Falta de controles
Paralizaron la obra de la escuela de De la Canal por las precarias condiciones de los trabajadores
Una inspección de la Uocra puso al descubierto las deplorables condiciones que la empresa contratista le ofrecía a los obreros que vinieron a construir el anhelado edificio escolar. La comunidad educativa mostró su preocupación por la situación y pidió más controles del Estado al respecto.
La esperada obra del nuevo edificio de la Escuela Secundaria 13 de De la Canal –que contiene también a la Primaria 15 y el Jardín 921- se vio empañada en las últimas horas por un inesperado acontecimiento que puso en stand by los trabajos.
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En la mañana de ayer, una inspección de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) dio cuenta de las condiciones de hacinamiento y explotación en las que se encuentran los 6 trabajadores contratados por la empresa Pesciallo Flores y Cía. S.C, que se adjudicó la licitación pública. Frente a este panorama, las tareas se vieron interrumpidas y el gremio denunció la situación ante el Ministerio de Trabajo nacional, además de comunicarse con la firma constructora en pos de resolver la problemática.
Al respecto, la comunidad educativa se puso en alerta y reclamó mayor controles por parte del Estado para que episodios de esta naturaleza no tengan lugar.
Vale reseñar que el edificio es un pedido histórico de las instituciones educativas y de la población canalense que se pudo concretar recién este año. La mencionada compañía, con domicilio en la localidad bonaerense de 9 de julio, resultó ganadora de la licitación pública 42/2022 que lanzó la Provincia con un presupuesto de 237.669.136.05 de pesos, y el pasado 26 de junio ambas partes rubricaron el contrato pertinente en La Plata.
En diálogo con El Eco de Tandil el titular de la asociación cooperadora de la Secundaria 13, Tomás Arrospide, expuso que hace un mes se dio inicio a la anhelada obra y comenzaron a correr los 280 días del plazo de ejecución previsto.
Asimismo, recordó que “el diputado nacional Rogelio Iparraguirre y la consejera Diana Balbín se acercaron a ver la obra, que es un logro del Gobierno provincial, e independientemente del color político estamos contentos porque nunca habíamos llegado a esta instancia”.
No obstante, Arrospide detalló: “Hoy (por ayer) a la mañana nos enteramos de una inspección de la Uocra, que no nos sorprendió porque veíamos en la cotidianeidad las condiciones deplorables de los trabajadores”.
Precarización
La constructora Pesciallo Flores no contrató personal local sino que trajo sus propios obreros para desarrollar los trabajos, la mayoría de ellos oriundos de otras provincias y países limítrofes.
En tanto, refirió que la firma debería armar un espacio adecuado para que habiten mientras duren las tareas en el lugar. Según pudo saber este medio, la contratista estaría levantando la infraestructura necesaria para alojar a los empleados, que tendrán que permanecer en la localidad rural hasta el próximo año.
“Son 6 personas en una casilla, hacinadas y sin sanitarios. Pedían de acceder a los baños de la escuela y por una cuestión humana no hay problema, pero cuando están los chicos es complicado, hay que preservar la integridad de ellos y no corresponde. No tienen duchas y no se pueden higienizar, no tienen donde suplir sus necesidades básicas, no hay ni comedor ni cocina; cocinan al aire libre en un rectángulo resguardado por maderas pero sin techo”, describió.
Por su parte, consideró que esas cuestiones deberían haber sido previstas con antelación por la empresa y que el Estado debería efectuar más controles al respecto. Si bien la inspección de obra corre por cuenta del Consejo Escolar, no le corresponde supervisar las condiciones de habitabilidad a los trabajadores. En todo caso, ahora deberán intervenir para regularizar la situación las carteras laborales.
“Estamos expectantes de lo que va a pasar porque es muy reciente. También sorprendidos porque una firma tan grande, que hace una obra de esta magnitud, tenga así a sus empleados, y la invisibilidad que hay sobre esas personas. Creo que el Estado debe fiscalizar que las condiciones estén dadas antes de iniciar una obra para no llegar a esta situación”, cerró.
Una obra deseada
El único edificio propio en el lugar es el de la Escuela Primaria 15 y el nivel medio se fue adaptando a lo largo del tiempo. La educación secundaria se instaló hace poco más de 15 años para dar respuesta a las demandas de la comunidad de De la Canal, que no tenía oferta educativa en el nivel. Así, cuando terminaban la primaria, los alumnos debían proseguir sus estudios en la escuela de Gardey o trasladarse a Tandil.
En consecuencia, debido a las demandas y necesidades de la comunidad, y con la premisa de frenar la migración de jóvenes, la deserción escolar y el desarraigo se creó la Secundaria 13, que dio sus primeros pasos en la capilla zonal, después usó las instalaciones del club y en 2008 se trasladó a una precaria sede construida con planchones por los vecinos. Además, el establecimiento concentra la matrícula de un radio de 40 kilómetros y recibe a chicos de las primarias rurales de la zona. A pulmón y ante la falta de respuesta estatal, los canalenses realizaron eventos para recaudar fondos y consiguieron donaciones para levantar la estructura provisoria que perdura hasta la fecha.
De todas maneras, la Dirección General de Cultura y Educación envió cuatro aulas modulares para contener a los estudiantes durante este ciclo lectivo, hasta tanto finalice la construcción del nuevo edificio.
El proyecto fue aprobado a fines del año pasado por la Provincia y posteriormente la Subsecretaría de Infraestructura Escolar bonaerense lo readecuó basándose en la funcionalidad solicitada por las instituciones educativas. La obra en cuestión contempla la construcción de cuatro aulas, biblioteca, un salón de usos múltiples y otras dependencias.