Los templos volvieron a recibir a los fieles y se evalúa un sistema de turnos para el fin de semana
Los diferentes templos de la ciudad fueron habilitados para volver a recibir a los fieles desde este lunes. Tras la primera eucaristía, celebrada en la Parroquia del Santísimo Sacramento a las 8, el padre José María Ramos manifestó en diálogo con este medio que hubo buena voluntad de las autoridades y que ahora evalúan aplicar un sistema de turnos para los fines de semana, teniendo en cuenta que solo pueden ingresar 30 personas.
Finalmente, tras varios reclamos y solicitudes de los fieles, que incluso la semana anterior se congregaron frente a la Parroquia del Santísimo Sacramento, el Municipio habilitó desde este lunes las misas presenciales con un máximo de 30 personas.
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Siguiendo los protocolos de seguridad e higiene establecidos a fin de evitar la propagación y los posibles contagios de coronavirus, el templo ubicado en Belgrano al 500 brindó este lunes, desde las 8, la primera ceremonia con asistentes.
Tras la reunión que llevaron a cabo alrededor de 60 feligreses el miércoles pasado en la explanada de la iglesia matriz de la ciudad para orar, cantar y firmar un petitorio que elevaron al Municipio solicitando que se autoricen las misas en los templos, muchos ciudadanos manifestaron, a través de las redes, que no era necesario habilitarlas ya que “no es imprescindible”. Incluso, el propio jefe de Gabinete, Oscar Teruggi, había declarado en diálogo con este medio que “el protocolo que plantean desde la Iglesia es entendible, con poca gente simultáneamente, con lugares separados y demás. Se está evaluando y no lo descarto, pero no será por el momento”.
No obstante, el pasado viernes desde la Municipalidad, a través de un decreto que firmó el propio Teruggi y el intendente Miguel Lunghi, habilitaron la celebración de reuniones religiosas en los templos.
Tras la primera eucaristía, el padre José María Ramos dialogó con El Eco de Tandil y contó los detalles del primer encuentro, además de anticipar las medidas que prevén para los fines de semana, teniendo en cuenta que deben adecuarse a los protocolos.
“Esto es importante para la gente, porque si bien la fe católica, la oración personal y la oración en casa valen mucho, la eucaristía, el reunirnos para celebrar la misa, para recibir el cuerpo del Señor vale mucho más, porque está Jesús mismo presente”, manifestó el Ramos, respondiendo así la duda de muchos laicos que no comprenden la necesidad de asistir al templo.
Aclaró, de todas formas, que cuando hay una imposibilidad, como por ejemplo cuando alguien enferma o en esta situación excepcional de pandemia, la gente participa a través de otros medios, aprovechando las posibilidades que brinda la tecnología, ya que años atrás hubiese sido imposible, y “está bien, pero las personas desean venir y recibir a Jesús”. Por lo tanto, evaluó que esto es “una respuesta a la necesidad de los tandilenses”.
Habilitación tras la manifestación
Tras días sin obtener respuestas y sin avistar un posible retorno a los encuentros en los templos, los fieles decidieron encontrarse frente a la Parroquia céntrica para visibilizar su reclamo y solicitar la habilitación, la cual arribó días más tarde.
Al respecto, Ramos manifestó: “La gente tiene derecho de expresarse. Pero habría que ser sinceros y decir que con las autoridades se venía conversando hacía ya unos 12 días. Todavía no nos habían dado una respuesta y quizá las personas querían que la contestación fuese pronta. Entonces no sé si hay que hablar de que se ejerció presión porque la buena voluntad estaba”.
En tanto, agregó que “no hay mala voluntad o ninguneo por parte de las autoridades, sino todo lo contrario. Hay temor porque es evidente que la pandemia es una cosa seria”.
Protocolos y posibles modificaciones
A fin de preservar tanto la salud de todos los asistentes, el Municipio dispuso una serie de recomendaciones y medidas que en los templos deben acatar, entre ellas que el número de asistentes no debe superar las 30 personas –más el sacerdote y el diácono-.
En ese aspecto, Ramos señaló que los protocolos que ellos habían presentado tenían características propias de sus celebraciones y contaban con todos los elementos que ellos consideraban imprescindibles. De hecho, agregó que seguramente, al ser más pormenorizados, sean más exigentes que el general.
En lo que atañe a la cantidad de feligreses que pueden ingresar, expresó: “Es comprensible que tengan que venir menos personas y lógicamente un poco afecta. Porque en este templo, que hay capacidad para 300 personas, que entren 30 es solo el 10 por ciento. Pero a quienes afecta, sobre todo, es a quienes quieren participar, porque el número permitido es bajo”.
Cabe mencionar que a la primera eucaristía asistieron unas 25 fieles y que una persona, que se instaló en el ingreso a la Parroquia, se encargó de llevar la cuenta para que no se superara el límite establecido.
“Por ahora será así, pero veremos qué haremos los fines de semana; quizá tengamos que poner un sistema de inscripción ya que puede ser que venga gente del campo y se tenga que quedar afuera porque ya entraron los treinta”, reveló.
Explicó, entonces, que planean ofrecer la posibilidad de inscribirse por la vía telefónica y trabajar de manera mancomunada con los diferentes templos de la ciudad, para coordinar la capacidad de todos y poder derivar a los asistentes en los casos necesarios.
Las medidas
- Número de personas permitidas durante las misas: 30 -más el sacerdote y el diácono-.
- Debe respetar la distancia de seguridad en bancos y pasillos: uno por banco y a dos metros de distancia.
- Deben ofrecer a los fieles alcohol u otro sanitizante.
- Los fieles tienen que concurrir con tapaboca o careta.
- No habrá agua bendita.
- Los micrófonos estarán recubiertos con film u otro elemento que permita su descarte.
- Deben aislarse las imágenes para evitar que las toquen.
- No se realizará procesión de dones.
- Se omitirá el saludo de la paz.
- Sacerdotes y ministros se higienizarán las manos antes de distribuir la comunión.
- Los fieles recibirán la comunión en la mano, aunque en el Santísimo la dan también en la boca.
- Quien administra la comunión debe llevar tapaboca.