Operarios de Tandilceram denunciaron que “se han robado todo” de la fábrica y demorará más la reactivación
Como tenían previsto una vez pudieran ingresar a la planta, iniciaron con el acondicionamiento del lugar y relevamiento de equipos, elementos y herramientas a disposición. Se encontraron con que faltaba mucho más de lo esperado, otra gran parte está roto. “Bajaron los fusibles aéreos y cortaron cables, no eran improvisados, conocían el lugar”, dijeron. Advirtieron que esto seguirá postergando la puesta en marcha.
Tras reingresar a la exfábrica Loimar y comenzar a efectuar las tareas de limpieza y reacondicionamiento para que Tandilceram pueda empezar a producir, los empleados del nuevo fideicomiso compartieron un video en el que mostraron las condiciones en las que encontraron la planta y aseguraron que “se robaron todo”.
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Según explicaron Víctor González y Noel Simón a El Eco de Tandil el predio de la ceramista es muy grande y a medida que van avanzando en el reordenamiento de las diferentes áreas, se encuentran con que el faltante es cada vez mayor.
Vale recordar que luego de que fracasara una nueva negociación en el Palacio Municipal con el intendente Miguel Lunghi como principal impulsor del acuerdo, los operarios de Tandilceram decidieron ingresar en la madrugada del jueves pasado a la fábrica y recuperar así sus puestos de trabajo.
Si bien no pueden precisar desde donde o quiénes efectuaron los robos, aseveraron que son personas que conocen el lugar. Además, lamentaron que esta precariedad los demorará nuevamente en la puesta en funcionamiento de la fábrica.
Reconocimiento del lugar
Tras quince meses de inactividad en la planta, la reactivación se convirtió en un hecho desde que se conformó el nuevo fideicomiso, sin embargo ya en diciembre del año pasado habían advertido que poner las máquinas y todo el lugar en marcha llevaría tiempo.
Asimismo, develaron que a lo largo de este tiempo de puertas cerradas habían sufrido algunos robos, como de cables de media tensión, por lo que iniciarían primero un reconocimiento. No pensaron que el nivel de saqueo sería el que realmente hallaron.
“El jueves ingresamos, empezamos con las tareas de limpieza y liberación del espacio, pero lamentablemente nos encontramos con un gran estado de abandono, donde faltan muchísimas cosas y otra gran cantidad está rota”, señaló González.
Los trabajadores que están asistiendo al lugar lo hacen en tres grupos para tener así las 24 horas cubiertas, son entre 42 y 45 personas de las cuales van 18 a la mañana y 18 a la tarde, en tanto a que a la noche van menos. Entre ellos también están los encargados de compras, que están ocupándose el relevamiento.
Un panorama desolador
En su relato, los operarios aseguraron que a medida que iban avanzando por las distintas áreas del inmenso predio, cada vez más grande la desazón con respecto a los faltantes de todo tipo. Por eso, fueron registrando por cámara y video, paso a paso, cada lugar.
Allí percibieron que la mayoría de las puertas que estaban cerradas con llave o candados fueron rotas o vulneradas de alguna manera, incluso los vestuarios donde habían quedado algunas pertenencias personales y herramientas que ya no están.
En diciembre, cuando tenían pensado iniciar con las actividades en la fábrica el ingreso fue bloqueado, lo que derivó en la demora de la reactivación.
En aquella oportunidad el apoderado de Tancilceram estimó que les llevaría entre 30 y 45 días acomodar todo “y recién después encender los hornos y empezar a trabajar”. Con este panorama, González y Simón coincidieron en que este inicio se postergará aún más, ya que además de lo que lleve el acondicionamiento, necesitarán tiempo para conseguir los elementos, materiales, herramientas e insumos que fueron robados, además mayor inversión a la estipulada.
Quienes ingresaron “no eran improvisados”
Según describieron, en el taller de automotores no estaban las baterías grandes y costosas de las máquinas que había para reparar. Asimismo, el cofre del lugar, donde guardaban todas las herramientas, estaba completamente vacío.
“No hay ninguna, y teníamos de todos los tamaños”, aseveraron señalando en el video el espacio totalmente vacío. “Las cosas estaban bajo llave, pero los candados y cerraduras están todos rotos”, agregaron en conversación con este Diario.
Además, en el sector que alimenta con energía eléctrica a la molienda exterior y al corazón de la fábrica observaron que cortaron y robaron varios cables, algunos muy grandes y de alto voltaje. Desde su percepción, los han ido cortando y llevando de a poco.
Los trabajadores indicaron que desde el inicio del problema con Loimar dejó de entrar gente a la planta, pero recién desde hace cuatro meses que hay cámaras en el predio, sin embargo los robos se vienen registrando desde hace tiempo. “Hay varias denuncias ya realizadas”, aseguraron.
Si bien no pudieron precisar que el desafortunado hecho tenga relación directa con el conflicto, sí garantizaron que quienes hayan ingresado a llevarse las cosas conocía bien el lugar. “Bajaron los fusibles aéreos y cortaron cables, no eran improvisados”, advirtieron.