Mujeres sin Techo entregó 12 nuevas viviendas y se prepara para construir 24 más el año que viene
La asociación civil que encabezan "Cacha" Cena y Mirta Piqueras, en poco más de dos años hizo realidad el sueño de la casa propia para 73 familias tandilenses. Confirmaron que en 2021 se construirán las 24 viviendas que restan del proyecto habitacional. En un acto celebrado ayer en el Pasaje Carlos Mugica, se hizo entrega de las llaves de las 12 flamantes casas ante la presencia de autoridades del Instituto de la Vivienda.
Ayer, la asociación civil De Corazón Tandilense, que encabezan Mirta Piqueras y Stella Maris “Cacha” Cena, volvió a hacer realidad el sueño de la casa propia para 12 familias de la ciudad. Es que finalmente, tras un poco de demora, se pudieron entregar las casas que previstas para esta etapa del proyecto habitacional Mujeres sin Techo, un gran bastión del acceso a la vivienda en la localidad.
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La docena de unidades distribuidas sobre el pasaje Padre Carlos Mugica fueron construidas por la Cooperativa Falucho y forman parte del desarrollo urbanístico impulsado por la entidad, que ya lleva entregadas 73 casas en el predio de Estrada y 12 de octubre, y le restan otras 24 unidades para completar el barrio ideado inicialmente.
El acto se llevó a cabo en la vía pública -sobre el pasaje Mugica- bajo el sol arrasador del mediodía, y estuvo presidido por el titular de la Delegación Mar del Plata del Instituto Provincial de la Vivienda, Mariano Zurita; el director general de Inmobiliaria y Social del Instituto de la Vivienda, Alberto Mercer; la subsecretaria de Obras Públicas de Tandil, María Riestra; las referentes de la asociación civil, “Cacha” Cena y Mirta Piqueras; y el presidente de la Cooperativa Falucho de Vivienda Limitada, Ricardo Buquete.
No hay lugar como el hogar
La concejal mandato cumplido y alma máter de la propuesta, la inefable “Cacha”, hizo uso de la palabra y, visiblemente emocionada, expresó que los flamantes propietarios “lucharon junto a nosotros teniendo que dejar de comer a veces para pagar su tierra y poner todo lo que había poner”
“Conseguimos esta posibilidad y para mí es más que un alegrón. He sufrido mucho y sufro mucho, lucho por la gente y lo voy a seguir haciendo porque es primordial que hoy estas 12 familias logren tener su casa, estoy más que feliz”, dictaminó a la vez que reconoció el trabajo de la empresa constructora en la edificación y terminación de las viviendas.
“Trabajamos mucho y me siento muy feliz, esperemos que el año que viene esta etapa de las 97 viviendas termine porque ya tenemos el visto bueno de que van a empezar a construirse el año que viene”, celebró ante el aplauso de los presentes.
Por último, Cena expuso que “a pesar de la pandemia, del gobierno anterior que se fue y nos dejó prendidos fuego, a pesar de todo, la luchamos y se logró esto que es fundamental”.
Zona de promesas cumplidas
Seguidamente, se entregaron las llaves de los nuevos domicilios. Sentados en reposeras bajo el sol y el calor estival, los integrantes de cada familia aguardaban con expectación el momento de tener entre sus manos el símbolo de todo el esfuerzo volcado a lo largo de más de cuatro años. Además de las autoridades que encabezaron el acto, se acercaron al lugar los concejales del Frente de Todos, Rogelio Iparraguirre y Juan Arrizabalaga, quienes ayudaron a hacer entrega de las llaves a los felices dueños.
Al final de la breve ceremonia, los vecinos sorprendieron a “Cacha” con una placa recordatoria en agradecimiento a su trabajo. Con la leyenda “Tarda en llegar y al final hay recompensa”, verso de una reconocida canción de Gustavo Cerati titulada “Zona de promesas”, encontraron la forma de canalizar la gratitud por la oportunidad -para tantos esquiva- de tener un techo propio.
La pata estatal
Alberto Mercer, funcionario de la dependencia provincial, conversó con El Eco de Tandil y compartió su alegría por poder, una vez más, acompañar los avances del barrio Mujeres sin Techo.
“El trabajo que hacen las compañeras de De corazón tandilense es enorme y la calidad de las casas es destacable. Hoy se entregan 12 viviendas y vienen en camino otras más, porque hay un acuerdo con la Provincia para concretar las 24 casas que faltan para completar la totalidad de la propuesta original”, señaló.
Por otro lado, destacó el esfuerzo de los vecinos para adquirir terreno y poder construir, con un plan de cuotas accesibles, alejadas de los siderales valores del mercado inmobiliario privado.
“De otra manera hubiese sido imposible”, recalcó Mercer y recordó que la entidad compró dos manzanas linderas más. “Será cuestión de seguir adelante”, observó.
Asimismo, confió que el Instituto de la Vivienda está trabajando con un sindicato para desarrollar otro conjunto de casas en Tandil, como parte de las próximas políticas habitacionales que el Gobierno bonaerense llevará adelante a nivel local.
Buenos vecinos
La celebración contó también con el clásico corte de cintas y el recorrido por una de las casas del predio. Las unidades cuentan con un espacio de living-comedor y una cocina separada por una barra, dos habitaciones, baño y patio. Como detalle, las sierras se recortan a través de las ventanas; privilegios del particular enclave.
El dueño de la casa inaugurada simbólicamente es el titular del Centro de Referencia (CDR) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Nicolás Carrillo, que fue uno de los beneficiarios de la jornada. Carrillo, junto a su compañera y sus hijos, dejarán de ser inquilinos para disfrutar de su propio techo.
Al respecto, el funcionario nacional reseñó que “es un día soñado porque es muy difícil en Argentina acceder a una vivienda siendo jóvenes y estos programas permiten pagar cuotas accesibles a treinta años, lo vuelven factible y nos resuelve cosas hoy y a futuro”.
En tanto, agradeció a la intermediación de “Cacha” y Mirta como impulsoras del desarrollo urbanístico que posibilita que las familias tandilenses puedan llegar a tener una vivienda.
Así, rememoró que comenzaron a gestar el sueño hace cuatro años, al enterarse de esta alternativa. “No habíamos tenidos suerte en los sorteos de Procrear y se dio esta posibilidad. Nos inscribimos y tuvimos la oportunidad, la placa que le entregaron a Cacha sintetiza muy bien nuestra idea”, sostuvo.
“El trabajo que desarrollan es incuestionable y han generado respuestas habitacionales, así como otras experiencia previas de otros barrios con gestión social, que reducen los costos, porque en el mercado privado sería imposible”, definió Carrillo.
Problemática habitacional
Desde hace once años, la ONG se ocupa de ofrecer soluciones habitacionales a los vecinos de Tandil y una vez más la agrupación hizo gala de su capacidad de su gestión.
Aparte de esta propuesta inicial de 97 viviendas, dos meses atrás la organización rubricó la escritura del macizo emplazado en 12 de octubre, Vélez Sarsfield, Suipacha y Avenida Cabildo, donde casi otro centenar de familias tendrán la oportunidad de construir su hogar.
Esto fue posible gracias al aporte que ya venían haciendo los interesados, que lograron completar la mitad del pago total y abonarán el resto en 22 cuotas fijas mensuales. Luego se abocarán a llevar adelante las obras de infraestructura y servicios, que permitirán encarar la construcción de las viviendas.
“En función de los derechos hay mucho para avanzar y por luchar. Hace años que pedimos tierras accesibles al bolsillo de la gente y en cuotas pagables para los trabajadores”, consideró Piqueras, sin omitir que en más de una década la situación habitacional en Tandil no cambió demasiado.
Al contrario, se generó un cuello de botella y se inflaron los precios del mercado inmobiliario –un terreno puede llegar a costar 30 mil dólares-, con cifras inalcanzables para los salarios promedios de la población.
Pandemia y dilaciones
En agosto último trascendió que estas 12 unidades habitacionales corrían peligro por la falta de pago. De hecho, la entrega estaba prevista para el 30 de agosto, pero el retraso en el goteo de fondos y la parálisis devenida de la pandemia de Covid-19 dilataron su finalización, que se concretó ayer.
En ese entonces, Mirta Piqueras, en diálogo con este Diario, explicó que al mismo tiempo que la situación tomaba estado público eran contactadas por un funcionario de la cartera provincial, quien les informó que se habían destrabado los fondos. Tras regularizarse los pagos, la Cooperativa Falucho retomó las tareas y terminó las obras.
De este modo, se cubrieron los pagos de los certificados presentados el año pasado por un valor de un millón y medio de pesos y quedaron pendientes los de terminación de obra, a valores actualizados, al entregarse las casas a sus propietarios.
Los valores deberán inexorablemente readecuarse a los precios vigentes, conforme a la inflación registrada en los últimos dos años, que dejó obsoletos los costos considerados en 2018.
Por otro lado, queda para 2021 la última etapa de 24 casas que, de haber seguido la coyuntura su curso normal, se podrían haber iniciado en septiembre. La carpeta fue ingresada durante la conducción anterior y una vez cumplimentdos los pasos, las autoridades actuales del Instituto de la Vivienda de la Provincia confirmaron que se contará con el financiamiento para llevar a cabo la última parte del proyecto habitacional.