemas y las demandas. Cuando el Estado gestiona para el mercado, en 15 años se puede desequilibrar un ecosistema y destruir un paisaje cuya edad se cuenta en siglos”.