Preocupación por un hombre que duerme en la esquina de 25 de Mayo y Paz
Vecinos enviaron imágenes a este medio donde se advertía que un hombre dormía en el terreno baldío de 25 de Mayo y Paz. Comerciantes de la zona aseguraron que es un señor que "anda por el barrio" y que más allá de las ayudas que recibe, siempre vuelve. Desde Desarrollo Social informaron que están al tanto de la situación y que el sujeto tiene alojamiento previsto en una de las pensiones.
La esquina de 25 de Mayo y Paz, donde se encuentra el terreno baldío con murales pintados y se mantienen de pie algunas paredes de ladrillo visto (también grafiteadas), se ha vuelto el lugar perfecto para que varias personas desarrollen diversas actividades, como juntarse a consumir alguna bebida o, incluso, dormir.
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De hecho, los últimos días algunos vecinos se comunicaron con este medio informando que un hombre había colocado un colchón sobre el fondo del terreno y estaba durmiendo allí.
Comerciantes de la zona dialogaron con El Eco de Tandil y aseguraron que el señor recibió ayuda en reiteradas ocasiones pero que siempre regresó a aquella intersección del radio céntrico de nuestra ciudad.
De cualquier manera, resaltaron algunos de ellos que la esquina muchas veces la emplean como punto de encuentro para consumir bebidas alcohólicas, por lo que la inseguridad se ha incrementado. No obstante, otros manifestaron que la zona es segura y aseveraron no advertir tales sucesos. En lo que sí coincidieron es en que es utilizada como “baño público” por individuos de diferentes edades y clases sociales. “Incluso antes tenía un chapón y no se veía nada. Pero ahora siguen entrando muchos igual, porque si tenés ganas de hacer tus necesidades y no llegás…”
“Es del barrio”
Respecto al sujeto que colocó su colchón y que suele dormir en aquel lugar, los trabajadores de los negocios aledaños a la esquina en cuestión aseguraron que suele estar por el barrio.
“Es un hombre que anda dando vueltas siempre por esta zona. De hecho, lo he visto durmiendo en la vereda de la cuadra de mi casa, en Chacabuco entre Sarmiento y San Martín”, contó una de las entrevistadas.
Agregó la mujer que en varias oportunidades observó cómo diferentes personas, e inclusive la policía, se acercaban y dialogaban con él, ofreciéndole ayuda: “La otra noche vino una chica, estuvo hablándole un rato y se ve que lo convenció, porque lo subió a su auto y lo llevó. Pero después apareció de vuelta en la esquina”. Otro de los encuestados opinó que “siempre anda por acá y muchas veces la gente le da algo”
Empero, expresó el mismo entrevistado que “a veces habla solo” y que la ayuda que se le debe brindar “va más por el tema psicológico que social” ya que es el propio hombre quien decide regresar a dormir a la intemperie. Por tal motivo, expuso que “el problema es que capaz la gente lo ve y empieza a decir cualquier cosa, pero la realidad es que por lo visto él está ahí porque quiere”.
La mirada oficial
El subsecretario de Desarrollo Social, Pablo Civalleri, aseveró que estaban al tanto de la situación y que están interviniendo desde hace ya algún tiempo en ella.
“Estamos trabajando desde hace rato con este caso. Ya lo hemos alojado en varias pensiones pero luego desaparece”, expresó y agregó que, de hecho, tiene reservada una habitación en la pensión que la Secretaría ofrece en la avenida Colón: “Nos dice que sí, que va a ir, pero después no va”.
Concordando con lo que sostuvo uno de los comerciantes encuestados, informó Civalleri que están trabajando de manera mancomunada con Salud Mental.
Por otra parte, afirmó que no han sido notificados de ningún otro suceso por el estilo, por lo que, más allá de “las famosas dos personas que duermen en la Terminal”, que tienen su alojamiento previsto pero que prefieren no utilizarlo, “no hay personas en situación de calle”.
De todas formas, en ocasiones como éstas, en las que aparece un individuo durmiendo a la intemperie, desde Desarrollo Social están preparados para asistirlos ya que tienen camas garantizadas en tres pensiones, donde además de darles el alojamiento les ofrecen la posibilidad de comer y darse una ducha.