Piden al Municipio que siga apoyando al Centro Cultural Atrapasueños para evitar el cierre
Los integrantes de la organización social comunitaria Atrapasueños, ubicada en Figueroa al 2000, dieron a conocer un comunicado en el que informaron sobre la situación que está atravesando el centro cultural, con serio riesgo de cierre.
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Este año, según indicaron, el Municipio de Tandil implementó la Ordenanza 16.321, la cual se ocupa de regular estos espacios que son para y de la niñez, como también para los jóvenes y los vecinos. Sin embargo, explicaron que en nombre de la ordenanza municipal terminando sacándoles la ayuda del alquiler y los subsidios ya ganados.
“La Ordenanza no fue pensada para eso. Fue hecha para fortalecer y no para desfinanciar”, determinaron. Si esta intención de aplicar la ordenanza continúa, la organización recibiría un monto que ni siquiera le alcanzaría para pagar el alquiler. “No queremos que se cierre. No”, enfatizaron.
“¿Sueldos, salarios, equipo técnico para que laburen con los pibes? Nada de eso. No alcanza. No hay. Pero para nosotros eso no importa”, determinaron, ya que aseguraron que igual van a ir, aunque no cobren y tengan que terminar poniendo ellos la plata para las actividades. Sin embargo, el alquiler sí que no lo pueden pagar, porque no les alcanza. Entonces, si el Municipio no escucha, advirtieron que el barrio y la ciudad se quedarán con un espacio cultural menos.
El Centro Atrapasueños tiene nueve años de vida pero en realidad había nacido mucho antes, con todos aquellos que hace tiempo clamaban por un espacio para el barrio Maggiori. Definitivamente nació con el empuje y la organización comunitaria y ahora luchan por evitar el cierre de sus puertas.
“Necesitamos que el Municipio de Tandil siga acompañando esta propuesta con el subsidio de alquiler”, pidieron, aclarando que ninguno de los que allí trabajan cobran por estar, “por ponerle la cabeza, el alma y la alegría a este espacio”. Explicaron a continuación que los apoyos económicos que alguna vez recibieron son para la leche, lápices y algún que otro boleto del colectivo. “Somos vecinos, estudiantes, trabajadores, niños que vivimos o vamos hasta el barrio. Somos una comunidad resistiendo hace años a este neoliberalismo atroz. Y no queremos que se cierre”, impulsaron.
Es que así se cerraría un pedazo de historia y más puertas todavía para los chicos del barrio, y si eso sucede, costará mucho reabrirlas teniendo en cuenta “el actual retroceso e involución en materia de políticas sociales”.
“Que siga habiendo teatro, que sigamos haciendo la tarea en apoyo escolar, que la murga nunca se quede en silencio, y que sean muchas más las actividades que nos liberen”, concluyeron.
Con motivo de esta lucha en defensa de la cultura el próximo sábado 30 llevarán adelante en ese espacio de Figueroa al 2226 un festival artístico solidario y “a la gorra”.