Otra madrugada de caos por las motos y la escalada de desmadre urbano

La madrugada del domingo en Tandil fue caótica. Cientos de motos se trasladaron por diferentes puntos sensibles de la ciudad generando ruidos, perturbando el tránsito y realizando picadas ilegales. Cada vez que la Policía intentaba actuar, los motociclistas se dispersaban y se reunían en otro punto. 

Desde los últimos minutos de la jornada del sábado y durante varias horas de la madrugada del domingo, los vecinos de Tandil que viven en la zona del Dique, la Diagonal Alvear, avenida Avellaneda y los alrededores, vivieron una noche para el olvido.

Cientos de motos se congregaron para realizar picadas ilegales, tirando cortes, a altas velocidades. Los vecinos alertaron de lo que estaba sucediendo, una vez más, durante una noche de fin de semana. Se trata de una problemática que está latente hace años en Tandil y que no tiene solución alguna ni por los efectivos policiales ni del gobierno municipal.

Según explicaron autoridades policiales a este medio, cuando se aproximan los móviles para poder establecer el orden, las motos se dispersan y empiezan en otro sector de la ciudad. Así, sucesivamente, durante varias horas. La imagen de dos o tres patrulleros persiguiendo entre 300 y 400 motos por las calles de Tandil en horas de la madrugada habla también del riesgo latente que eso significa.

Los vecinos, se quejaron a través de las redes sociales y varios de ellos enviaron mensajes a El Eco de Tandil alertando de lo que estaba sucediendo. En X (Twitter), un usuario escribió: “Desde la 1 están así, dos horas tirando cortes, haciendo willies, cruzando en rojo y subiéndose a la vereda. De donde salieron?”. En su mensaje, compartió dos videos, donde se puede ver cómo "pasean" por la Diagonal Alvear, a altas velocidades.

Otro usuario, compartió un video en YouTube, donde se puede visualizar cómo fue el accionar de los motociclistas en la zona del Dique, utilizando ambos carriles, corriendo picadas ilegales y yéndose del lugar cuando llegaba la Policía.

La escalada de desmadre urbano está latente. Hace unas semanas, un joven quemó una motocicleta frente a la salida de un conocido boliche de la avenida Del Valle. Durante la madrugada de este domingo, otra vez, una moto fue alcanzada por el fuego, en un ritual sin explicación lógica.