Mientras avanza la remediación de la emblemática planta que anunció su cierre en octubre de 2018, el Gobierno comunal elevará al Concejo Deliberante una propuesta para preservar la torre de agua de Metalúrgica Tandil como símbolo de la historia industrial de la ciudad.

La iniciativa fue impulsada por la Secretaría de Planeamiento y Obras Públicas en medio del proceso de desmantelamiento de la estructura delimitada por las calles Figueroa, La Rioja, Lisandro de la Torre y Pizzorno.

El proyecto apunta a la posibilidad de declarar de interés comunitario “la protección y conservación de la torre de agua que lleva el emblema de Metalúrgica Tandil (MT), que por su valor constituye un testimonio del pasado histórico de la ciudad”.

La atención está puesta en las tareas de desmantelamiento de la planta, por lo que el tratamiento será a la brevedad, e incluso podría contemplar consultas al área de Patrimonio Cultural y Archivo Histórico de la comuna.

En paralelo, cursó una nota a Renault Argentina, propietaria del predio, en la que se le informa sobre el pedido de protección patrimonial de la estructura.

La firma automotriz se encuentra hace más de tres años abocada a los trabajos en el lugar, a partir de un cronograma que se dilató por la pandemia. Según se informó, el desmantelamiento industrial se encuentra finalizado de manera satisfactoria, conforme a las regulaciones locales y teniendo en cuenta “los más rigurosos estándares internacionales”. Además, las piezas, artefactos y maquinarias que había en el lugar fueron trasladados y en parte se remataron para liquidar el stock industrial.

Los fundamentos y la solicitud

El proyecto refiere al predio perteneciente a la firma Metalúrgica Tandil SA, comprendido entre las calles Figueroa, La Rioja, Lisandro de la Torre y Pizzorno, declarado como Zona Especial de Interés Urbanístico mediante la Ordenanza 16.506.

Esto implica que el macizo de tierra ya no cuenta con indicadores urbanísticos y que, por lo tanto, el Estado municipal se reserva la intervención frente a cualquier proyecto que se diseñe a futuro, ante la eventual exposición de los terrenos al mercado inmobiliario.

La normativa fue sancionada en 2019 por el Concejo Deliberante dado que se trata de un “emblemático equipamiento de escala urbana y regional, de relevancia histórica y alto potencial urbanístico”, con una situación de pasivo ambiental generado tras el desmantelamiento de la planta industrial ante el cese de la actividad.

La solicitud, que será elevada al Concejo Deliberante para su tratamiento, se basa en el proceso de remediación ambiental iniciado en 2019, mediante el cual se desmanteló la planta industrial, sus maquinarias y sus instalaciones internas, “acompañado por el estudio y saneamiento del suelo y de la materia residual, con el visto del Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS)”.

Estas tareas, según señala la iniciativa, son “fundamentales” para la remediación, pero “barrerán las huellas de un pasado simbólico, que es parte de la historia de miles de familias de la metalúrgica y yace en el corazón de los tandilenses”.

Luego, repasa una serie de hechos históricos a modo de fundamento de la propuesta. En ese sentido, indica que tras el cierre de sus puertas, a mediados de noviembre de 2018, “se rubrica el acuerdo que marca el cese definitivo de la producción de la planta fabril, el acogimiento de los trabajadores al plan de indemnización y el inicio a un plan de remediación ambiental”.

Así, “un proceso productivo que culmina luego de ser adquirido por Renault y de llegar a una delicada situación económica en el contexto local e internacional”.

Metalúrgica Tandil “es y ha sido significativa para la ciudad por su evolución durante siete décadas dentro de la industria local, en un pueblo en el que a principios del siglo XX se da inicio al desarrollo productivo de bienes industriales en reemplazo de importados, destacándose en la metalmecánica y en la fundación, como actividades primordiales”.

“Nacida de las bases de BIMA, la primera fundición de MT se concreta el 15 de diciembre de 1948. Entre las primeras tareas emprendidas, estuvo la de fabricar los molinos de viento, luego blocks de maquinarias agrícolas y de automotores, de la mano de Santiago Selvetti, Germán García, Fernando Monsalve, Segundo Berroeta y Francisco Erausquin, entre otros. Fueron épocas en la que fueron pioneros en la fabricación nacional”, contextualiza el proyecto.

Y agrega que “miles de tandilenses pasaron por Metalúrgica” y el auge de la actividad “vino acompañado de la gestación de una nueva sociedad, que sentó sus bases sobre una industria floreciente, que logró reivindicaciones obreras nunca antes conseguidas en Argentina y de una generación de empleo tal que abrió el abanico al surgimiento de actividades complementarias en el entorno barrial y en el resto de la ciudad, tales como talleres, depósitos, sociedades, cooperativas, escuelas técnicas y hasta la instalación del Parque Industrial, entre otras”.

Por lo expuesto, y considerando la breve reflexión de lo que fue “parte del vivir de esta emblemática industria tandilense, solicito tenga a bien valorar la incorporación de parte de esta historia a fin de garantizar su preservación y trascendencia en la memoria tandilense en el Plan de Desarrollo Territorial, Ordenanza 9865, el Anexo 5 de Bienes Patrimoniales Catalogados el capítulo I.11 Patrimonio Industrial, inciso j: Torre de Agua Hidrante perteneciente a la exMetalúrgica Tandil, sobre calle Figueroa”.

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