Semana Santa
Masiva manifestación de fe, en una nueva edición de la Procesión
Miles de personas participaron de la tradicional experiencia de fe que se realiza el Viernes Santo.
En el marco de una soleada y cálida tarde de otoño, una multitud participó de la tradicional Procesión del Santo Entierro en Viernes Santo. En una nueva manifestación de fe, la grey católica acompañó el trayecto de las imágenes del Cristo yacente, la Virgen María Dolorosa y San Juan Bautista desde las inmediaciones al Monte Calvario hasta la Parroquia del Santísimo Sacramento.
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Una de las celebraciones religiosas más características y convocantes que ofrece la ciudad entregó una edición atravesada por el bicentenario, celebrado el martes pasado.
Una vez más, y al igual que todos los años, tandilenses y visitantes que llegaron provenientes de distintos puntos del país para sumarse a la propuesta, acompañaron el camino de Jesús hasta el sepulcro, en una renovada muestra de fe en el marco de la Semana Santa que culminará con el Domingo de Pascua.
La columna de peregrinos partió desde España y Alberdi. La formación principal se ubicó detrás de la cruz procesional y de la imagen del Cristo yacente, y desde allí, cientos de participantes. Entre las autoridades estuvieron los párrocos de las distintas iglesias de la ciudad, el intendente Miguel Lunghi, acompañado por funcionarios del Gabinete, el diputado nacional Rogelio Iparraguirre, el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik, concejales de distintas fuerzas políticas, autoridades policiales, militares, entre otros.
A cargo del traslado de las imágenes, estuvieron los estudiantes secundarios de instituciones educativas de la ciudad y referentes de distintas entidades religiosas.
El punto de partida
Alrededor de las 17, y en medio de un operativo de tránsito que modificó la circulación durante buena parte de la tarde, el punto de concentración reunió a gran cantidad de personas, que se mezclaron entre vecinos y turistas que se acercaron a participar de la procesión y los que recorrían la zona para acceder a algunas de distintas opciones organizadas durante el fin de semana extra largo.
A esa hora, puntual, la formación partió desde España y Alberdi. Detrás de la cruz procesional, cargada por los integrantes de Acción Católica, la imagen del Cristo Yacente fue trasladada en alto por afectivos de la Fuerza Aérea para ser apreciada, a su paso, desde distintos puntos.
Luego, la imagen de Virgen Dolorosa, trasportada por estudiantes del colegio Sagrada Familia, de María Magdalena, a cargo del Instituto Brigadier General Martín Rodríguez y, por último, la de San Juan Bautista, que fue llevada por jóvenes del colegio San José.
A las 17.30, en silencio y escuchando los mensajes de la Iglesia, la congregación dio los primeros pasos desde España en dirección a Chacabuco. La participación de personas fue amplia desde el inicio. Sin embargo, se multiplicó conforme avanzaba en el trayecto por las calles de la ciudad, al sumarse aquellos vecinos que aguardaban en las esquinas o en cercanías a la Plaza.
Otros eligieron acompañar el masivo evento religioso desde sus balcones o ventanas en los edificios, punto que les otorgó una visión privilegiada para dimensionar la participación.
“Fuerte experiencia de fe”
El comienzo fue con el mensaje de bienvenida a los peregrinos y caminantes que se sumaron con el compromiso de transmitir a sus comunidades está “fuerte experiencia de fe”.
También, la invitación a vivir un momento de encuentro por amor a Dios y para pedir por la paz en “nuestros corazones, en nuestras comunidades, en nuestra patria y en el mundo”, con especial referencia al conflicto en Ucrania.
Entre rezos y cánticos, el mensaje transmitido a los participantes de la procesión también incluyó referencias a las imágenes que acompañaron el trayecto, la de San Juan Evangelista, el discípulo “más amado de Jesús”, la de María Magdalena, que invita a la reflexión sobre su “especial misión”, y la Virgen Dolorosa, “fundamental en la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la iglesia”.
Hubo un momento especial a los pedidos de paz, que es “posible” y eso la convierte en un “deber que depende de cada uno de nosotros”.
La iglesia llamó a sus fieles a comprometerse a ser “buenas personas, a la no violencia y a construir comunidades no violentas. Todos podemos ser artesanos de la paz”, y dedicó un mensaje especial a los jóvenes.
Familias con niños pequeños, adolescentes y muchos adultos, caminaron unidos a lo largo del trayecto hasta completar la experiencia de la tradicional celebración religiosa que representa el sepulcro de Jesús.
Al llegar a Chacabuco, los fieles se mantuvieron en silencio y respondiendo a un llamado a la reflexión. A paso lento, y luego de una hora de iniciada la peregrinación, llegaron a la Plaza Independencia donde otros aguardaban la llegada de los peregrinos.
Por último, el operativo de tránsito incluyó el corte de las calles para permitir el normal desarrollo de la peregrinación.
El mensaje del párroco
Al llegar a la Iglesia matriz, casi una hora después del inicio del trayecto, ubicaron las figuras sobre la explanada para dar paso a la última parte del acto litúrgico.
Reunidos alrededor de la puerta de ingreso al templo, los fieles escucharon el mensaje del padre José María Ramos, párroco del Santísimo Sacramento, para dar cierre a una jornada de reflexión y de fe.
Tras la presentación del Coro Estable Municipal, a cargo de Anele Moroder, Ramos expresó que “hemos querido acompañar el amor de Jesucristo que dio su vida por nosotros en la Cruz” en esta tradicional Procesión que comenzó uno de los primeros párrocos de la Iglesia, referencia que enmarcó en el bicentenario de Tandil.
Cuando la ciudad aspiraba a transformarse en "un poblado, hace 161 años”, el párroco de entonces comenzó con este evento religioso con la presencia de las imágenes del Cristo Yacente y la Virgen Dolorosa.
“Hace un tiempo recordaba una frase que leí en una estampa de Cristo Crucificado hace 30 años, que es una expresión del Papá San Juan XXIII: ‘Hoy el mundo se sostiene porque desde la Cruz los brazos abiertos de Cristo imploran al padre misericordia”, manifestó.
Así, repasó que en la Biblia cuenta que “Dios se hartó de la maldad de los hombres y pensó en aniquilar la creación y Moisés insiste e intercede para conseguir la misericordia de Dios. Y no es que nosotros seamos más buenos que aquellos tiempos”. La diferencia entre antes y ahora es que “está Cristo”.
“Sabemos que Jesucristo está vivo y sigue implorando al Padre por nosotros misericordia”, dijo. Por eso, además de agradecer, recordó a los fundadores que “nos dieron testimonio de generosidad, de valentía en aquellos tiempos y de fe” y “le pedimos al Señor que tenga misericordia de nosotros, el mundo y nuestra Patria, qué no pasamos momentos fáciles”.
En otro pasaje de su mensaje, Ramos recordó también al párroco que comenzó con la Procesión, Felicísimo José, un nombre “muy sugestivo” y contó a los católicos que “lo que Dios quiere y Cristo nos ha alcanzado con su pasión, muerte y resurrección es que seamos realmente felices viviendo en plenitud. Y la Virgen nos dice que el secreto de ser felicísimos en la vida es el único consejo que da en los evangelios y es que hagan todo lo que Jesús dice y enseña”.
Por eso, “le pedimos a la Virgen Dolorosa que nos ayude a hacer lo que Jesús nos enseña para ser plenamente felices”, pare cerrar con su bendición.
Mientras los fieles se acercaban a las figuras, las autoridades se saludaron e intercambiaron conversaciones espontáneas como cierre de una jornada de reflexión.