Mediante arboricultura, realizan poda a gran altura de árboles añejos en la zona del Lago del Fuerte
Por medio de la arboricultura están despejando los eucaliptos de la zona para evitar riesgos. Los operadores trepan entre 30 y 40 metros para quitar las ramas secas o que puedan ser peligrosas. Espacios Verdes sigue además con el proyecto de plantar 2023 árboles por año y las tareas rutinarias de poda “suave”.
El pasado martes el Municipio comenzó con las tareas de poda de limpieza en los eucaliptus ubicados en el Parque Soñado de los Niños, Paseo de los Pescadores y proximidades del Lago del Fuerte.
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En otras oportunidades lo ha realizado personal propio, pero esta vez decidieron contratar mano de obra especializada, ya que los árboles a tratar son realmente añosos y de una altura excepcional. Así es que recurrieron a la técnica de la arboricultura, que es la ciencia que comprende la selección, propagación, cuidado y tala selectiva de plantas perennes y leñosas, como árboles y arbustos.
La logística, entonces, está cargo de una empresa especializada en poda de altura y cuentan con la supervisión de un ingeniero agrónomo/arborista y autoridades de la Dirección de Espacios Verdes Públicos de la comuna. El objetivo principal de la actividad en la zona es de limpieza por prevención y para minimizar riesgos.
Prevenir riesgos
Según contó Horacio Amasino, coordinador de Espacios Verdes Públicos, las tareas comenzaron el pasado martes y estarían terminando hoy. Dijo que se trata de una actividad que ya habían realizado el año pasado, pero con ramas que estuvieran a la disponibilidad del equipamiento con el que cuenta el Municipio.
En agosto de 2019 se juntaron con el experto en el tema para realizar un diagnóstico que determine qué ramas se consideraban técnicamente peligrosas, y luego de la teoría planificaron abordar la acción a principio de año.
“Si bien hay mucho por hacer estas son tareas de prevención, para ir eliminando todas las ramas con mal anclaje o que estaban muertas”, explicó, agregando que seguirán actuando a medida que lo requiera ele estado de los árboles.
En principio, la maniobra se realizó en las zonas que rodean el Dique, como el Parque Soñado de los Niños, Paseo de los Pescadores y otras proximidades del Lago del Fuerte. “En este caso es un área muy especial porque son cortinas de ejemplares muy añejos y altos, que necesitan personal muy capacitado e idóneo, que pueda trabajar con la mayor seguridad”, sostuvo.
A 40 metros de altura
Por su parte Carlos Anaya, de la empresa Tree Arboricultura, contó que básicamente lo que están haciendo es una poda sanitaria que consiste en la eliminación de ramas secas, con alguna cavidad o fisura, a la vez que están ejecutando el corte de algunos ejes a fin de quitarles peso, ya que están muy horizontales y así evitarían roturas.
Explicó que para decidir qué vara debe ser sacada son muchos los factores a tener en cuenta. Lo primordial es despejar de las ramas secas, porque son las que pueden, ya que son las que pueden caer en cualquier momento sin responder a una ley física en cuanto a la dirección. Asimismo, mencionó aquellas que tengan cavidades, fisuras o que puedan llegar a presentar la fructificación de algún hongo. También aquellas denominadas “codominantes”, que tienen corteza incluida, lo que significa que “se va generando una pudrición en la unión, que en algún momento va a generar un debilitamiento de la rama”.
Cabe destacar que los ejemplares del Parque Soñado de los Niños, por ejemplo, tienen entre 30 y 40 metros de altura, por lo tanto son difíciles de acceder con máquinas de elevación, ni hablar de escaleras. Entonces, los trabajadores especializados que han subido hasta la parte más alta en algunos casos han tenido que trepar. Para poder lograrlo de manera segura y sin mayores riesgos que la propia elevación, arrojan una “hondilla” hacia un anclaje determinado del árbol, que luego de asegurada sirve para que el operador ya sujetado pueda escalar. Para esto utilizan arneses especialmente diseñados para tareas de arboricultura, anclado a un aro ventral, y con un segundo elemento de seguridad que es un acollador.
Ya hace varios años que Anaya se dedica a este tipo de tareas y reveló que la adrenalina, el peligro y el vértigo son habituales. “Obviamente que es de riesgo, pero teniendo el entrenamiento y los equipos adecuados se trabaja bien”, contó.
Otros proyectos
Amasino recordó que desde su área, en lo que respecta al arbolado, siguen llevando adelante el plan del Bicentenario mediante el cual se han propuesto plantar 2023 árboles por año, justamente hasta el 2023. “Es el segundo año que lo hacemos y venimos cumpliendo con las expectativas, sobre todo con lo que es el cuidado posterior ligado al riego y todo lo que eso conlleva”, celebró.
Además, contó que están avanzando con las cuestiones referidas a legislación, porque habían cosas que no eran compatibles y están logrando alinear la Ley provincial con ordenanzas municipales y el plan regulador. “Logramos que el Concejo Deliberante lo apruebe el año pasado y eso fue un gran avance”, sostuvo.
Por último, continúan con las tareas de rutina como las podas. En este caso destacó que no son las que habitualmente la población está acostumbrada a ver, ya que siempre pretenden que se “moche” al árbol. “Eso ya no se usa más hace tiempo, es una práctica indeseable”, aclaró.
Lo que hacen actualmente es prevención y puntual de alguna rama que esté molestando el cableado, la luminaria o metiéndose en la casa. “Son meticulosas y generalmente no se notan a simple vista, son diferentes a las de décadas atrás”, insistió.