Milagro Verde abrió sus puertas para “Renacer” a René Lavand a 10 años de su fallecimiento
En un fin de semana donde René Lavand estará más presente que nunca, en la noche de ayer la familia del ilusionista abrió las puertas de la quinta donde pasó sus últimos días. Milagro Verde recibió a un público interesado en conocer los lugares por donde Lavand dejó su legado. Colegas, vecinos y funcionarios fueron parte de “Renacer”,

A diez años del fallecimiento de René Lavand, en la noche de ayer comenzó la serie de actividades que buscarán homenajear a una de las personalidades más destacadas que tuvo la ciudad a pesar de haberla adoptado como su lugar en el mundo a los 14 años de edad. La primera de ellas se llamó Renacer y tuvo lugar en la quinta donde pasó sus últimos años.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl epicentro de la acción se situó en Milagro Verde, un espacio escondido detrás del Club Uncas en la intersección de las calles John Lennon y Mahatma Ghandi. La quinta se abrió por completa a la espera de la visita de los interesados, quienes pudieron recorrer cada recoveco por donde el ilusionista mundialmente reconocido transitaba día a día.
Al ingreso del lugar, la recepción fue realizada por un dúo de cuerdas que ambientó ese primer escenario con música clásica durante las dos horas que duró la experiencia. En ese mismo sector había una mesa de bebidas, agua, gaseosas y vino, y otra donde se ofrecía una picada. Todo libre y gratuito para acompañar el recorrido.
El camino a realizar fue marcado con tiras de luces led tenues y en la continuidad del mismo se llegó al famoso vagón de Lavand. En la antesala un proyector exponía sobre una pared blanca imágenes del ilusionista realizando sus tan característicos trucos.
El vagón tiene muy presente a René Lavand a pesar de que dejó este mundo hace diez años. Cada esquina refleja un poco de su vida, desde sus gustos gastronómicos, sus fotografías o las cartas recibidas y enviadas a sus más cercanos. Hasta la habitación del mismo tiene ese misticismo que rodeaba a Lavand.
El recorrido continuó hasta un espacio donde se ubicó otro proyector y en una pared blanca se reflejó una entrevista a un medio internacional. Allí Lavand habló de su vida y contó distintas situaciones no muy conocidas, como cuando ayudó a un niño que había perdido su mano derecha.
Renacer no tuvo ni producción ni shows armados. Ilusionistas y magos reconocidos se hicieron presentes para honrar la memoria de Lavand y estuvieron lejos de copar la escena, solo se aislaron a un costado y acompañaron la experiencia que en su invitación se definió como “inolvidable”.
También dijeron presentes funcionarios de la ciudad. Desde los primeros minutos estuvieron Diego Martín, Director de Turismo, Cecilia Martens, directora del Hospital Municipal Ramón Santamarina, y Julio Elichiribehety, Secretario de Gobierno. Ya con la actividad en marcha se hizo presente el Intendente Miguel Lunghi.
La actividad empezó a concluir con el obsequio de un suvenir que representaba al ilusionista. Una bolsa de tela tejida, con la palabra “Renacer”, la fecha 7 de febrero, “2015 - ∞” y los cuatro símbolos del mazo de cartas de póker. En el interior había tres semillas de roble, uno de los árboles que más le gustaba y de los cuales abundan en la quinta. Del otro lado del paquete la frase tan repetida: “Y siempre tengo tres…”.
Para cerrar, se realizó un recorrido por todo el espacio junto a la familia y se brindó en la Cabaña La Strega donde los hijos y familiares se reunieron para celebrar el “Renacer” de Lavand.
“No se fue a ningún lado René, acá está”
Norberto Jansenson, otro ilusionista reconocido a nivel nacional y mundial, se hizo presente en Milagro Verde para ser parte de “Renacer”. La relación entre ambos fue muy estrecha, Jansenson lo conoció a los 21 años y lo tomó como un maestro a punto tal que a día de hoy se ve en cada historia llevada a cabo por el ilusionista rasgos de la cadencia de Lavand.

En un diálogo con El Eco de Tandil, contó: “Cuando entré y vi por la ventana la mesa donde por primera vez yo me senté frente a René a agarrar a un mazo de cartas y jugar un poco con él, me emocioné. Yo no veía esta casa hace muchos años. Es muy emocionante cumplir un ciclo, como dice la familia, de terminar de festejar la muerte y empezar a festejar el día de su cumpleaños, de su nacimiento”.
Norberto confesó que dormía en el famoso vagón de René, en noches de mucho frío en el crudo invierno tandilense. A la hora de recordar a su maestro, señaló: “No se fue a ningún lado René, acá está. Cada vez que hay que tomar una decisión yo digo que haría René, cómo lo resolvería. Todos los días escucho su voz, hoy venía en la ruta y me emocioné solo escuchándolo hablar, contando un chiste, recordando lugares donde yo me quedé la primera vez que vine”.
El ambiente, muy bien aclimatado por las luces y la música forjaba una simbiosis perfecta con la energía propia del lugar. Todo ese contexto generó emoción en muchos de los presentes y Jansenson no estuvo ajeno. “Para mí el pensar tiene que ver con seguir agradeciéndole a René hasta el último día porque es esas personas más grandes que la vida, que a uno le vibra adentro para siempre”, indicó.
Con la convicción de no apropiarse de las personas, aseguró que Lavand era del mundo a pesar de que tenía el privilegio de verlo más seguido que el resto. “Magos del mundo me dicen que quieren conocer la casa de René. La cercanía es un privilegio y uno tiene que estar agradecido. Para mí esta casa es un museo del mundo o por lo menos de toda la gente que entiende algo del ilusionismo”, concluyó.
Por último habló sobre una enseñanza que le dejó su maestro: “René se cansaba de decir que más importante que lo que se hace, es lo que se dice. La palabra abracadabra viene de ahí, crear mientras se habla. Pero también él decía que es mucho más importante cómo se está mientras se hace y se dice. Esa filosofía que tenía de aprender a estar, de que la presencia de uno es más importante que cualquier cosa, se aplica a cualquier persona porque hay algo de nuestra presencia que contagia mucho y René era presencia y lo sigue siendo diez años después de haberse ido”.
Debes iniciar sesión para poder comentar
INICIAR SESIÓN¿No tenés cuenta? Registrate aquí