Preocupado por las consecuencias de la segunda ola, Lunghi pidió dejar de lado las diferencias para afrontar la peor tragedia que conoció Tandil
En una entrevista con este Diario, el jefe comunal admitió suma preocupación por lo que se deberá afrontar estas semanas, con la virulencia de un virus que se multiplica vorazmente y pone en riesgo el sistema sanitario. La responsabilidad del estado y de los ciudadanos. Pidió sacar de la discusión política la vacunación y coincidió en postergar las elecciones hasta tanto se disipen los contagios. “Hablar de elecciones parece un bolazo, se está muriendo la gente”, espetó. Diferenció el escándalo del vacunatorio vip nacional de lo que ocurrió en la ciudad.
En su rol, como el que encaran otros centenares de vecinos que están en la trinchera afrontando ya la segunda ola de contagios por coronavirus con sus nuevas cepas a cuestas, el intendente Miguel Lunghi expone un semblante adusto y preocupado por el presente y el futuro más cercano. Como jefe comunal pero como el hombre de salud en el que supo formarse, más que nunca reviste el pediatra que trabaja de intendente, como el mismo suele presentarse. Si bien se expone orgulloso por el polo de salud que supo priorizar desde su gestión, no deja de reconocer que por estos días, estas semanas por venir, podría estar en jaque frente a la virulencia de los contagios y su circulación que no conoce precedentes. Como tampoco la historia serrana sabe de semejante tragedia, la que le toca vivir a él al frente de una sociedad acechada por el mismo flagelo que atraviesa al mundo, sin distinción.
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Por eso, reconoce, ahora no hay margen de reinstalar un criterio propio (semáforo) ni “entretenerse” en especulaciones políticas frente al drama.
“Ya estamos en la segunda ola e indudablemente lo llamativo es que explotó en todo el país. En la primera ola existió principalmente en Capital y Gran Buenos Aires y después con el correr de los meses se corrió al interior. Nosotros tuvimos unos cuántos meses sin Covid y no conocíamos cómo se expandía. Ahora, incluso con el cambio de cepa, tomó más virulencia el virus y los contagios han sido exponenciales en todos los lugares. Hablé con el intendente de Rauch y está tan complicado como nosotros, cuando el año pasado estuvo buena parte del año sin casos. En Lobería pasó y pasa lo mismo”.
La única receta
“Estamos atravesando momentos muy difíciles”, reconoció el jefe comunal, para luego referirse a la única receta que existe para convivir con este flagelo: “Yo no soy una persona de imponer restricciones pero indudablemente tenemos que hacer algo”, sentenció.
Insistió en que “el escenario hay que dividirlo en dos. Primero sobre la función indelegable del Estado, fundamentalmente con conseguir vacunas, inocular, aumentar los testeos y controlar el aislamiento. Y respecto a los ciudadanos, la necesidad del comportamiento social, la libertad responsable y mantener los cuidados de higiene que todos conocemos”.
Lunghi enfatizó en que “necesitamos mantener lo que es el trabajo y la producción. No podemos volver a un encierro como el año pasado. Por eso coincidimos en estas restricciones desde las 23 hasta las 6. Tenemos que mantener ese sensible equilibrio. Si nos cuidamos y podemos seguir vacunando con el ritmo de esta semana podremos transitar mejor estos días complejos y salir de esta tragedia mundial”.
Más testeos
-Respecto a la responsabilidad del Estado ¿No hay carencias en materia de testeos y a la hora de controlar que se cumplan las restricciones?
-Nosotros estamos aumentando los testeos y se evidencia en los informes diarios. Ahora queremos duplicarlos (los testeos) y ya instalamos una carpa en el Hospital Santamarina, cerca del laboratorio, donde vamos a testear mañana y tarde prácticamente todos los días.
Respecto a los aislados necesitamos la responsabilidad de la gente. Nosotros vamos a controlar pero no es tan fácil. También hemos contratado el Pinar de las Sierras para aquellos que no se puedan aislar en sus viviendas tengan un lugar para la cuarentena.
-En cuanto a los testeos ¿Por qué sólo a sintomáticos y no también a asintomáticos?
-Sucede que no tenemos tanta capacidad. Necesitamos duplicar o más los testeos a sintomáticos.
-¿Pero es por incapacidad de falta de personal o falta de recursos?
-No, recursos tenemos gracias también a lo que aprobó el Concejo que me da margen de cambios de partidas. No quiero dejar de agradecer a los concejales por el voto.
Indudablemente la prioridad será volcar los recursos a salud y tendremos que posponer alguna obra de infraestructura que teníamos pensada, sobre todo en materia de obra pública.
Recurso humano tenemos e incluso hemos nombrado más personal. De hecho hemos mantenido un reciente encuentro con las autoridades del SISP para reforzar la guardia. También estamos terminando de armar seis camas más para terapia intermedia.
Aprender de lo que dejó el 2020
-Se cuenta con la ventaja, entre comillas, de ya haber transitado un año de pandemia, lo que implicaría cierto aprendizaje. ¿Qué no se debería repetir y que replicar en esta nueva ola con sus características particulares?
-Hemos aprendido mucho y entiendo que en materia de la atención de salud estamos bien. Lo que se debe corregir es el comportamiento de ciertos sectores. Entiendo el cansancio, agotamiento, pero no hay más remedio. Está claro que hay que sostener la salud como la economía, pero no podemos aceptar las fiestas clandestinas.
La economía la tenemos que mantener. Hace muchos años que no crecemos, hay más pobreza y no podemos seguir emitiendo dinero sin respaldo. Tenemos que estar unidos políticamente. Acordar temas concretos que no son tantos: salud, economía, educación, seguridad y lo demás lo discutís. No es tan importante en esta coyuntura excepcional si vas a votar en agosto o septiembre.
Estamos mal, muy agresivos. Se pelean por las vacunas. Por favor, las vacunas son todas buenas, este tema hay que sacarlo de la discusión política. A nosotros no nos llegan más vacunas porque estamos alejados del mundo y a lo mejor no tenemos dinero para pagarlas.
Tenemos 55 mil muertos. En Tandil el drama más grande se remonta a la gran inundación en el 51 con 21 muertos. Ahora con esta pandemia contabilizamos hasta ayer 202 muertos.
Desgaste del personal
-A propósito de la apertura que se dio en el verano promovió que se volvieran a atender otras patologías lo que implicó que el personal sanitario prácticamente no tuviera descanso y ahora debe atender la nueva ola de contagios. ¿Cómo encuentra al personal?
-Hay un gran desgaste, cansancio. Por suerte la gran mayoría está vacunada y eso da algo de tranquilidad. También tenemos un problema general con enfermería, una profesión que ningún gobierno le dio jerarquía. También hay pocos terapistas. Por eso insisto en que aquellos que se reciben en una universidad pública elijan hacer la residencia en tres o cuatro especialidades que necesita el país. Para eso tiene que estar el Estado, para regular. No todos pueden ser clínicos, ginecólogos o pediatras. Ha llegado el momento de mantener un ordenamiento de profesionales en el país. En Tandil tenemos ocho terapistas y están cansados, obviamente. Porque no es que los tenés sólo en el Hospital, trabajan también en los efectores privados.
En cuanto a nuestras posibilidades, también estamos tratando de optimizar los recursos humanos como material, por caso con el acuerdo que hemos sellado con distintos profesionales e instituciones de la ciudad, pensando en hacer un polo sanitario estratégico, en la que toda la medicina de Tandil trabaje articulada, con todas las especialidades y aparotología necesaria. Por ejemplo, algo que tenga el Sanatorio o la Clínica que no la compre el Hospital, y se formalicen contratos. Por caso, la Clínica está trabajando muy bien en cardiología, entonces que el Hospital no invierta en esa especialidad, que contrate con un nomenclador que sea accesible y se mandan los pacientes allí, mientras que el Hospital puede crecer en otra arista como emergentología. En ese camino vamos también a una historia clínica única digital para todos los residentes de Tandil.
-Se trata de una promesa de campaña, un anhelo suyo de hace mucho. Pasaron 17 años…
-Sí del 2003…Ya lo tenemos casi listo, la vamos a presentar dentro de muy poco. En el Hospital y los centros de salud ya lo trabajamos, ahora con la pandemia, al trabajar de forma articulada, surgió la posibilidad de hacerlo con los efectores privados.
No se trató de una rebeldía
-Aprendiendo del 2020 ahora ya no corre lo de tener un criterio propio con el polémico semáforo…
– No, imposible. El año pasado hubo espacio, hubo meses que estábamos libres de virus, libres de contagios. Interpretábamos que con los controles que hacíamos en las rutas no estaba entrando el virus y el virus cuando quiso entró, pero tardó unos meses y fue ahí cuando frente a la demanda de los gimnasios y demás usamos el semáforo porque estábamos en una situación distinta al AMBA, entonces mientras tanto ganábamos unas cuantas semanas para que pudieran trabajar.
Pero no se trató de que sea un intendente rebelde y todas esas chicanas políticas que se dijeron. Solo que interpretábamos que debíamos tener un poco de autonomía siendo responsables.
Ahora la explosión es generalizada, el abordaje es distinto.
Igual aclaro que mantengo mi idea política que la provincia hay que dividirla. Las realidades económicas, sociales y demás, son muy disímiles.
El vacunatorio vip de allá y de acá
-Además del hastío de la gente a la hora de volver a vivir con restricciones, ¿El escándalo de lo que se conoció como el vacunatorio vip no puede atentar con el enojo y la desconfianza a la hora de obedecer a las autoridades y cumplir con estas nuevas disposiciones?
-Estamos en la Argentina…se hizo algo mal, no fue correcto, pero creo que la gente está pensando en vacunarse y pasar la segunda ola. No se puede aceptar un vacunatorio vip, pero ya está, hay que reconocer el error, pedir disculpas y seguir para adelante. Cayó un ministro, tampoco podés seguir decapitando gente.
-Tiene otra vara para lo que ocurrió en la ciudad…
-Lo que pasó acá se trató de dos personas, tengo el listado, si querés te lo muestro. Son 2600 vacunados que hicimos nosotros, de los cuales las dos personas cuestionadas van al Hospital a diario. En el caso de Roberto Pérez es un colaborador mío que prácticamente a diario lo envío al Hospital a coordinar distintas tareas, de hecho por estas horas está en el trabajo de la instalación de la carpa para los testeos. Y en el caso de Rizzardi es quien lleva a las mujeres como a los hijos de la Casa de Abrigo cuando requieren atención por casos de violencia. La Casa de Abrigo con el Hospital mantiene una relación permanente.
-Si me ofrece ver la lista ¿Qué inconvenientes hay entonces de difundirla como se pidió desde algunos sectores en pos de transparentar la vacunación?
-La tengo a disposición de quien la requiera. De hecho se la ofrecí al jefe de Gabinete provincial y la pongo a disposición de la Justicia de ser necesario. Está con el día, la hora, de cada uno de los vacunados. Pero la información tiene que tener un correlato institucional porque se trata de datos personales de cada uno. Yo no tengo problemas de dar la información al organismo que lo requiera, no tengo temor, no tengo nada que ocultar
Las elecciones pueden esperar
-¿Coincide en la necesidad de postergar las elecciones?
-Creo que no hay que hablar de elecciones, parece un bolazo, se está muriendo la gente. Si la quieren pasar a septiembre que la pasen. Sí sostengo que hay que hacer las PASO, pero no debería haber inconvenientes hacerla un mes más tarde. Yo no especulo políticamente si va a ver más vacunados o no y si eso ayudaría a las posibilidades del gobierno. Sí entiendo que esperar por un mejor clima podría favorecer a que se disipe el virus y no haya tantos contagios. Correrlo 30 días y ver qué pasa no lo veo mal. Hay que dejar las discusiones por todo, los políticos tenemos que tragar amargo y escupir dulce. Se va a votar, la gente elegirá un mes antes o un mes después, no hay que hacer un drama con esto.