Pese a la mayor presencia de padres, varios alumnos fueron hospitalizados por el UPD
Los festejos del último primer día de clase volvieron a encender la polémica respecto a si es correcto que se sigan realizando. Si bien este año hubo mayor participación por parte de los padres, que se hicieron presentes en cada uno de los lugares donde se realizaron las celebraciones, hubo un serio inconveniente en La Movediza, donde los alumnos de SAFA habían alquilado un salón. Una persona habría colocado pastillas de rivotril en los vasos y varios alumnos debieron ser trasladados a los centros de salud.
Pese a los esfuerzos de diferentes áreas del Municipio por generar conciencia en los alumnos, advirtiendo por los inconvenientes que puede llegar a provocar el consumo excesivo de alcohol, la celebración del “último primer día” (UPD) de clases volvió a descarrilar.
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Previo a comenzar el último año de su carrera secundaria, los adolescentes se reúnen para festejar el UPD en una casa, boliche o salón de alquiler. Este tipo de celebración se ha convertido ya en una tendencia a nivel nacional y en nuestra ciudad se realiza cada año desde hace ya casi una década.
El festejo consiste en reunirse la noche anterior al inicio del ciclo lectivo y, tras ingerir sustancias alcohólicas -en la mayoría de los casos-, asistir a la institución educativa con el sueño a cuestas.
Este año el día de inicio de clases fue el miércoles 11, por lo que los chicos se congregaron el martes por la noche en diferentes puntos. No obstante, el propio Javier Camgros, director de Inspección General y Habilitaciones del Municipio, comunicó a El Eco Multimedios que, ante la incertidumbre respecto a la fecha en que comenzarían, los padres llamaron semanas atrás a la Dirección informando que sus hijos se juntarían el domingo a la noche.
Por tal motivo, el 8 de marzo se hizo un refuerzo en el servicio y se recorrieron diferentes zonas de la ciudad donde habitualmente se utilizan casas para eventos, pero no se pudo verificar ni identificar ninguna fiesta.
Este martes, con conocimiento de los lugares donde se congregarían los alumnos, desde la Dirección efectuaron diferentes recorridas: “Gracias a los padres que se habían acercado y a las publicaciones en las redes sociales sabíamos dónde se iban a juntar”.
Presencia de padres en los lugares
Destacó el propio Camgros en diálogo con este medio que siempre hubo presencia de padres en los diferentes centros de festejo y agregó que en muchos de ellos también había personal de seguridad.
Agregó que a algunos de los papás los dejaban ingresar a los salones y que a otros los hacían esperar afuera, en los autos, pero que constantemente iban ingresando para verificar el estado de situación.
Por tal razón, reconoció que este año, y a diferencia del anterior, se desarrolló todo con “bastante normalidad” y hubo mayor presencia y preocupación por parte de los padres, que iban rotando, haciendo turnos de vigilancia de dos o tres horas, dependiendo el colegio.
El único hecho de descontrol que se registró fue en La Movediza, en Piccirili y Lunghi, donde los alumnos de último año del colegio Sagrada Familia habían alquilado un salón de fiestas.
Allí, los padres debieron llamar a la Policía porque un adolescente, que había repetido el año, “no estaba en todos sus cabales” y había roto un vidrio del establecimiento.
Colocaron pastillas de rivotril en los vasos
Informó Camgros que, luego de que la policía se apersonara allí por el inconveniente con el joven, descubrieron que, aparentemente, uno de los presentes estaba colocando pastillas de rivotril en los vasos sin que el resto lo supiera.
Por tal razón, varios chicos presentaron algún grado de intoxicación y debieron ser trasladados tanto al Hospital Ramón Santamarina, como al Sanatorio Tandil y a la Clínica Chacabuco. En tanto, informaron a este medio que otros tantos de los chicos prefirieron aguantar los síntomas y no acercarse a las guardias pese a que habían consumido el peligroso ‘cóctel’.
El lugar, según reveló Camgrós, contaba con la habilitación pertinente y no habían recibido ninguna denuncia por ruidos molestos, por lo que no habían tenido que tomar intervención. Empero, una vez que ocurrió lo del adolescente que rompió el vidrio, alrededor de las 4.30 de la mañana, los propios padres decidieron ponerle fin al evento.
En tanto, el resto de los festejos concluyeron, aproximadamente, a las 5.30 y ya para las 6.30 se podía observar a varios de los alumnos en la Plaza Independencia y en los colectivos, prestos a iniciar las clases.
Jóvenes hospitalizados
Si bien el titular de la Dirección de Inspección General y Habilitaciones remarcó la gran cantidad de padres que se hicieron presentes en los diferentes lugares donde se desarrolló el UPD, lo cierto es que varios chicos debieron ser hospitalizados por el estado en el que se encontraban, teniendo en cuenta la peligrosa mezcla que ingirieron.
“Hubo mucha presencia de padres, ya a partir del año pasado y con lo que ha pasado el verano en la costa, se ha notado su preocupación. En estos últimos 15 o 20 días se han acercado muchos, me han llamado preguntándome a ver cómo se podía desarrollar y mismo los inspectores vieron en los distintos lugares presencia de papás”, manifestó Camgros.
Empero, pese a que los adultos se encontraban controlando y monitoreando lo que ocurría, algunos jóvenes debieron ser trasladados a los diferentes centros de salud de la ciudad por el estado de alcoholismo que presentaban, sumado a la ingesta de pastillas de rivotril.
Desde el Hospital Municipal Ramón Santamarina informaron que por la madrugada ingresaron dos jóvenes de 17 años alcoholizados a la guardia. Uno de ellos fue dado de alta mientras que el otro quedó en observación en el Servicio de Emergencias Médicas.
En tanto, desde la Clínica Chacabuco señalaron que quedaron en observación dos pacientes por haber ingerido grandes cantidades de bebidas alcohólicas, mientras que desde el Sanatorio manifestaron que se registraron algunas consultas por guardia.
Cabe consignar que a partir de hacerse público el suceso por el cual varios chicos terminaron internados, en las redes sociales se viralizó como reguero de pólvora detalles de lo sucedido e incluso identificando al presunto autor de la intoxicación denunciada.
Un festejo distinto
Mientras que muchos alumnos optaron por festejar la noche previa al inicio de clases y luego llegar, en algunos casos, con resaca y sueño a la escuela, los estudiantes del colegio Estrella de Belén optaron por una iniciativa distinta, solidaria.
Días atrás habían planificado congregarse en las inmediaciones de la institución con café, jugo y tortas para salir a repartir entre los jubilados que se encontraban esperando en las puertas de las diferentes entidades bancarias.
Sin embargo, las fuertes ráfagas de viento y las copiosas lluvias que se registraron este miércoles por la mañana hicieron que les fuera imposible salir a repartir los alimentos.
Por tal razón, decidieron continuar con su propuesta solidaria y compartieron con docentes, directivos y el resto de alumnos el desayuno que habían preparado para los adultos mayores.