Padres y docentes de Tandil bregan porque se garantice la presencialidad durante este ciclo lectivo
El grupo autoconvocado está a la expectativa de los lineamientos que emanen desde las autoridades nacionales y provinciales para que se empiece a preparar la vuelta a las clases presenciales con protocolos. Sostuvieron que la educación no debe estar "atada" a las fluctuaciones epidemiológicas mientras todas las demás actividades permanecen habilitadas. Advirtieron su preocupación ante la eventual persistencia del paradigma virtual por el deterioro en la calidad educativa y el impacto en el estado emocional de los alumnos, sobre todo de los más pequeños.
Aunque aún falta un mes y medio para el inicio del ciclo lectivo, un grupo de padres y docentes autoconvocados de Tandil evidenció su preocupación ante la incertidumbre por el regreso a las clases presenciales y la falta de propuestas concretas para preparar el escenario de cara a marzo.
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Si bien desde el Ministerio de Educación nacional se afirmó que “toda la Argentina está preparada para el comienzo de clases presenciales” y que esta alternativa no depende de la vacunación masiva, desde el espacio mantiene la alarma al entender que el retorno a las aulas físicas no debe estar atado a los vaivenes del cuadro epidemiológico porque así se haría imposible sostener en el tiempo la tarea educativa.
En función de esto, la jefa Distrital de Educación, Florencia Mena, resaltó que ya cuentan con un plan jurisdiccional para el regreso seguro a las escuelas en la provincia de Buenos Aires, en base a la situación de riesgos que establezca la Dirección General de Cultura y Educación junto al Ministerio de Salud en el momento que tengan que comenzar las clases en el distrito de Tandil. En concreto, el plan prescribe que si se estuviera en riesgo medio podrán realizarse actividades socioeducativas al aire libre. En tanto que si este fuera bajo, procederían a avanzar hacia la presencialidad.
La casa como escuela, una misión difícil
Soledad Surace es madre de tres niños de 1, 5 y 9 años y forma parte del grupo. En conversación con El Eco de Tandil, describió que “viví todo el problema de la lectoescritura con el cambio de sala de cinco a primer grado. La gente que tiene hijos en primaria y en jardín son los más complicados. Secundaria pudo resolverse de alguna u otra manera y ni hablar terciario y universitario, pero para los pequeños dolió mucho porque necesitan el contacto con sus pares y esta situación generó retrocesos, ansiedad y angustia”.
Más allá de los parámetros psicológicos y emocionales, la mujer reparó en las implicancias académicas de las clases virtuales y la organización de las tareas en el ámbito hogareño sin el apoyo presencial de los maestros.
“Fue muy difícil para los padres que trabajan, para los que no pueden explicar o no tienen la paciencia, es muy difícil llegar a los chicos porque no somos los maestros; no nos quieren escuchar, se dispersan, la casa no es el contexto del colegio. Fue muy difícil darle continuidad a lo académico”, sostuvo.
Al respecto, si bien señaló que sus hijos concurren a un establecimiento privado y pudieron mantener encuentros virtuales regulares y cierta continuidad pedagógica, sostuvo que esa no es la realidad de la mayoría de los alumnos. “¿Qué pasa con quienes no tiene conectividad o no tuvieron contacto con ningún contenido todo el año? Han perjudicado a los más vulnerables”, cuestionó.
Educación esencial
Los padres y docentes agrupados mantienen activa la lucha incluso en el receso de verano, y se aprestarán, si es preciso, a movilizarse y encarar más acciones para lograr ser escuchados. Mientras tanto, reparten calcos con distintas leyendas en los locales comerciales y tratan de difundir su posicionamiento para concientizar a la población acerca de esta necesidad. El año pasado, ademá, impulsaron una campaña de firmas que logró más de 1500 adhesiones, elevaron su inquietud al Concejo Deliberante y realizaron manifestaciones en la vía pública para visibilizar el tema.
Pero el reclamo por la vuelta a las escuelas no se ancla sólo en la necesidad de recuperar la función del sistema educativo y brindarle a los estudiantes de todos los niveles la posibilidad de revincularse con las instituciones desde otro lugar, sino también en el criterio de que todas las actividades han estado permitidas menos las clases presenciales.
Otro de los ejes que genera preocupación es el sostenimiento de los colegios privados, que han registrado una merma de matrícula y morosidad en el pago de cuotas, un fenómeno que se replica en todo el país. A esto se suma la complicación que genera en las dinámicas familiares el cuidado de los hijos que no asistieron durante todo el 2020 a la escuela.
“Nuestro pedido es volver a las aulas con protocolos para minimizar riesgos y no atarlo más lo epidemiológico porque todo lo demás está abierto. Cuando había muchos casos muchos rubros seguían abiertos. La educación tiene que ser esencial porque es el futuro del país”, observó Surace. En esta línea, también expuso que Argentina “es el único país del mundo que perdió un ciclo lectivo completo”.
“Nos alarma la falta de escolaridad sostenida en el tiempo y no tener certezas de que en marzo se pueda volver. Hay que convivir con la pandemia y tomar recaudos, pero la vida continúa, no paremos más la educación”, dijo, y detalló que “hay que sostener un colegio privado, pagar una niñera o un docente particular, y eso en el mejor de los casos, el que puede hacerlo. ¿Y el que no? ¿Cómo sale trabajar? No se manejan otros caminos, se van cayendo instituciones y hay que volver a poner en funcionamiento esto. En un año entero no avanzaron mucho con los protocolos y el reacondicionamiento de los establecimientos”.
Las dificultades de la virtualidad
Por su lado, la profesora de nivel medio Isabel Vanelli, quien se desempeña tanto en el sector estatal como en el privado, argumentó que “la calidad educativa va en baja y hay que hacer cambios estructurales.La virtualidad no contribuye a mejorar la calidad, una cosa es usarla como herramienta, pero no que sea lo único que exista”.
En este sentido, compartió que se intensificó la brecha digital y quedaron expuestos aquellos alumnos que no pudieron acceder una conectividad adecuada, lo que dificultó todos los procesos de aprendizaje. Además, refirió que se multiplicaron las consultas en los consultorios psicológicos y psicopedagógicos vinculadas a trastornos de aprendizaje y ansiedad en los más pequeños y jóvenes.
Convencida de que hay un gran abanico de oportunidades para programar el regreso a las aulas, la docente explicó que en otros países, como Italia, se han adoptado sistemas que permiten garantizar un retorno seguro, a través de burbujas sanitarias y de grupos que roten, con conexión a internet en los establecimientos que permita a los alumnos participar de la clase en simultáneo desde sus casas.
“El año pasado pedimos que al menos pudieran ir dos veces por semana al aire libre, cumpliendo todos los protocolos, para que se pudieran encontrar. Ahora más insistentemente queremos que se asegure la presencialidad a partir de marzo, porque el contacto cara a cara no puede ser reemplazado”, afirmó.
Más dudas que certezas
Asimismo, en relación a este tema, el gobierno porteño ratificó ayer en una reunión con los gremios docentes que el 17 de febrero comenzarán las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires. Desde el espacio respaldaron este tipo de acciones específicas, que a su criterio en la Provincia no se producen.
“El año pasado tuvimos contacto constante con Florencia Mena, que responde como otros funcionarios a la Provincia, nosotros entendemos eso, pero también entendemos que si hubiera voluntad podrían presentar nuestra solicitud y propuesta para evaluar el estado de Tandil. En otras ciudades, el Intendente acompaña a los grupos, pero acá eso no ha sucedido”, reflexionó.
“Hay muchas manera de hacerlo, pero tuvieron diez meses para arreglar las escuelas y no se han ocupado de ello. El ministro (Nicolás) Trotta dice que va a haber clases presenciales, pero no lo garantiza ni dice de qué manera se va a llevar a cabo. Nos preocupa que en marzo las clases no empiecen y que pase eso no es lógico ni coherente”, cerró.