Polémica por los andamios en la esquina de Pinto y Rodríguez
La tradicional esquina de Pinto y Rodríguez, donde funcionaba el Banco Comercial, parecía haber resurgido el año pasado cuando comenzó a tomar forma el proyecto del centro comercial y se instalaron los andamios en las veredas. Sin embargo, el contexto económico impactó en el desarrollo de la iniciativa y, meses atrás, el grupo inversor decidió poner un freno a las tareas hasta tanto la situación se normalice.
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Al cabo de dos meses, las estructuras aún persisten allí pese a que la obra se encuentra paralizada, según informó la directora de Desarrollo Urbano del Municipio, Victoria Deguer.
Por tal motivo, desde El Eco de Tandil nos acercamos hasta este punto neurálgico de nuestra localidad y dialogamos con los ocasionales transeúntes para que nos brindaran su opinión.
Solo Nélida Dip, una de las entrevistadas, se mostró conforme con la situación, aduciendo que “a mí no me molesta, no considero que haya que sacarlas”. No obstante, reconoció que no estaba inmiscuida en el tema y no sabía que la obra estaba parada. Empero, destacó que “están bien, están acomodadas de manera tal que la gente pueda circular. Tandil tiene que ir para adelante”.
Mientras Nélida vociferaba e indicaba que los andamios no incomodaban ni afectaban la normal circulación, fue interrumpida por un joven que, cuando se disponía a cruzar la calle, exclamó: “¿Cómo no van a molestar, señora? ¡No se puede circular!”.
La mirada de este último fue la que más se oyó entre los entrevistados. Casi la totalidad expresó su indignación y su fastidio, y solo Carlos Ferreira sostuvo que no le inquietaban pese a que se mostró comprensivo respecto a los vecinos que sí lo sienten así: “No sé el objetivo, pero por ahí hay gente que le molesta. A mí particularmente no. Calculo que por el momento habría que sacarlas y colocarlas cuando se continúe con el proyecto, si es que lo van a seguir en algún momento”.
En efecto, las estructuras quitan una importante cantidad de espacio para las personas que se trasladan a pie e impiden que pueda circularse con normalidad. De hecho, imposibilitan que más de dos personas caminen a la par, lo cual es un gran peligro en el sentido de que, en más de una oportunidad, se observa cómo algunos peatones deben bajar a la cinta asfáltica para poder avanzar.
Al respecto, Julio, uno de los más exacerbados, aseguró que está “re podrido” porque “molesta para caminar y si viene gente tenés que bajar a la calle, entonces si justo pasa un auto atrás, te tira al diablo”.
Otro detalle a prestar atención tiene que ver con las personas que circulan con cochecitos de bebés y que se ven obligados a detener la marcha a la espera de que un vecino con ciertos principios les otorgue el paso. Así lo manifestó Andrea, quien casualmente circulaba con un carrito. “Deberían retirar las estructuras; con el carrito se complica andar por acá”, señaló.