Este domingo
Murió el padre Troncoso, el dirigente social más gravitante de Tandil en las últimas décadas
Además de guía espiritual, el querido párroco de Santísimo Sacramento llevó adelante una gran obra en la ciudad, en beneficio de los más postergados. Fue parte de los curas tercermundistas, estuvo detenido durante la dictadura y testificó en el Juicio a las Juntas. Radicado en Tandil, se transformó en el dirigente social más influyente de las últimas décadas y fue hombre de consulta para los políticos que arriban a la ciudad. Su amistad con el Papa lo llevó a visitar el Vaticano.
Anoche, se confirmó la triste partida del padre Raúl Troncoso, quien murió en la residencia de adultos mayores donde se encontraba alojado. Tenía 86 años y estaba enfermo, por lo que demandaba asistencia permanente. La noticia causó gran dolor en distintos sectores de la comunidad que conocieron el importante trabajo solidario que desarrolló en la ciudad, lo que lo convirtió en el dirigente social más gravitante de las últimas décadas. Además, era hombre de consulta permanente y visita obligada para los políticos que desembarcaban en estas sierras.
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Anoche, el Obispado de Azul informó que hoy, desde las 9, se realizará una vigilia en la Parroquia Santísimo Sacramento de esta ciudad, para despedir los restos mortales del padre Raúl, mientras que a las 19 se celebrará una misa de cuerpo presente.
Los actos fúnebres continuarán mañana, en Azul, donde el obispo diocesano monseñor Hugo Manuel Salaberry presidirá la Misa Exequial, a las 11, en la Catedral. Posteriormente, el entierro tendrá lugar en el Cementerio del Convento de los Ayudantes Parroquiales, hasta el traspaso final al Cementerio Sacerdotal del Seminario Diocesano.
Su vida
Raúl Reynaldo Troncoso nació el 8 de septiembre de 1937, en Rafaela (Santa Fe). A los 11 años, en marzo de 1949, ingresó en el Seminario Nuestra Señora de Guadalupe, en Santa Fe, donde finalizó el bachillerato y siguió los estudios de filosofía y teología.
El 23 de diciembre de 1961, recibió la ordenación sacerdotal por el obispo monseñor Vicente Zazpe, en la Catedral San Rafael, convirtiéndose en el primer sacerdote de la recientemente creada Diócesis de Rafaela.
Desde entonces, recorrió varios destinos en una intensa tarea. Corrían tiempos de reforma de las prácticas pastorales, el padre Raúl adhirió a los cambios de esa época y en 1967, se sumó al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, como delegado de la regional de Rafaela.
En 1973, se recibió como técnico en Ciencias de la Educación y realizó una especialización en Chile.
Por su compromiso social con los más pobres, su cercanía al peronismo y el trabajo articulado con distintas instituciones religiosas y políticas de Rafaela, fue detenido siete días antes del 24 de marzo de 1976 y permaneció hasta 1981 privado de la libertad en la Unidad 9 de La Plata.
Sobre aquellos tiempos oscuros, en 2016 le relató a la periodista de este diario Ana Pérez Porcio, para La Vidriera, que “el primer lugar en que estuve preso fue en Santa Fe, espantoso. El día que entré me pusieron con un hombre que estaba con su hijo, era un corrupto y abusaba del chico. Cosas de ese tipo… fue asqueroso, horrible. Después me pasaron a una celda que era un agujero donde no había ni un catre y me tiraban un pedazo de algo comestible. Durante el día me daban quince minutos para ir al baño. ¡Las que hemos pasado! Pero estaba fuerte. Me acuerdo de un joven universitario al que habían encerrado por equivocación. Estaba al lado mío. Y los policías me abrían la puerta: ‘Su vecino se quiere matar’. Yo me acercaba y le decía ‘no seas… quedate tranquilo que ya vas a salir’. Y salió antes que nosotros, y después nos iba a visitar y lo sacábamos corriendo (risas)”.
En otro pasaje de aquel reportaje, recordaba que fue testigo en el Juicio a las Juntas y que al finalizar el relato le dijo al tribunal: “Después de haber pasado todo lo que he contado, los perdono. Pero el perdón no sustituye a la justicia. Por eso pido justicia”.
Su ciudad
Con el advenimiento de la democracia, al quedar en libertad, el padre Troncoso se radicó en Azul, en tiempos del obispado de monseñor Emilio Bianchi Di Cárcano. En 1988, llegó a Tandil, designado al frente de la parroquia Nuestra Señora de Begoña, en Villa Italia y, a los pocos meses, fue nombrado administrador del Santísimo Sacramento, donde permaneció hasta que su salud le puso freno.
Su tarea en la ciudad fue “de hormiga”, ya que sustituyó al entonces párroco Lionel Mosse, un hombre de perfil protocolar. Troncoso había desembarcado con Horacio Gómez, con quien “comenzamos un trabajo juntos muy despacito hasta que fuimos modificando, transformando, ya teníamos gente en los barrios”, recordaba en estas páginas.
Durante cuatro décadas, el padre Raúl llevó adelante una profunda acción pastoral y social. Impulsó nuevas capillas, movimientos e instituciones para garantizar el acompañamiento religioso en distintos espacios de Tandil.
En paralelo, generó una amplia, relevante y reconocida labor social por intermedio de Cáritas y a través de distintas organizaciones sociales, que logró que se sumaran a trabajar en sus proyectos. Entre las obras más significativas, construyó las Casas de La Esperanza, un complejo de viviendas destinado a adultos mayores, y el Hogar de la Esperanza; y Pajaritos de la Calle, que entre 2001 al 2011 escolarizó a 6.500 chicos, algunos alcanzando el nivel universitario.
También creó Radio AM 1180 e incorporó Radio María; fundó el Museo de Arte Religioso y nuevas capillas en la ciudad. Fue motor para la construcción y ampliación de viviendas para familias vulnerables, y apoyó y colaboró con la creación de distintas instituciones que abordan problemáticas sociales, como Ayuda Solidaria, Rincón Solidario, Edificando el Futuro, Pastoral Universitaria, Banco de Alimentos Tandil, Instituto Superior Tandil, y presidió el Consorcio de Gestión Compartida para el Desarrollo Local, colaborando con los municipios de la región.
En 1991, integró el primer Consejo de Dirección del Colegio Santo Domingo en la Sierra y en el año 2001 fue miembro constituyente de la Asociación Civil Santo Domingo de Guzmán.
En paralelo, se dedicó al acompañamiento y formación permanente de sacerdotes en todo el país, a través de retiros espirituales, jornadas y encuentros.
El 25 de noviembre de 2010, el Gobierno, a través de la Secretaría de Culto a la Nación, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, lo reconoció por su compromiso con la justicia social y los derechos humanos. En 2017, el Municipio le otorgó “la llave” de Tandil.
“Lo que me gusta es esta característica de Tandil donde no nos hemos peleado sino que siempre buscamos la manera de incorporar más cosas a la ciudad. Me fui integrando de a poco y nunca hubo problemas. Tiene el ejemplo con Zanatelli no pensábamos igual, pero no por eso peleábamos. Y esta ciudad siempre se mantuvo fuerte. Claro que tiene una cantidad de cosas que hay que mejorar pero que hemos trabajado juntos es innegable. Nadie se ha apropiado de nada, trabajando cada uno y celebrando el esfuerzo de todos”, reflexionaba el dirigente social más influyente de los últimos años.
Conocidos fueron sus encuentros con Daniel Scioli, durante sus mandatos como vicepresidente y gobernador. Era habitual que en cada visita a Tandil, el exmotonauta se acercara al Santísimo Sacramento, donde compartían extensas charlas.
También recibió la visita de Mauricio Macri, durante su presidencia, como de tantos otros funcionarios y dirigentes a los que les habló de sus sueños para esta ciudad.
En los barrios
Al cumplir 75 años, el padre Troncoso se puso a disposición del obispo Salaberry, presentado su renuncia. Monseñor le pidió que siguiera al frente de Santísimo Sacramento por otros 4 años. Tiempo después, solicitó la colaboración de otro párroco y fue nombrado Marcos Picaroni, a quien Raúl conocía muy bien y compartía su visión de darle continuidad a su proyecto pastoral y social.
En 2016, en una entrevista con La Vidriera, el padre Raúl confirmaba que había integrado el movimiento de curas tercermundistas. “Hoy la gente no entiende nada porque no conoce tampoco la historia de la Iglesia de ese tiempo. Mugica fue uno entre muchos. Pasaron cosas tremendas, estuve en cuestiones muy delicadas como cuando en Rosario el clero se dividió en dos y con mi Obispo fuimos a hablar, charlamos, observábamos pilas de curas que se iban para otro lado, un desastre”, contaba.
Y explicaba, sobre el trabajo en los barrios populares, que “no estábamos de acuerdo con el tipo de Iglesia que era como una elite y no se daba al común de la gente. Lo que hacíamos era lo que hacemos ahora, íbamos a los barrios, estábamos con ellos”.
Amigo del Papa
En septiembre de 2015, Troncoso visitó el Vaticano y mantuvo una entrevista privada con el Papa. “A Jorge Bergoglio lo conocí en Córdoba, cuando se hacían los primeros encuentros del Cura Brochero. Nos hicimos muy amigos por una cantidad de circunstancias. Después nos comenzamos a ver y lo fui visitar y charlamos muchas cosas, sobre la situación eclesial en el país, yo era encargado de los encuentros con sacerdotes en el país. Conozco toda la Argentina y alguna que otra diócesis me queda para completarlas todas”, compartía sobre su relación con el papa Francisco.
A través de sus redes sociales, el intendente Miguel Lunghi expresó su sentir ante la muerte del padre Raúl. “Se nos ha ido un hombre bueno, sensible, un formidable hacedor de solidaridades, y no hay ninguna duda en que para la sociedad local existe un antes y un después de Raúl. Así, con su nombre de pila, lo llamábamos todos, porque esa confianza, ese trato llano y profundo, denotaba el afecto que supo construir.
Lo vamos a extrañar muchísimo y queda su obra, su inmensa e imperecedera obra, como ejemplo de vida, como ejemplo sacerdotal, siempre defendiendo las causas nobles y su trabajo incansable por toda la feligresía, y en especial por los que más lo necesitaban.
Gracias por tanto, querido Raúl”, posteó.