EMIGRAR EN PANDEMIA
Micaela Wentinck quiere recibirse de veterinaria en su ciudad, Tandil
La tandilense, estudiante de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unicen, decidió instalarse en España, junto a su esposo. Destacó la seguridad que experimentó en el país ibérico. Planea volver para rendir tres finales para graduarse.
Por Mauro Silva (*)
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Micaela Wentinck es una joven tandilense que, junto a su esposo, decidió irse a
España durante el segundo año de pandemia, buscando un nuevo rumbo. Cuenta
cómo es vivir fuera de Argentina y sus planes para la vuelta. De Tandil a España y
de España a Tandil, parte de un sueño cumplido.
-¿Cómo elegiste el destino?
-Fue variando, porque mientras planeábamos nuestro casamiento con Agustín,
estábamos diciendo ´¿para dónde arrancamos?, ¿para Grecia?, ¿Holanda?´. En
realidad, yo tengo el pasaporte holandés, pero no sé hablar el idioma, tengo el
pasaporte nomás (risas). Empezamos a averiguar y arrancamos para España, que
es uno de los países más baratos para empezar y tenés el plus de nuestro idioma.
Preparar las valijas
-¿Qué te llevó a irte?
-Yo siempre tuve la idea de irme de Argentina, ya sea por viaje, o para irme a vivir, o para hacer la experiencia de salir de Argentina. Mi idea era terminar la carrera e
irme de viaje y hacer voluntariados. En el medio, pandemia.
-¿Cómo fue la adaptación y la vinculación con otros?
-La primera semana nosotros estuvimos en Madrid, de turistas, a la semana ya
fuimos a Málaga y, ni bien llegamos, estuvimos tres días en un departamento y de
ahí, pasamos a buscar un piso compartido y los papeles.
Yo quería tener sí o sí mis papeles para que Agustín también tuviese rápido sus
papeles. Estuvo lindo, nosotros nos mudamos a una habitación compartida y, por
suerte, había un argentino más que terminó siendo como un hermano.
Atravesar la pandemia
-¿En qué momento de la pandemia llegaste?
-Teníamos que tener PCR negativo para poder subir al avión; mascarilla, todo el
tiempo, en todos lados; Argentina todavía estaba con los cupos limitados de aviones y eso que era 2021. A mí me cancelaron el vuelo cuatro veces desde que lo había comprado; de suerte, conseguimos vuelo. Era llamar todos los días y decir: ‘poneme en un avión’, porque Agus ya no estaba trabajando, yo tampoco, nos estábamos comiendo nuestros ahorros.
Nostalgia
-¿Qué diferencia encontrás entre el modo de vida allá y el de acá?
-La calidad de vida, la tranquilidad. Es un poco lo mismo que en Tandil, porque yo
en Tandil nunca tuve miedo de que me pase algo. En Málaga se siente lo mismo,
más tranquilidad todavía y de noche, sobre todo.
-¿Cómo fue estar lejos de Tandil?
-Lo que más extraño es el verde: levantarme un sábado, agarrar el mate e irnos con
las chicas al Cerrito, a la plaza de las Banderas.
-¿Extrañás la comida, los amigos?
-La comida es lo que más extraño, junto con mis amistades y mis gatos, que dejé en
Argentina. Los primeros seis meses, cada vez que mi mamá me mostraba a mi gata, me largaba a llorar. Extraño los amigos, la comida. En España se come -dentro de todo- parecido a nosotros, pero el sabor es diferente, las comidas tienen muchas regulaciones acá. Con el tema del azúcar, la sal, los cereales tienen sabor a nada, les falta azúcar. También extraño la cerveza artesanal, acá en España son todas de marca.
Disfrutar
-¿Qué es lo que más te gustó conocer?
-La gente en España es muy amable, y yo estuve viviendo en el sur, en Andalucía y
donde ibas, la gente siempre era amorosa; fui al norte y me encontré con gente
súper amorosa, más cerrada tal vez, pero te abrazan y te dan hasta lo que no
tienen, que es un poco como pasa en Argentina. Tienen una cultura súper distinta,
son amables, cálidos, pero tienen su espacio personal. Nosotros somos ´cero
espacio personal´, creo que el argentino es uno de los seres humanos con menos
espacio personal del mundo. Pero la verdad es que me gusta, aunque hay cosas
que, a veces, me chocan. Sobre todo en Málaga, la gente es muy directa. Acá te
dicen ‘poneme una cerveza’, ‘dame un café’, yo estoy acostumbrada a otra cosa. Y
no es porque sean maleducados, es su cultura y eso creo que es lo que más me
chocó, pero no me puedo quejar, porque a mí en España me abrieron los brazos y
nunca me sentí discriminada.
Un puesto que ocupar
-Trabajaste en una tienda…
-Estuve un año trabajando en una tienda de ropa y zapatillas. Antes de conseguir
eso, estuve tres semanas en un call center y me fui porque no era lo mío, estuve
una semana en una chocolatería, me muy quedaba lejos.
-¿Fue fácil conseguir trabajo?
-Sí, yo llegué en junio y en julio estaba dada de alta en la seguridad social; en menos de un mes, conseguí trabajo.
A futuro
-Una vez recibida, ¿tenés pensado volver a viajar?
-En Argentina me voy a quedar un tiempo, porque después del último final de
veterinaria, tengo la residencia de tres meses. Después tengo ganas de volver para
buscar unas cosas que dejé en España. Tengo ganas de irme a Australia a trabajar,
con mi título de veterinaria. Después veré si vuelvo o no a Argentina, la verdad es
que a mí Argentina me gusta, es un país que amo; pero no quiero vivir esto de la incertidumbre que todo argentino promedio vive, porque yo estuve un año y medio viviendo en España y pude armarme de cero un placard, porque yo me había traído una mochilita, una maleta de mano y ese era todo mi capital cuando
llegué a España. Ahora yo me vuelvo a Argentina con dos valijas gigantes, una de
mano, una mochila, con todo el ropero, porque también sé cómo está la cosa allá,
entonces me llevo todo lo que pueda. Y todo esto, trabajando en una tienda de ropa, treinta horas a la semana, con un sueldo mínimo que alcanza. Un sueldo en España es mil euros y un alquiler de dos ambientes no baja de unos setecientos, ochocientos euros. Entonces si no compartís, estás al horno, porque se te va todo el
sueldo. La problemática de los pisos yo creo que es mundial.
La vuelta
-¿Qué pensás hacer de regreso?
-Recibirme, me quedan tres finales. No quiero recibirme lejos de mi familia, ni de mis amigos, de la ciudad que me dio ese espacio. Ya no tengo ganas de estar acá sola. La recibida no es solamente mi esfuerzo, sino de toda la gente que siempre me contuvo, no puedo recibirme en otro lugar que no sea Tandil.
(*) Esta nota forma parte de la serie de entrevistas realizadas bajo la tutela de la
profesora Carolina Cordi por diferentes alumnos de Práctica Profesional 1, en la
carrera de Comunicación Social para el Desarrollo del ISFD y T10, cada uno de los
cuales eligió a un entrevistado.