Presentaron un petitorio por el Limache, pero desde el Ejecutivo aseguraron que “no hay marcha atrás”
La barriada de Villa Gaucho llegó al Municipio para solicitar que la identidad cultural del barrio no muera. Fueron recibidos por el jefe de Gabinete, entre otros funcionarios, que aseguraron que buscarán alternativas viables y si llegara a ser posible, construirán un lugar propio. Los vecinos no quieren que se dispersen los talleres: “no se puede reubicar el amor por el lugar”.
La barriada se quedó sin el predio del centro cultural, social y deportivo Limache que alquilaba el Municipio luego de que el inmueble sea adquirido para instalar una Iglesia Evangélica, y están atravesando una sensación “totalmente ingrata”.
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Después de reuniones y encuentros con distintos sectores políticos, sin respuestas que resulten satisfactorias para los vecinos, decidieron acercarse ayer a la mañana a las inmediaciones de la Municipalidad para hacer entrega de un petitorio solicitando al intendente Miguel Lunghi hacerse cargo de la situación.
“Si no puede ser ahí, que sea en otro lugar, pero que utilice todas las herramientas que tiene y ponga todos sus funcionarios a trabajar para que podamos dejar de sentir esta sensación de abandono”, dijo con determinación Marco Nuñez, vecino del Villa Gaucho e integrante de la murga Los Adoquines de Fulano de Tal.
En este sentido, recordaron que el predio fue fundado hace 10 años en medio del impulso de políticas públicas que alardeaban la integración a través de la cultura, el arte y el deporte. En todo este tiempo se ha convertido en un espacio de pertenencia, donde familias enteras encuentran, además, contención. “No tiremos por la borda todo lo logrado”, suplicaron.
“Que esta exigencia no queda como algo autoritario, que se sumen a la par nuestra y luchen con nosotros”, invitó el vocero, insistiendo incansablemente sobre el significado que tiene para el barrio.
Compromiso de construir
Los convocados se empezaron a congregar antes de las 11 en la Plaza Independencia y, con repiqueteo de tambores de por medio, una vez que estuvieron todos se dispusieron a movilizarse. Mientras tanto las chicas de Territorio Cultural juntaban firmas de apoyo a la causa, una iniciativa que pensaron ni bien comenzó el conflicto.
Con batucada, pancartas y el colorido Dardo Casal de Flor de Murga que manifestó su apoyo por haber participado de la inauguración del espacio y respetar a la gente que convoca, todos los defensores del predio ingresaron al Municipio.
El sonido inundó el establecimiento hasta que finalmente, pasadas las 12 fueron recibidos por el Jefe de Gabinete, Oscar Teruggi; el secretario de Gobierno Miguel Lunghi (h), el subsecretario de Gobierno Martín Romano, el subsecretario de Cultura y Educación Alejo Alguacil y de Desarrollo Humano y Hábitat Pablo Civalleri. También estuvieron presentes, acompañando como desde un primer momento a los vecinos, los integrantes del Bloque del Frente de Todos.
En primera instancia, los funcionarios advirtieron que no tenían posibilidad de dar vuelta la situación, ya que la decisión del dueño de vender el inmueble estaba tomada y escapaba a ellos. “Estaríamos avasallando la propiedad privada”, se excusaron.
De todas maneras, asumieron el compromiso de hacerse cargo del tema, como ya habían mencionado en la reunión del lunes, y prometieron buscar alternativas para el desarrollo de todas las actividades. “Si encontramos algún lugar para construir un espacio comunitario, lo haremos”, prometieron.
Hoy el Ejecutivo ofrece continuar en lugares alternativos como la casa del bicentenario, el playón polideportivo del barrio Palermo y el Club Hípico. Propuesta que no convence a los que día a día encontraban todo en un mismo lugar, que ya consideraban propio y al que le tienen cariño.
“Claro que se pueden reubicar los talleres, pero qué hacemos con los chicos que salen de ‘Pajaritos de la Calle’, por ejemplo, y se juegan un picadito al pasar”, cuestionaron. “No se puede reubicar el amor que se siente por el lugar”, enfatizó Nuñez.
Si bien Teruggi aseguró que también a ellos les tomó por sorpresa la decisión del propietario, también les manifestó que el hecho de tener todas las actividades concentradas en un mismo sitio era “un privilegio” que no se repite en otros barrios. Ante esto, le respondieron que lejos de ser un privilegio, “es un derecho”.
Al término del encuentro, los vecinos se retiraron con la ilusión y esperanza de que las promesas sean cumplidas, siempre sin bajar los brazos.
Amor, inclusión y cultura
“El Municipio tiene los recursos para hacerlo, o por lo menos, para hacer llegar el pedido a Provincia o Nación”, distinguió Nuñez, haciendo referencia a la posibilidad de adquisición del predio.
Pero, ante una negociación que ya está cerrada, plantearon la posibilidad de otros dos lugares que podrían cumplir medianamente con las características del Limache, aunque sean más chicos. Se trata de predios cercanos al actual, donde los talleres, cursos y encuentros se desarrollarían con normalidad.
Esperan que estas alternativas sean tomadas en cuenta y, aunque sean también de propiedad privada, el Municipio ponga “voluntad política” para conseguirlos, utilizando el mismo presupuesto que venía destinando al centro cultural.
“Tenemos los mismos valores que la iglesia, proclamamos el amor, al contención y la integración del barrio”, indicaron, sabiendo que la institución que se instalará donde ellos estaban no va avalar el Villa Gaucho Rock o el Carnaval. “Es la realidad”, asumieron.
El petitorio
En el documento, respaldado por la firma de unas 20 instituciones y organizaciones sociales, expusieron la necesidad de la comunidad para que el estado Municipal arbitre los medios posibles y se ponga al frente de la recuperación del espacio Social, Cultural y Deportivo.
“Limache constituye el único espacio físico con las características necesarias para dar continuidad no solamente a los talleres y actividades permanentes del municipio, sino también como instancia de integración social desde donde se construye el sentido de pertenencia e identidad barrial”, pusieron en consideración.
Asimismo, recordaron que la intendencia invierte desde hace diez años en la infraestructura, mantenimiento, funcionamiento y generación de actividades. “Entendemos que esta decisión de retirarse del espacio constituye una pérdida de valor público y social para toda la comunidad de Tandil”, determinaron.
“Concretamente solicitamos al Municipio de Tandil disponga de todas las herramientas y capacidades para restituir el Espacio Social Cultural y Deportivo Limache a los vecinos y vecinas del barrio a la brevedad, sin delegar las responsabilidades y competencias en la buena voluntad de un privado”, concluyó el pedido, que adjunta al final las firmas que se recolectaron en el barrio.