Martín hizo un descargo público, dijo que el empleado no avisó y puso en cuarentena a todo el personal
El lunes pasado fue clausurado e infraccionado el restaurante “La Tablita de Martín”, situado en Yrigoyen 1098 a raíz de tener dos empleados provenientes de AMBA que incumplían la cuarentena. Los inspectores se dirigieron al lugar donde encontraron a un empleado en el interior que no estaba realizando el aislamiento social correspondiente. Luego, tomaron conocimiento de otra persona que estaba en la misma situación pero que no se encontraba en el lugar.
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El local quedó clausurado por incumplir el protocolo establecido en el decreto firmado por el intendente en el cual se permitía la reapertura de los locales gastronómicos. En el decreto quedaba establecido que había que “cumplir con los protocolos vigentes y entre ellos estaba que si una persona tiene que cumplir el aislamiento no puede trabajar”.
Ahora, el propio propietario del local gastronómico, Martín Xing Yang, compartió un descargo en la página de Facebook del restaurant:
“Estimados clientes, amigos, vecinos, les dejamos nuestro descargo, desde ya, estamos haciendo todo lo que este a nuestro alcance, para preservar el bienestar todos”, comenzó señalando y continuó: “El apoderado legal de la empresa aseguró que el empleado escrachado en la redes y denunciado en la Policía por incumplir con la cuarentena no había avisado a los dueños que iba a utilizar el vehículo de la firma para ir hasta Buenos Aires”.
En otro tramo del descargo puntualizaron que “la empresa tiene un chofer designado para hacer las compras de mercaderías en Buenos Aires. Y que esta operatoria periódica la realizan con un protocolo especial que incluye la sanitización de todo lo que traen y la cuarentena del empleado que viajó por el tiempo de 14 días hasta que reemprende el nuevo viaje”.
“Lo que habría pasado esta vez, según el apoderado legal, es que un segundo empleado aprovechó el viaje para ir a visitar a su familia, sin avisarle al dueño del restaurante. Hizo el viaje con su compañero y a su regreso, ayer, en lugar de hacer la cuarentena con el chofer, fue a trabajar como lo hace habitualmente”, señalaron.
También explicaron que, según la versión del abogado de la empresa, “cuando el escrache se hizo viral y el dueño del restaurante se enteró de lo sucedido tomó la decisión de poner a todos los empleados en cuarentena: al empleado que había estado en Buenos Aires y al resto de los trabajadores del local que habían estado en contacto con él a la vuelta, unos ocho en total”.
“La decisión de la empresa es hacer hisopar a los dos trabajadores que viajaron, al chofer y al que lo acompañó, para verificar si hubo contagio. Y si es necesario, practicar este mismo testeo en el resto de los empleados de la empresa que tomaron contacto con el compañero”, finalizaron.