Pajaritos de la Calle desmintió su cierre pero confirmó cambios en las actividades y su funcionamiento
Desde la Asociación Civil alegaron problemas económicos para sostener las actividades y la necesidad de aportar un nueva mirada a los proyectos. Rescindieron el convenio de cooperación con Provincia. A partir del año que viene, el Municipio aportará recursos y se sumará la Fundación Pachacamac. Ampliarán el público objetivo con ofertas que también lleguen a los adultos.
Después de más de 25 años, la Asociación Civil Pajaritos de la Calle discontinuará el próximo 31 de diciembre el funcionamiento de sus programas Centro de Día Pajaritos de la Calle, ubicado en la calle Vistalli 1751, el Centro de Referencia La Casita de la Unión (del barrio paraje La Unión) y programa Callejeadas.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa novedad generó repercusiones en la víspera y el pasado viernes, familias y organizaciones barriales se manifestaron en la puerta de la entidad para pedir explicaciones ante un eventual cierre.
“Iniciaremos un proceso de reconversión, que incluye estrategias de abordaje sociocomunitario bajo un formato alternativo y acorde al contexto actual, destinado a la misma población para la cual se ha trabajado desde el año 1997: niños, niñas y adolescentes”, explicaron desde la Asociación a través de un comunicado que compartieron.
Esto incluye la rescisión de los convenios adquiridos con el Organismo de Niñez de la Provincia de Buenos Aires, “a quien estamos agradecidos por el apoyo recibido durante estos más de 25 años”.
Entra el Municipio
Así, a partir de enero del año próximo, el Municipio asumirá el compromiso de acompañar material y operativamente las acciones que se desplieguen. En tanto, dentro de esta propuesta, se suma también la Fundación Pachacamac, que desarrolla desde hace más de 35 años un trabajo sociocomunitario “bajo la misma misión que Pajaritos de la Calle”.
“El objetivo de nuestra Asociación, desde la implementación de los programas, es la de abordar la problemática de los niños y adolescentes de entre 6 y 18 años y sus familias, los cuales se encuentran en situación de vulnerabilidad, brindando un espacio de promoción humana desde la contención, acompañamiento, recreación y capacitación”, detallaron.
El contexto actual los llevó a replantearse las estrategias desarrolladas y, por eso, desde Pajaritos de la Calle asumieron nuevas propuestas.
“Nos encontramos definiendo las mismas, las que a la brevedad serán informadas y desde donde se convocará nuevamente a las familias que han sido parte de los programas a que continúen su participación, sumando además un compromiso reciproco para garantizar el sostenimiento de los mismos”, aclararon.
De todas maneras, resaltaron que nunca plantearon el cierre de los programas o los espacios barriales. En tal sentido, expusieron que el programa Callejeadas seguirá acompañando a las familias y a las situaciones particulares que requieran de ese abordaje, y se suma además una intervención en situaciones que requieran un acompañamiento para garantizar la continuidad educativa.
Por otra parte, el programa que funciona en La Casita de la Unión, dentro de su reconversión, plantea otros escenarios posibles para el despliegue de estrategias de abordaje sociocomunitario, respetando el contexto de proximidad, la accesibilidad y la población atenta a ser recepcionada desde inquietudes propias.
Cambia, todo cambia
En diálogo con El Eco de Tandil, María Marino, integrante de la entidad, señaló que “son 25 años de la creación de los programas y proyectos, queremos una mirada diferente, y también hay dificultades económicas; no podíamos sostener los equipos como ameritaban los proyectos y no pudimos seguir sosteniendo los convenios con Provincia”.
Por otro lado, describió que la movilización del viernes “impactó” a la Asociación, que no se imaginó este tipo de reacción por parte de la comunidad. En tanto, aseveró que ya se habían reunido con las familias y el personal para dar cuenta de los cambios, y que en ningún momento hubo problemas al respecto.
Y remarcó que “no cerramos, se dejó de tener un equipo que pudiera brindar las actividades diarias, y la gente entendió y apoyó el cambio. De dónde surge la movilización, escapa a nosotros”.
En paralelo, aunque no hay precisiones, para el próximo año se pretende ampliar la mirada y la oferta, e imprimir un nuevo aire a la institución, con la inclusión de adultos y jóvenes.
“El nuevo acuerdo con el Municipio es una instancia diferente que permitirá ampliar la oferta y pensar en cosas nuevas para 2023. Ahora va a seguir habiendo gente en la institución tres veces por semana, la sede de Vistalli continuará estando para el barrio”, aclaró.
Escasez de recursos
La rescisión del convenio de cooperación con el Ejecutivo provincial que otorgaba 50 becas de niñez dará paso, entonces, a un trabajo articulado con el Estado local y otras entidades. Si bien las becas aumentaron cerca del 170 por ciento el último año, con respecto a los periodos anteriores, refirió que “la situación económica es insostenible” y que no hay recursos disponibles de otro lado.
En otra época se realizaban actividades y eventos para recaudar fondos, pero tras la pandemia la situación cambió y lo que supo ser un equipo técnico de más de 10 profesionales quedó diezmado en los últimos dos años, luego de los vaivenes del coronavirus y las restricciones.
“La oferta salarial no era de lo más atrayente”, puntualizó, en tanto profundizó que “después de la pandemia fue muy difícil responder como se hacía antes. Pudimos sostener a la gente trabajando y seguir adelante con los proyectos. El recurso económico no es favorable para sostener lo que queremos sostener, podríamos modificar horarios y trabajar menos, pero no es lo que pensamos”.
En esta línea, indicó que están delineando los proyectos para el año que viene, en connivencia con la comuna, que aportará recursos para las iniciativas. Asimismo, Marino aseguró que de aquí a fin de año quedan actividades pendientes con los 30 chicos que asisten a la organización para cerrar el ciclo.
Además se garantizará la incorporación de los menores a las colonias de vacaciones y la entrega de viandas hasta el 31 de diciembre. Para los casos especiales que necesiten del servicio alimentario, la provisión continuará también en enero.
Arropar las infancias
“Tuty” Sáenz, un joven tandilense que pasó su infancia y su adolescencia en Pajaritos de la Calle, y usó sus redes sociales para graficar lo que la entidad significó en su vida.
“No puedo creer que digan que cierra ‘el comedor pajaritos’, como si fuera un comedor. Fui a pajaritos desde los 7 años y hasta que terminé el secundario, desde el primer día al último, nunca dejaron de preocuparse por mí y por mi futuro, tanto mío como el de mis 9 hermanos. Se encargaron de tapar ese vacío que nos dejó mi vieja cuando falleció y de darnos las fuerza para seguir adelante y hacer nuestra infancia más linda", expuso.
También dedicó palabras de agradecimiento por los regalos Navidad, Día del Niño y Reyes, que eran los únicos que recibían.
“Sabían que cada vacaciones, tanto de verano como de invierno, las únicas salidas divertidas y distintas, nos las podían dar ellos. Conocimos la playa por primera vez gracias a Pajaritos e hicimos viajes inolvidables. No tengo palabras de agradecimiento para todo los que pasaron por Pajaritos, desde las cocineras, las chicas que limpiaban, hasta los profesores, no hubo un segundo en el que no nos demostraran su amor, nos arroparon del día uno al último", compartió el joven con amor y gratitud, para dar cuenta del tamaño de la labor que la institución desarrolla desde hace un cuarto de siglo en Villa Gaucho.
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