“No se puede tener un Centro Cultural sin luces”, expresó Corina Alexander tras una boleta de luz de más de 400 mil pesos

Los aumentos en los boletas energéticas siguen impactando a los lugares que cumplen con un rol dentro de la sociedad. En este caso le tocó al Centro Cultural Arte y Parte ser noticia por una tarifa de luz con un aumento desmedido: el sitio ubicado en Yrigoyen al 800 tendrá que pagar $422.170 correspondientes al consumo del mes de marzo. Desde la coordinación del centro cultural expresaron temor por los valores que puedan llegar con las tarifas de abril, como así también comentaron que ya trabajan en intentar sobrepasar esta situación angustiante. 

Corina Alexander, coordinadora de Arte y Parte, expresó sus sensaciones en una charla con El Eco de Tandil tras la boleta de luz recibida y contó que lo primero que se le vino a la cabeza tras verla fue cerrar las puertas. En ese sentido indicó que “pensé en lo que nos va a venir el mes que viene, pensé en que nos estamos esforzando mucho”. 

Como todo lugar dedicado a las cuestiones culturales, Arte y Parte sufre las consecuencias de una situación económica global que hace disminuir la actividad. “Todos los meses vemos que va mermando bastante y nosotros vamos tratando de buscar distintas alternativas, vamos generando otros proyectos internos que puedan ayudar especialmente a cubrir los gastos fijos del lugar”, indicó Alexander.

El centro cultural había recibido una boleta de cien mil pesos dos periodos atrás, el mes pasado la tarifa indicó un total de 250 mil y ya para este superó los 420 mil pesos. En ese sentido se espera que cuando llegue la que refleja el consumo del mes de abril será mucho más abultada, propiciando un nuevo golpe a la economía del lugar. En ese sentido, indicó que meses atrás tuvieron que cambiar de proveedor de internet para ahorrarse cerca de un 90 por ciento.

“Lo primero que se me ocurrió es que no se puede tener un Centro Cultural sin luces”, reflexionó Alexander y luego agregó que “un centro cultural es creación, es un ámbito para que todos puedan desarrollar especialmente el arte que necesita eso, necesita calor, necesita juntarse, necesita luz”. 

Arte y Parte no es una isla, otros lugares que se dedican a las actividades culturales se encuentran pasando por las mismas dificultades. La responsable del lugar anticipó que “vamos a tener que pensar una estrategia en conjunto para ver cómo podemos seguir y solventar especialmente las facturas que incrementan el gasto fijo del lugar”. 

Una historia de lucha

Hace poco más de un año, el Centro Cultural afrontó la situación de tener que mudar su locación. El espacio autogestivo se relocalizó luego de que se venciera el alquiler y pusieran en venta la casa céntrica que los alojaba. Se trató de la tercera mudanza en cuatro años. 

Recién el viernes de la semana pasada recibieron los papeles de la habilitación definitiva del lugar ya que se encontraban con una habilitación provisoria. “Tuvimos que incorporar muchísimas cosas para que el lugar estuviera habilitado. Tuvimos que hacer la cocina de nuevo, poner un par de puertas de emergencia. Todo muy costoso, todo plata. Estábamos muy contentos con eso y ahora tenemos esta dificultad”, explicó.

Esta situación genera un clima de desolación en todos los actores participantes de Arte y Parte. “Hay una ola de tristeza generalizada y es como difícil sacar fuerzas de donde uno no tiene”, indicó Alexander quien luego añadió que “es todo muy a pulmón. A veces uno lo visualiza como si fuera un comercio y no, tiene otra dinámica, otra forma de armarlo y nos cuesta mucho más”. 

No es la primera vez que los centros culturales afrontan problemas de esta índole. En años anteriores se juntaron e impulsaron un proyecto de ordenanza de espacios culturales. Con este contexto, la Concejal mandato cumplido señaló que no descarta juntarse con otros responsables de lugares similares y transitar un camino en común en la búsqueda de una solución a una problemática general.

En busca de una respuesta política

Mediante la propia responsable de Arte y Parte, la situación llegó a las manos de todo el arco político local. Según comentó Alexander, estos lugares dan mucho a la sociedad y por ende la Usina de Tandil debería acompañar este proceso por lo menos hasta fin de año.

“Yo veía la boleta de la luz y hay casi cien mil pesos de impuestos, creo que tenemos que buscarle la vuelta para que la usina nos ayude y nos acompañe”, señaló y luego avisó que “voy a tratar de impulsar este pedido formalmente en el Concejo Deliberante para, junto con el Ejecutivo y el directorio de la Usina, ver cómo nos pueden ayudar para mantenernos abiertos”.

En el mientras tanto hay espacios que tuvieron que cerrar sus puertas y se estudia la posibilidad de hacer eventos artísticos junto a otros lugares para recaudar y propinar una ayuda. “Tenemos muchísimas dificultades y sobre todo que la dificultad que más tenemos es la tristeza que nos rodea. Especialmente a los ámbitos en los que nos movemos porque corta la creatividad, corta las ganas de hacer”, afirmó.

A su vez confirmó que desde hace un tiempo atrás hay reuniones de gente de la cultura para poder avanzar con cuestiones concretas, como puede ser en este momento recibir ayuda para afrontar el tarifazo energético. Según afirmó en diálogo con este medio, se hará una presentación oficial para que se evalúe dicha posibilidad ya que, en cuestión de la boleta de luz, “es algo local que podemos discutir en Tandil”.

Por último, Alexander aseveró que el Municipio es el mostrador más cercano para presentar las problemáticas que atraviesan y que “es el que nos tiene que ayudar porque nosotros somos vecinos de Tandil y hacemos cosas para los tandilenses”. 

Los aumentos desmedidos en las boletas energéticas siguen golpeando a todos los ciudadanos. El Centro Cultural Arte y Parte tendrá que afrontar cuantioso pago de la tarifa mientras aguarda respuestas desde el sector político. “Vamos a tener que resolver esto en conjunto, avanzaremos en concreto cuando hagamos esta presentación o veamos los mecanismos políticos para resolver el tema”, sentenció.