Miles de personas disfrutaron el Viernes Santo recorriendo la Feria Artesanal en la diagonal Illia

Como ya es habitual en la época de Semana Santa, en las calles se observa gran movimiento, tanto turístico como de los mismos citadinos, que recorren los distintos rincones de la ciudad, disfrutando sus días de descanso con la familia, en pareja, o con amigos. Es sin duda la fecha más convocante para Tandil, en la cual completa en su totalidad la capacidad de alojamiento. 

Una de las típicas propuestas que se llevan a cabo durante este fin de semana largo es la Feria de Artesanos, ubicada en la diagonal Illia, donde cientos de manualistas exponen sus creaciones, contando a los interesados el proceso creativo y ofreciendo la posibilidad de que la gente pueda llevarse a su casa alguno de los productos. 

Creaciones en cerámica, tela y macramé, sahumerios, indumentaria, cuadros, decoraciones, juguetes y títeres son nada más algunos de los numerosos y variados artículos que se pueden encontrar en este paseo, que fue recorrido desde temprano por miles de turistas y tandilenses que, aprovechando el cálido clima otoñal, salieron a disfrutar de uno de sus días de descanso. 

En la primera cuadra, rodeada por la plaza Moreno, se ubicaron los puestos de las Mujeres Emprendedoras, artesanas organizadas que expusieron bijouterie, fundas, tejidos, artículos de decoración, souvenirs y muñecos. 

Una mujer emprendedora

María, una de sus integrantes, se dedica a la joyería textil, y en comunicación con El Eco de Tandil, contó algunos detalles de su emprendimiento. 

“Trabajo básicamente con lana e hilo, con la lana utilizo la técnica de fieltro, y con el hilo, crochet, es joyería textil porque lo elaboro desde cero, cada una de mis creaciones están pensadas y diseñadas de manera exclusiva”, expresó.

Si bien desde chica realiza artesanías, hace 5 años decidió dedicarse a esta técnica, en la que trabaja con lana recién esquilada. “El fieltro es una tela de lana oveja, no tejida, que se trabaja después de esquilarla, antes del hilado, con eso hago carteras y bolsos desde cero, menos esquilar la oveja, lavar, cardar, fieltrar y teñir lo hago yo”, explicó.

La feriante aprendió muchas de estas cosas a partir del vínculo con sus abuelos, y hoy aplica esos conocimientos en la mayoría de sus creaciones.

Respecto del grupo de Mujeres Emprendedoras, contó que es un espacio creado por la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual para ayudar a aquellas mujeres de Tandil que tienen un emprendimiento, y necesitan una salida para sustentarse. “En esta feria somos cincuenta, pero en total somos alrededor de ochenta, y lo que encuentra la gente que viene son cosas hechas por la mano de ellas, reparamos mucho en la estética, en que sea algo agradable y único”.

Unos metros más adelante, se instalaron los productores con el sello “Kilómetro 0”, una iniciativa orientada a la difusión de la producción local de calidad, fomentando el consumo de alimentos y bebidas de creación tandilense. 

Valorar el trabajo artesanal

Con la misma lógica, pero aplicada a diversos micro emprendimientos barriales de la ciudad, sobre la calle 14 de Julio se pudo observar el sector de “El Mercado en tu Barrio”. Allí se encuentra Rosavera, una mujer que, tras quedar desempleada luego de 30 años de trabajo como administrativa, decidió -junto con su familia- dedicarse a la creación y venta de artesanías. 

También en diálogo con El Eco de Tandil, narró parte de su historia, e hizo hincapié en la importancia de valorar el trabajo artesanal. “Lo hacemos con mi esposo y mis dos hijas, fue una oportunidad de trabajo, luego de quedar desempleados los dos, decidimos dedicarnos a la artesanía, y El Mercado en tu Barrio nos abrió las puertas junto con Feria Verde Artesanal, de la Universidad Barrial”, relató.

Rosavera realiza desde cero macetas y bases para vela con cemento. Además, una de sus hijas trabaja con cerámica, elaborando distintos artículos para el hogar. Ambas, junto con el aporte del resto de la familia, formaron “Flora”.  Las velas que vienen con la base son de cera de soja, un material que no tiene toxicidad, a su vez, ofrecen hueveras, mates, azucareras, tazas para sopa, budineras y cucharas.

“Es muy lindo estar en la feria, yo la disfruto bastante, y viene mucha gente de afuera, que valora realmente el trabajo del artesano, porque todos los que estamos acá hacemos las cosas por nuestra cuenta, son micro emprendimientos de los que intentamos vivir, y que, si tuviéramos la posibilidad de crecer, generaríamos trabajo, en mi caso somos una familia, pero después hay otras personas que trabajan solas, y todos nos levantamos temprano a la mañana para poder producir”, aseguró.

La mujer analizó que la labor artesanal tiene pocas cosas que envidiarle a los trabajos tradicionales, aunque también necesita mucha dedicación para que funcione como sustento de vida, y sobre todo familiar.

“Es igual que un trabajo, sólo que sin horarios, le ponemos nuestro esfuerzo todos los días, y trabaja la abuela, la prima, la tía, viene alguien a tomar mate y te dan una mano, y así vamos produciendo. Mi cocina está llena de macetas hasta arriba, para comer o merendar las tengo que correr y el patio está lleno también porque ahí las seco”, finalizó.

Continuando por la diagonal, luego de pasar la avenida Avellaneda, en el inicio de la subida del Parque, un grupo de amigables payasos ofrecen durante todo el día pequeños shows, que captan la atención y generan las risas tanto de los niños como de los adultos, con sus trucos, acrobacias y morisquetas. Y lo mismo ocurre al final de los puestos, a escasos metros de la Portada, donde una pareja de divertidos acróbatas realiza infartantes piruetas en un tono risueño y amigable, pasando de la tensión al distendimiento en cuestión de segundos.

Durante toda esta segunda cuadra, además de las variadas ofertas de los puestos, estatuas vivientes, pintores en vivo y distintas performances “al paso”, le ponen un condimento especial al andar de los transeúntes, que podrán seguir disfrutando de la colorida Feria Artesanal durante hoy y mañana.