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Pepo Sanzano, 40 años en el teatro: “Escribir es divino, es divertirme, es jugar”
Este viernes y sábado estrena "Besito al cielo", la nueva obra que escribió y protagoniza junto a Clara Giorgetti.
Aunque pasaron 40 años desde el día en el que Pepo Sanzano descubrió que lo suyo no era la veterinaria sino el teatro, él sigue siendo el mismo chico enamorado de esa pasión que terminó haciendo su trabajo y su vida. El aniversario coincide con el estreno de Besito al cielo, la nueva obra que escribió y protagoniza junto a Clara Giorgetti, que podrá verse el viernes 22 a las 21 y el sábado 23 a las 20 en Teatro Bajosuelo.
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En esa misma sala recibió a El Eco de Tandil para repasar su trayectoria, desde aquel día de 1986 cuando su maestro Carlos Catalano lo convocó para hacer El herrero y el diablo en un Encuentro de Teatro Universitario y le “explotó la cabeza”. Cuatro décadas después, tras haberse destacado en televisión con Los Prepu y volver a la ciudad, es una referencia del teatro en Tandil.
Docente, director, impulsor de grupos y espacios, Pepo dejó su huella tanto con aquel conjunto inicial como acompañando a Los Cuatro, La Quintañata, Los Tritri, La Rosca, Los Argonautas, Los Mabelos, y muchos más. Pero esa misma huella la sigue marcando tanto desde la actuación como desde su rol como autor, ya que es un prolífico dramaturgo que tiene en su haber -en un cálculo aproximado ya que no lleva la cuenta- alrededor de 25 obras con su firma.
“La escritura atraviesa mi vida”, contó sobre la disciplina que cruza todas sus facetas y que lo llevó a cumplir una cuenta pendiente, escribir para su ex alumna y colega Clara Giorgetti. Así nació Besito al cielo, donde otra vez dejó salir el humor, eso que le “brota”, según dijo. “Me siento tan cómodo y tan en mi casa con el humor que no puedo dejar de hacerlo”, agregó.
Siente que el teatro en Tandil fue y es siempre “una explosión, una usina de creación impresionante”, y en ese sentido enumeró no sólo las salas con más historia en la ciudad sino también a nuevos espacios donde se montan obras entre las que incluye también al stand-up, un estilo que defiende.
- ¿Hace cuánto empezaste con el teatro?
- Arranqué en el 83´, en el primer año de democracia. Fue en un taller que hice acá, y en el 86´ya empecé a trabajar en el teatro universitario.
- Y si mirás para atrás, ¿Qué ves en esos 40 años?
-Veo a un pibe desorientado con su vocación, que era teóricamente la veterinaria, y muy ávido por saber sobre el teatro, muy ávido por empezar a investigarlo, por empezar a jugar, muy enamorado de eso, con mucho entusiasmo y mucha intuición.
Por ejemplo con Los Prepu éramos completamente intuitivos, no teníamos ni idea de lo que estábamos haciendo. Después nos enteramos que lo que hacíamos era estudiantina, después nos enteramos que había cuestiones de clowns. No sabíamos porque no teníamos ningún tipo de formación. Había mucho amor por lo que hacíamos, mucha risa mientras lo elaborábamos, mucha risa arriba del escenario, mucha risa con el público. Y después bueno, uno se va dando cuenta que las cosas tienen nombre, y las técnicas se perfeccionan.
Y de la mano de todo eso, si miro para atrás, siempre estuvo la docencia, siempre me encantó dar clases. Y con la veterinaria, nada. Yo siempre digo en un monólogo que hago de stand-up, que gracias a dios los animales se salvaron de mí, porque yo hubiera sido un desastre.
- ¿Hubo un momento en que nació esta avidez, ese amor por el teatro?
- Sí, yo creo que cuando Carlos Catalano, mi maestro, me convocó para hacer El Herrero y el Diablo, una obra para representar a la Unicen, en la primera fiesta que era el Encuentro Nacional de Teatro Universitario en el 86. Ahí me explotó la cabeza literalmente, por ver a compañeros de otras universidades de todo el país haciendo lo mismo, con muchas ganas, y empezar a ver dónde estaba ubicado uno, y poder aprender más, y todo eso. Ahí me explotó la cabeza, volví a veterinaria y dije, ´¿Qué hago acá? Qué estoy haciendo?´Me perdía en los laboratorios, no quería estar ahi. Y ahí me cambió la bocha, completamente.
“La escritura atraviesa mi vida”
“En realidad siempre escribo para la gente con la que voy a actuar”, contó sobre su faceta como escritor, que nació preparando textos para Los Prepu, y siguió con muchos otros que preparó, por ejemplo, para Marcos Casanova con las tres versiones de “Norma y Teté”, o con “De tal palo” que hizo para compartir con Lucas Máximo.
“Con Clara me pasó lo mismo. Cuando ella cursó en la Facultad de Arte donde yo estoy en la cátedra de Práctica Integrada 1, nos adoptamos como padre e hija. A partir de ese momento siempre tuvimos una relación laboral y de muchísima amistad. Hemos trabajado porque ya desde el proyecto Mondo, ha hecho de técnica mía en muchísimos espectáculos, hemos dado clases juntos y siempre decíamos de hacer una obra juntos, y ahora surgió la oportunidad”, contó.
- ¿Cuándo empezaste a escribir?
- Yo creo que empecé con Los Prepu, o sea, en el 85. Al principio éramos seis, y dos escribíamos. En un primer momento acompañaba, pero después me tuve que hacer cargo yo. Y durante toda la etapa de Buenos Aires escribí un montón. Porque además, ahí es donde hice cursos de stand-up, hice cursos de guión televisivo, me gustaba mucho la escritura. Y cuando volví de Buenos Aires a vivir acá en el 2000, yo ya tenía un espectáculo unipersonal completo, y quería hacerlo.
Y acá ya estaba con muchas ganas y me empezó a salir la cuestión de escribir obras. Son prolongaciones de mí. Todas tienen algo auto referencial. Por eso es que a mí el stand-up me gusta tanto y me sale, porque soy muy auto referencial.
Entonces en Besito al cielo, o en cualquier obra, se cruzan mis viejos, se cruzan mis tías, se cruzan mis hermanos, mi familia, datos de la mamá de mi novia, se cruza todo. Después de tantos años te agarra como una deformación profesional de que a todo le ves el lado cómico. Y entonces te entra a aflorar una cosa así, medio extraña.
- ¿Y cómo es para vos ese momento creativo?
- Es divino. Yo, por ejemplo, el año pasado, en octubre, me senté y me propuse terminar la obra para hacer con Clara. Hago mi caminata diaria, hago todas las cositas que tengo que hacer y después me siento en la computadora a escribir. Escribir es divertirme, es jugar. Tomo un matecito, corto con algún jueguito de la computadora, vuelvo, la dejo pensando, escucho música, la dejo pensando, vuelvo, lo edito mucho.
Yo escribo todos los días, porque corrijo sketchs para los talleres, corrijo stand-up científico, corrijo stand-up para los cursos que doy. O sea, me la paso escribiendo. Después trabajo también en la cátedra y con mi compañera Julia Lavatelli corregimos los textos de los alumnos. Y encima ahí tenemos el lujo que a nosotros nos corrige Mauricio Kartun. O sea, que la escritura atraviesa mi vida.
- Recién hacías mención a lo auto referencial, pero ¿Qué otras cosas que ves de tu entorno o en general te interesan, vas a buscar, te inspiran?
-La música me inspira, mucho. La música me da climas y tonos para la creación de las imágenes. Entonces por ahí estoy escuchando y me aparece, se me forma una imagen. Y después me inspiro mucho viendo a compañeros, muchísimo. Me gusta ver teatro. Veo y me inspiro, veo puntas a trabajar. Después soy un gran consumidor de series, pero las deformo. Siempre se me aparece el lado cómico.
- ¿Y por qué el humor?
- Es lo que me sale.. Me gusta coquetear con el drama, porque incluso me han convocado para hacer obras dramáticas y creo que las he podido defender en el resultado. Me gusta coquetear con el drama, pero me siento tan cómodo y tan en mi casa con el humor que no puedo dejar de hacerlo. Me sale, me brota y lo disfruto enormemente. En mi casa a lo mejor soy un amargo, pero el humor me sirve como carta de presentación en las clases. Me resulta un desafío interesante y lo disfruto.
Besito al cielo
Hoy a las 21 y mañana a las 20 en el teatro Bajosuelo, Pepo Sanzano llevará a escena su obra número 25 -si los cálculos no fallan-. Con dirección de Gustavo Lazarte -"estoy muy feliz de ser dirigido de nuevo por él, que es una maravilla cómo me contiene y me exige, eso me encanta", dijo- es una comedia dramática que protagoniza junto a Clara Giogetti.
En un guiño al vínculo que supieron construir como docente y alumna, y como colegas después, en la obra Pepo interpreta al padre y Clara a la hija. La noche en la que velan a quien había sido respectivamente su esposa y madre, ambos estarán cara a cara, con la posibilidad de hacer frente a secretos y cuentas pendientes que arrastran quizás desde hace tiempo.
"Es una comedia dramática, me tiró un poquito para ese lado. Quería respetar esa situación de padre e hija, pero me preguntaba dónde la podía poner y entonces surgió que sea en el entreacto del velorio de la mamá de ella, mi mujer, esa misma noche que se cierra el cajón y vuelven a la casa. Hay como unos secretos a develar, unas cosas que no están cerradas, cuentas pendientes que se revelan ese día. Y en el medio mucho humor, mucha ternura y hasta drama. Veremos qué sucede con el público.