FRENTE AL MUNICIPIO
Organizaciones sociales realizaron una olla popular bajo el lema “El hambre mata”
Como parte de una jornada de protesta que se desarrolló en todo el país, diferentes movimientos de la ciudad coparon la explanada de la municipalidad para manifestarse pacíficamente. Retomaron los reclamos nacionales y le solicitaron al Concejo que adhiera al pedido de prórroga de la Ley de Emergencia Social.
Una nueva manifestación popular se desarrolló ayer en la explanada de la Municipalidad, organizada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie.
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En el marco de una jornada nacional de protesta, bajo la consigna “El hambre mata”, decenas de personas se congregaron frente a la sede del poder comunal para compartir mate cocido y tortas fritas con el objeto de visibilizar la lucha sostenida por las agrupaciones, de cara a la gran marcha del 7 de agosto, día de San Cayetano.
Durante toda la mañana los integrantes de las organizaciones coparon el frente del edificio, se apostaron con diferentes banderas que desplegaron a lo largo de toda la fachada y dispusieron grandes ollas de aluminio que permanecieron humeantes, con la infusión siempre a punto. Sin bloquear el acceso ni dificultar el paso de personas, la actividad se desarrolló con tranquilidad hasta cerca del mediodía y habilitó también la circulación de la palabra de los allí presentes.
En este contexto, Esteban Lucero, referente de la CCC, señaló que “el hambre se va extendiendo, parece que son cifras nomás pero son miles y miles de personas y afecta a los niños y adultos mayores especialmente, por eso decidimos salir a la calle”.
“En el pliego de demandas se destaca el pedido por la Ley de Emergencia Alimentaria, no puede ser que haya chicos que no coman”, manifestó.
Ley de Emergencia Social
El universo de reclamos también brega por la prórroga de la Ley de Emergencia Social que se vence en diciembre y les permite a los integrantes de las organizaciones trabajar y recibir contraprestaciones, apuntando al fortalecimiento de la llamada economía popular así como a la implementación de un ingreso social o salario social por trabajo, con la disposición de consolidar puestos de trabajo en el ámbito. En este sentido, entregaron una nota al presidente del Concejo Deliberante Juan Pablo Frolik, para solicitar que el cuerpo legislativo adhiera al pedido de renovación de la normativa nacional.
Además, Lucero consignó que hay centenares de familias que no acceden a la vivienda, en algunos casos porque nunca la tuvieron y en otros porque quienes alquilaban debieron abandonar sus casas ante la imposibilidad de afrontar ese gasto. “Hay gente que abandona el alquiler y se instala en algún lugar casi sin ayuda de las autoridades, es una indiferencia mortal”, expuso.
Por último, el histórico dirigente refirió que desde la CCC también van a dar la lucha en la contienda electoral en la coalición partidaria que lidera Rogelio Iparraguirre “porque entendemos que hay que dar un viraje profundo a lo que está pasando”, sentenció.
Demandas no atendidas
Por su parte, Daniel Fernández, de la CTEP, explicó que la jornada en Tandil es una expresión que responde a la continuidad de reclamos que no hallan respuestas: las bajas arbitrarias del salario social complementario que se encuadra dentro de la Ley de Emergencia Social y los pases compulsivos de programas con diferentes requerimientos que afectan a la estructura de las cooperativas.
“A nivel país se cayeron 23 mil salarios y es una realidad que golpea a Tandil. Treinta trabajadores de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos que funciona dentro de la CTEP) han sido afectados de manera compulsiva y pasaron del salario social complementario en retribución de sus tareas como recuperadores al programa Haciendo Futuro, que implica otras obligaciones que se anteponen al trabajo”, detalló Fernández.
Según explicó, estas decisiones implican el traslado de trabajadores -de manera inopinada- que accedían al salario complementario como un complemento a su trabajo, como en el caso de los cartoneros, que bajo el amparo de la legislación de emergencia social se supone que desarrollan una actividad que tiene relevancia para toda la ciudad, a través de sus tareas de reciclado y limpieza. El programa Hacemos Futuro contempla una capacitación obligatoria y antepone a cualquier otro requerimiento la escolarización.
“No estamos en contra de eso, en el mismo galpón del MTE funciona una escuela primaria, estamos por poner un Fines, sino del hecho de que sea compulsivo y desorganice el trabajo. Queremos que quienes no han accedido a la educación primaria y secundaria pueden hacerlo, pero que ellos manejen sus tiempos y continúen con su trabajo dentro de la unidad productiva”, aseguró.
Dichas inquietudes fueron trasladadas desde la entidad a los organismos locales de Anses y Desarrollo Social de la Nación, pero les respondieron que son directivas nacionales y que no tienen mayor capacidad de respuesta para canalizar el problema.
“Pedimos al Municipio que se expida al respecto y seguir bregando por una batería de leyes presentadas desde la CTEP como la emergencia en consumo y alimentación que no hemos tenido respuestas”, señaló.
La situación de los recuperadores urbanos
Daiana, promotora ambiental e integrante de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Tandil hizo hincapié en visibilizar el trabajo de los recuperadores para que la gente empiece a separar el material en su casa y pueda armarse un círculo virtuoso que beneficie tanto a los ciudadanos, como a los trabajadores y la comuna.
Ella es una de las afectadas por los cambios promovidos desde nación y relató que “cobrábamos el salario complementario que no es un plan, es un reconocimiento al trabajo que llevamos adelante, y nos pasaron a Hacemos Futuro sin preguntarnos nada. En este caso tenemos que estudiar, hacer un curso y presentar un certificado de salud y ya a muchos les dijeron que dejen la cooperativa”.
“No tenemos apoyo del Municipio, queremos salir a luchar para que nos reconozcan y es necesario que la actividad sea conocida y nos ayuden, no hay buena información sobre lo que hacemos”, agregó.
Daiana contó que con las promotoras ambientales concurren instituciones y casas, pero que muchas personas desconocen por completo su trabajo y que aún hace falta mucha concientización y difusión sobre la separación de residuos y su posterior gestión.
“Contamos quiénes somos, qué hacemos, cómo trabajamos y la gente cambia la perspectiva. De la basura hicimos un sueldo y llevamos a nuestras casas la comida para nuestros hijos”, definió Daiana.