Luego de los inconvenientes y dilaciones, “Carlucho” Villar consiguió su vivienda adaptada
El excampeón argentino de speedway era adjudicatario de una vivienda adaptada en el desarrollo urbanístico Procrear, pero la entidad bancaria obstruyó por incompatibilidades el trámite por vía de excepción para acceder al crédito pertinente. Tras más de medio año de lucha, el reclamo vehiculizado a través de la OMIC dio sus frutos y le asignaron una unidad funcional.
Carlos “Carlucho” Villar es un excampeón argentino de Speedway que sufrió un accidente en 2003, circunstancia que lo dejó en silla de ruedas. Radicado desde hace años en Tandil, en junio último expuso en estas páginas el sinuoso camino burocrático que le impedía acceder a una casa adaptada en uno de los desarrollos urbanísticos del Procrear, de la que era adjudicatario. Como percibe una pensión por invalidez que es incompatible con el trabajo registrado, no podía acreditar su solvencia ante el banco ejecutor.
Recibí las noticias en tu email
La tenacidad de Carlos lo depositó en buen puerto y finalmente recibió la noticia que tanto esperaba: le asignaron una vivienda. Tras transitar un derrotero que incluyó trámites, visitas a funcionarios y mucha insistencia, el Procrear le adjudicó la unidad funcional 19 emplazada en el desarrollo urbanístico de Villa Italia Norte.
El trámite de reclamo pudo ser canalizado a través de la Oficina Municipal de Información al Consumidor, que intercedió con el respaldo de algunos concejales y funcionarios que se interesaron en el caso, y elevó las actuaciones correspondientes para resolver la situación.
Desde el banco Hipotecario informaron que el trámite pasó por las diferentes áreas para su análisis “según lo normal” (seguros, riesgos, etc.) y se ingresó la solicitud con toda la documentación presentada y requerida. Posteriormente fue aprobada y se destinó la unidad habitacional en cuestión para el solicitante.
El caso
Oriundo de la localidad bonaerense de Coronel Pringles, Villar hace años que eligió instalarse en Tandil, donde reside, trabaja y trata cada día de vivir bien, pese a las limitaciones que el entorno cotidiano impone a quienes tienen que desplazarse de un modo diferente.
Según relató, se inscribió oportunamente en el plan Procrear correspondiente al desarrollo urbanístico de Villa Italia Norte. En 2014, se sortearon y adjudicaron las 628 viviendas ubicadas entre las calles Beiró, Pujol, Quintana y Buenos Aires, de las cuales 14 de ellas son aptas para personas con discapacidad. “Me inscribí en el Procrear y salí preadjudicado en el último sorteo, las casas se sortearon de nuevo porque evidentemente los anteriores adjudicatarios no habrán podido cumplir con los requisitos para acceder”, explicó.
El banco Hipotecario, ente administrador de los créditos, trabó el acceso al beneficio debido a que cuenta en su haber con ingresos registrados e informales. “No logro pasar el primer escollo en la entidad financiera para obtener un trámite de excepción que me permita acceder al crédito”, afirmó en ese entonces.
Si bien cumplía con la mayoría de los requisitos estipulados en el programa crediticio, a saber: no haber sido beneficiado con un plan de vivienda, no ser titular de ningún bien inmueble, tener entre 18 y 55 años, no tener hijos ni cónyuge, contar con un CUD (certificado único de discapacidad) –de un ciento por ciento de limitación física-, y no tener embargos o saldos negativos en el sistema financiero; no podía acreditar su solvencia financiera porque si formalizaba sus ingresos, perdía el beneficio de la pensión por invalidez que lo ayuda a subsistir y, lo más importante, lo incluye dentro de un sistema de atención médica. Si se tiene en cuenta que la inserción en el mercado laboral registrado con todos los beneficios de las cargas sociales ya es complicada, lo es mucho más para alguien con movilidad reducida.
“Llevo alquilando más de 12 años, viviendo en lugares que no son aptos para sillas de ruedas; esta casa en la que estoy interesado está adaptada a mi situación, puedo entrar al baño sin tener que contratar un albañil que me cambie la puerta, y sobre todo está ubicada en un barrio donde las calles están asfaltadas y hay rampas en todas las esquinas”, refirió durante la charla.
Después del trago amargo y la lucha que emprendió en soledad, el sueño de la casa propia es ahora una realidad para él.