Tránsito
"Nos da impotencia la pasividad de algunos efectivos policiales"
El insólito episodio ocurrió días atrás en Falucho al 200.
El director de Control Urbano Vehicular, Walter Villarruel, contó una peculiar situación que vivieron días atrás cuando intentaron secuestrar una moto luego de labrar las actas pertinentes y cargó contra algunos agentes de la Policía por su “pasividad” a la hora de asistirlos en los controles.
Recibí las noticias en tu email
El hecho ocurrió el pasado jueves por la tarde en Falucho al 200. De acuerdo a lo detallado por Villarruel en comunicación con el programa Cosas que Pasan, que se emite por Eco TV y Tandil FM 104.1, los inspectores detectaron a un motociclista que había evadido el operativo tratando de ingresar a un domicilio.
“Se había fugado haciendo estruendo, contraexplosiones. Después, cuando los inspectores van llegando a Falucho, encuentran que quería entrar a una casa pero no pudo porque tenía que abrir el portón. Entonces ahí lo interceptan”, relató.
En principio, según expuso, como el motociclista estaba alterado decidieron convocar a la Policía y acudió un móvil de la Local. A pesar de que el hombre tenía el casco, la licencia, la cédula verde y el seguro del rodado, se le hizo un acta de infracción y retención porque no tenía las luces reglamentarias, tampoco espejo y contaba con un escape modificado que excedía los decibelímetros permitidos.
“Esas tres infracciones son causas de retención del vehículo”, aclaró el director de Control Urbano Vehicular y agregó: “Igualmente hasta ahí estaba todo bien, más allá de algún insulto por el que se le labró un acta de ordenanza. El problema se suscitó cuando quisieron cargar la moto la camioneta”.
Puede interesarte
En ese momento se acercó un señor que dijo ser el abuelo del infraccionado y se subió a la caja del móvil con la moto. Agarró una de las eslingas de amarre utilizadas para inmovilizar a los vehículos durante el traslado, se la puso al cuello y dijo “la moto no se va de acá”.
“La impotencia nuestra, que ya lo venimos denunciando desde hace mucho tiempo, es la pasividad de algunos efectivos policiales a la hora de la desobediencia de esta gente”, clamó con indignación Villarruel. Bajo su punto de vista, el oficial debió haber impedido que subiera o luego bajarlo de alguna forma.
Nada de ello ocurrió y lo que se hizo fue intentar hacer entrar en razón al hombre para que bajara por su propia voluntad. La situación se extendió durante tres horas y media, y demandó el arribó de más personal, tanto de la Policía como de Control Urbano Vehicular.
“Tuvimos que dejar de cubrir dos escuelas porque las hacemos con ese personal que se acercó para ayudar; no pudimos cubrirlas”, contó Villarruel.
Empero, lo más llamativo del caso fue la resolución, que ocurrió minutos más tarde de las 19, luego de largas negociaciones para intentar persuadir al abuelo del infractor que continuaba en la caja de la camioneta de Tránsito: “Le comunicaron al encargado que habían recibido una orden de Fiscalía que tenían que entregarle la moto al dueño. Entonces el hombre se bajó y la Policía le entregó el vehículo”.