Perros en jauría mataron a dieciocho animales en una noche en la Reserva Natural Sierra del Tigre
Los canes de los vecinos de la zona ingresan al predio por las noches y acechan a los animales en resguardo. En una de las matanzas más importantes, atacaron a muflones, llamas, ciervos y a un caballo. Gabriel Barletta llamó a tomar conciencia sobre la tenencia responsable.
La Reserva Natural Sierra del Tigre afronta una grave problemática debido a los perros sueltos que pertenecen a las familias de la zona, que salen de noche, acechan a los animales y los matan. Una de las últimas matanzas, ocurrida hace unos días, se cobró a 18 ejemplares, entre muflones, llamas y ciervos.
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Gabriel Barletta, quien guía visitas a caballo por el predio serrano de 140 hectáreas, contó que su hermano Claudio, a cargo del cuidado de los animales, no quiere ni hablar del tema por el dolor y depresión que le causó esta situación. Madruga, se ocupa de los ejemplares y luego se enfrenta con estos hechos lamentables.
Contó que este problema “viene de larga data” y señaló que a un caballo de su propiedad lo atacaron en agosto, mientras que la matanza de 18 animales se produjo hace una semana. Consideró que “no necesariamente” han sido muchos perros, porque a veces “son dos o tres que se ceban y hacen jauría”.
Además, atribuyó los episodios a los canes de las familias que se instalaron alrededor de la Reserva y que andan sueltos por las calles. “Nadie va a decir que llegó con sangre en la boca u olor a podrido. Viene con la panza llena y todos muzzarella, porque es su perrito y lo tiene gratis”, afirmó.
Una “cultura” arraigada
Explicó que “el caballo que mataron era mío. Una persona denunció, desde la misma Reserva, que un perro estaba acechando a un caballo, y cuando llego, ya era tarde. Primero lo acechan, lo rodean, lo corren, lo casan, y finalmente, se le cuelgan de la oreja y ahí ya no tiene más defensa el caballo”.
Agregó que cuando arribó en auxilio, “me encontré con la yegua viva y los perros ya satisfechos. Eran perros de los más bol… de los Golden. No eran perros asesinos ni nada que se imaginen”.
Lamentó que “está tan arraigada la cultura de que el perro suelto, pobrecito, tiene que tener todos los derechos del mundo y los demás que se jodan”, al tiempo que reparó en la cantidad de personas que asisten al Hospital accidentadas por los canes que circulan libres por la ciudad.
“¿Es más importante un perro que un ser humano?”, cuestionó y mencionó los accidentes que se producen porque se les cruzan a los ciclistas o corren a las motos.
Al mismo tiempo, indicó que “si vos tocás un perro o hablás mal de un perro, sos satanás, y no es así. La gente tiene que ser consciente realmente y responsable por el daño que causan. Los únicos animales con status parecen ser los perros, los demás animales chau, y vos sos el demonio porque hablás”.
“No se puede ser cobarde”
El integrante de la comisión directiva de la Reserva confió que su familia teme contar lo que está ocurriendo debido a las opiniones que se puedan generar, pero decidió hacer pública la situación para que los vecinos reparen en el daño que ocasionan sus mascotas.
“No se puede ser cobarde. Uno debe decir las cosas porque las cosas se solucionan hablando”, opinó y valoró que “gracias a Dios, el vecino dueño de los perros que me mataron la yegua se hizo cargo, pero y los demás animales ¿qué?”.
Relató que mataron a dos ciervos, llamas, de los muflones se salvó uno que logró saltar la cerca. “Encima estaban a resguardo. Vulneraron la cerca e hicieron pelota todo”, lamentó.
“¿Quién le pone el cascabel al gato? Es un drama verdaderamente grave, porque nosotros no estamos ahí para matar animales, no es nuestra función y además, yo adoro a los animales y a los perros con su propia naturaleza, porque ellos descienden del lobo, tienen su naturaleza acechante y depredadora. Ese perrito que mueve la cola y le hacés caricias en la panza, después se transforma cuando está en jauría, cuando se junta con otros perros y salen a vaguear”.
Barletta expresó que para la Reserva “es una desgracia, pero los dueños por ahí están contentos porque viene con la panza llena. Están todos re gordos los perros del vecindario, pero no es así”.
“La gente por ahí lo ataca al Intendente, pero no tiene la culpa de que haya esta cultura de mierd… de dejar el perro suelto y que mate tranquilo, total ‘es mi hijito asesino’”, expresó.
“Es un desastre total”
Consultado por el perjuicio que estos perros ocasionan a la Reserva, Gabriel Barletta sostuvo que “es un desastre total, porque cómo se hace para recuperar los animales, pero además los recuperamos y es un círculo vicioso. Entonces, al final no sabemos qué hacer, si seguir recibiendo”.
Recordó que una de las funciones del espacio es curar los animales que llegan y liberarlos. “Por ejemplo, hay un chajá que se lo curó y se hizo la suelta, pero se aquerenció ahí y vuela y está ahí, pero tiene la suerte de volar, entonces no lo agarran”, contó y agregó que “lo mismo pasó con una cigüeña, que también se hizo la suelta una vez que la curaron”.
En ese sentido, señaló que “muchos animales llegan heridos y la gente por ahí protesta porque dicen que no son autóctonos. Nosotros curamos lo que viene, como esa pitón que vino en el colectivo que no sabían dónde meterla y va a parar a la Reserva. Esa está a resguardo porque la podemos tener en una pecera y cerrada con llave, pero no podemos tener todos los animales encerrados con llave”.
En consonancia, señaló que “después la gente se queja porque están enjaulados, pero no hay forma de tener un bicho, y es muy difícil erradicar esta cultura del perro suelto”.
En esa zona serrana y de gran crecimiento en los últimos años se construyeron muchas viviendas que rodean a la Reserva. “Está lleno de vecinos nuevos y todos con sus perros sueltos. Han venido muchos porteños, mucha gente de afuera, pero gente buena, divina, buenos vecinos, no puedo decir nada. Pero lo que pasa es que es contagioso: yo tengo el perro suelto, el de al lado también”, observó.
Además, sostuvo que “vas por el mundo y eso no existe, no hay perros sueltos. Ocurre acá que nos creemos muy civilizados, pero en realidad estamos con la pluma como en los mejores tiempos”.